29 de mayo del 2025 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted N.C. Wilson, Presidente de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día

Hola, amigos. ¿Sabían que el agua fluye a lo largo de las Escrituras? Lo vemos desde el principio, donde «el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.», hasta la última invitación que se encuentra en Apocalipsis 22, el último capítulo de la Biblia, y en realidad del último Libro de la Biblia, y el versículo 17: «El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»; y el que escuche diga: «¡Ven!». El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.»

Tanto metafóricamente como físicamente, el agua juega un papel vital en la vida misma. Espiritualmente, Jesús nos ofrece, como lo hizo con la mujer en el pozo, el agua de la vida que se convertirá en “un manantial del que brotará vida eterna”.

Físicamente, nuestros cuerpos no pueden sobrevivir más de 3 a 7 días sin agua. Cuando no bebemos suficiente agua, el cuerpo se deshidrata rápidamente, afectando a cada órgano, especialmente al cerebro y los riñones.

¿Sabías que el agua representa aproximadamente el 60 al 70 por ciento de tu peso corporal? Cada sistema en tu cuerpo depende del agua, especialmente el cerebro.

La Dra. Corinne Allen, una investigadora internacional con más de 30 años de experiencia, enfatiza la importancia de la hidratación para un funcionamiento óptimo del cerebro. Señalando que el cerebro es aproximadamente un 85 por ciento agua, afirma: “Las células del cerebro necesitan el doble de energía que otras células del cuerpo. El agua proporciona esta energía de manera más efectiva que cualquier otra sustancia.”

De hecho, el agua es verdaderamente el elixir de la vida. En el libro, Ministerio de Curación, realmente te aconsejo que consigas ese libro y lo leas. Es poderoso. Leemos: “Estando sanos o enfermos, el agua pura es para nosotros una de las más exquisitas bendiciones del cielo. Su empleo conveniente favorece la salud. Es la bebida que Dios proveyó para apagar la sed de los animales y del hombre. Ingerida en cantidades suficientes, el agua suple las necesidades del organismo, y ayuda a la naturaleza a resistir la enfermedad”. Y en Consejos sobre el régimen alimenticio leemos: “Si algo se necesita para apagar la sed, el agua pura …es todo lo que la naturaleza exige”.

Ves, a diferencia del café, el té o los refrescos. El agua pura no tiene sustancias nocivas y puede satisfacer la sed mejor que cualquier otra cosa.

Pero puede que te preguntes, ¿cuánta agua debo beber? La cantidad ideal variará de persona a persona, teniendo en cuenta circunstancias individuales como el nivel de actividad y el clima donde vives. Sin embargo, aquí hay una fórmula general que variará de persona a persona:

Si trabajas con libras y onzas, la regla es tomar tu peso corporal en libras y dividirlo entre 2, lo que te dará la cantidad sugerida que deberías beber en onzas. Así que, por ejemplo, si pesas 150 libras, la cantidad sugerida sería 75 onzas de agua al día.

Si estás en el sistema métrico, toma tu peso en kilogramos y multiplícalo por 30 mililitros. La respuesta te dará el número sugerido de litros de agua que debes beber cada día.

Interesantemente, el agua no solo es beneficiosa en el interior de nuestros cuerpos, sino también en el exterior. Leemos en Ministerio de Curación: “Aplicada externamente, es uno de los medios más sencillos y eficaces para regularizar la circulación de la sangre. Un baño frío o siquiera fresco es excelente tónico. Los baños calientes abren los poros, y ayudan a eliminar las impurezas. Los baños calientes y templados calman los nervios y regulan la circulación.”

Algunas personas también disfrutan de tomar duchas calientes y frías, o duchas de contraste, para aumentar la inmunidad y sentirse revitalizadas.

Estas son solo algunas de las muchas maneras en que puedes disfrutar del agua y los maravillosos beneficios que puede aportar para una buena salud.

Esta semana, ¿por qué no intentar beber más agua y ver cómo te beneficia? Además, también podrías intentar tomar un baño relajante o una ducha de contraste vigorizante. Estas son solo algunas de las formas en que el agua puede ayudarnos a mantener una buena salud.

Hasta la próxima vez, que Dios te bendiga mientras juntos buscamos una vida más abundante en él. Oremos juntos. Padre celestial, gracias por enviar a Jesús, quien es verdaderamente el agua de la vida. En todos los sentidos, te agradecemos que él nos ha ofrecido vida de manera abundante y que puede darnos una comprensión tan refrescante de la vida, que verdaderamente podemos estar bebiendo agua físicamente y también bebiendo de la fuente de vida, Jesucristo. Gracias por escucharnos. Bendice a aquellos que necesitan beber más agua. Ayúdalos a alcanzar el nivel apropiado para que sus cuerpos sean puros y sus mentes puedan pensar con claridad mientras se relacionan contigo. En el nombre de Jesús lo pedimos. Amén.

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