Los miembros de la Junta Directiva de la Asociación General de la Iglesia Adventista votan por amplia mayoría a favor de los cambios.
16 de abril de 2025 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Marcos Paseggi, Adventist Review
“Hay un tema del que me gustaría llamar la atención de todos los que presiden juntas administrativas”, dijo el presidente de la Asociación General Ted N. C. Wilson durante el segundo día del Concilio de Primavera de la Junta Directiva de la Asociación General (GCEXCOM) en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos, el pasado 9 de abril.
A continuación, remitió a los que seguían la sesión administrativa en persona o en línea al documento titulado “Reglas de procedimiento parlamentario para los Congresos de la Asociación General y las sesiones de Junta Directiva”, que incluye una introducción. Fue escrita, señaló Wilson, por el ya fallecido Bert Beach, exdirector del Departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Asociación General.
Todd McFarland, asesor jurídico general adjunto de la Asociación General, comparte un informe sobre cambios propuestos a un documento titulado “Reglas de procedimiento parlamentario para los Congresos de la Asociación General y las sesiones de Junta Directiva”, durante el Concilio de Primavera del pasado 9 de abril. [Fotografía: Enno Müller, Adventist Review]
Wilson leyó una pequeña parte de esa introducción, algo que, les dijo a los miembros de la GCEXCOM, “ustedes, como presidentes, necesitan tener en cuenta para usarlo cuando las cosas se ponen realmente difíciles en sus juntas administrativas”.
Leyó: “Estas reglas de procedimiento parlamentario están destinadas para ser usadas con un sentido de reverencia por el propósito divino. No tienen por objeto prever maniobras parlamentarias rápidas o dilatorias para ganar un punto, obtener una atención inmerecida, obtener ventajas suprimiendo los deseos de otros, o confundir al presidente, a los demás delegados o a los miembros de la junta”.
Wilson continuó leyendo: “Asimismo, estas reglas no tienen que ser usadas de tal manera que se conviertan en una excusa para disputas de procedimiento, lo que podría impedir que las sesiones o las juntas avancen con el despacho. Elena G. White aconseja que se requiere de “un esfuerzo constante en pos de la brevedad en las sesiones de las juntas administrativas”.* Nunca hay que olvidar que la letra de las normas procesales puede matar. Es el espíritu que da vida al orden y al gobierno de la iglesia. El presidente, con el apoyo de los delegados, tiene que usar buen juicio y no permitir que la maquinaria se interponga en el camino del avance de la obra de Dios.”
“Léanlo ustedes mismos si no lo han leído últimamente”, sugirió Wilson a los miembros de la GCEXCOM. “Y úsenlo cuando se encuentren en una situación difícil, no necesariamente para sermonear a las personas, sino para ayudarles a entender que somos hermanos dedicados a llevar a cabo los negocios de Dios”.
Wilson luego explicó que en el proceso de hacerlo, “son necesarias algunas regulaciones”. Luego invitó a Todd McFarland, asesor jurídico general adjunto de la Asociación General, a que presente algunos de los ajustes que, según Wilson, “ayudarán a aclarar los procedimientos cuando tengamos esas sesiones, en los Congresos de la Asociación General o en otras juntas de la iglesia”.
Ted N. C. Wilson (centro), presidente de la Asociación General, presenta un informe que sugiere cambios en el documento titulado “Reglas de procedimiento parlamentario para los Congresos de la Asociación General y las sesiones de Junta Directiva”, durante el Concilio de Primavera del pasado 9 de abril, mientras que Todd McFarland (izquierda), asesor jurídico general adjunto; y Gerson Santos, secretario asociado de la Asociación General, observan. [Fotografía: Enno Müller, Adventist Review]
McFarland explicó los cambios que iban más allá de los del uso de mayúsculas o la adición de lenguaje neutro en cuanto al género en los casos que correspondiera. Por ejemplo, explicó que, dado que el voto a viva voz no es el único método que se utiliza actualmente, el nuevo documento deja en claro que el presidente generalmente elige el método de votación y que, si el cuerpo desea usar un método diferente, podrá hacerlo mediante una moción que, si es secundada, necesita el voto de la mayoría para ser aprobada.
Se agregó una oración con respecto a las abstenciones durante una votación, informó McFarland. La frase añadida aclara ahora que “las abstenciones, aunque se indiquen en una papeleta, no se consideran votos emitidos y no cuentan a la hora de determinar el resultado de una votación”. “Es curioso que esa regla no está presente en todos los cuerpos legislativos”, dijo McFarland.
McFarland también explicó que el documento buscaba ser más explícito con respecto a las remisiones a la Junta de Nombramientos cuando se produce una objeción a un informe completo o parte del mismo. El texto añadido aclara la función discrecional del presidente de la sesión. Ahora dice: “El presidente puede aceptar la remisión a discreción propia. Para facilitar la decisión de aceptar o no la remisión, el presidente puede solicitar a la(s) persona(s) que solicita(n) la remisión que consulten con el presidente de la Junta de Nombramientos sobre el motivo por el cual la solicita. Si la solicitud se convierte en moción, no es debatible y se decide simplemente por mayoría de votos”. Esto, explicó McFarland, “ajusta las reglas de manera más explícita a nuestra práctica”.
McFarland también contó que después de algunas experiencias en los Congresos de la Asociación General, en especial en 2015, cuando se presentaron múltiples cuestiones de orden en rápida sucesión, se observó que las cuestiones de orden no estaban definidas explícitamente en las reglas de procedimiento parlamentario. “De hecho, se llamaban ‘cuestiones de privilegio’”, dijo McFarland. Las enmiendas actuales al documento tratan de compensar eso, explicó, definiendo las cuestiones de orden. “También define un poco más lo que es una cuestión de orden”.
También explicó que una nueva sección busca darle al presidente “más herramientas para tratar las cuestiones de orden cuando estas comienzan a ser obstructivas o no contribuyen al avance del tema en discusión”. Ilustró: “El presidente ahora podrá decir: ‘Escuchen, las cuestiones de orden que se plantean no son realmente cuestiones de orden’. El presidente ahora podrá interrumpir en seguida a la persona para pedirle que plantee una cuestión de orden”.
El texto añadido ahora dice: “Una cuestión de privilegio o de orden no tiene que ser utilizada para debatir la moción pendiente o para ganar acceso a expresarse por delante de otros delegados. Cuando se le permita hablar para presentar una cuestión de privilegio o cuestión de orden, la persona no podrá presentar ninguna otra moción. Los delegados que planteen esa cuestión o punto deberán exponer inmediatamente los fundamentos de la cuestión de privilegio o cuestión de orden. Si el presidente entiende inmediatamente que no existe una cuestión de privilegio o de orden, el presidente debe interrumpir al delegado y pedir que se explique. Si el presidente considera que los delegados están planteando cuestiones frívolas de privilegio o cuestiones de orden con un propósito inapropiado (para tener la palabra antes que otros delegados, para retrasar u obstruir la labor del órgano), el presidente podrá, después de advertir al conjunto de delegados, negarse a permitirles la palabra a los oradores que se levanten para plantear una cuestión de privilegio o una cuestión de orden.”
La moción de enmendar las reglas de procedimiento parlamentario de la Asociación General fue aprobada por 131 votos a favor y 1 en contra.
*Elena G. White, Manuscrito 3, 1890, p. 9.
Traducción de Marcos Paseggi