Viviendo la Misión: Llamados a servir y compartir la esperanza

11 de julio de 2025 | Scarborough, Tobago | Libna Stevens, Noticias de la División Interamericana

Roger Alleyne recuerda con cariño el haber crecido con su abuela en Tobago. Recuerda haber sido criado en las enseñanzas de la Iglesia Metodista; pero durante su juventud dejó de asistir a la iglesia.

“Mi costumbre era lo que en este país se llama ser ‘de la cuadra o calle’”, dijo. Iba usualmente a fiestas, tomaba bebidas alcohólicas y hacía todas esas cosas”.

Alleyne vivía sin un sentido de propósito claro; hasta que experimentó el gozo de una vida transformada en Cristo. Ese cambio comenzó con un llamamiento por parte de su abuela instándolo a encontrar una iglesia y mantenerse aprendiendo acerca de Dios. Visitó entonces la Iglesia que estaba más cercana a su domicilio —una iglesia adventista del séptimo día.

“El asistir ahí cambió mi vida”, señaló.

Un llamamiento que no podía ignorar

Alleyne fue bautizado en 1996 y muy pronto tomó parte activa en su iglesia local, prestando sus servicios primeramente como secretario de ministerios personales y luego como su director y más tarde como anciano de iglesia.

“Escuché muchas veces a personas que me decían, ‘¡pareces un pastor, pareces un pastor!’” Pero yo no tenía intenciones de convertirme en un pastor —o siquiera en un evangelizador—, añadió.
Poco a poco comenzó a ayudar en campañas de evangelización celebradas en carpas y gradualmente fue teniendo la sensación de que Dios lo estaba llamando para ser parte de la labor de evangelización. “Había estado huyendo de esto durante mucho tiempo, hasta que el Señor, a través de un sueño, me convenció finalmente de que debía ir en esa dirección”, dijo.

Una vez que comprendió realmente que la Segunda Venida de Cristo pondría fin al dolor, el sufrimiento y la muerte, se sintió profundamente comprometido a dar a conocer esa esperanza con todos a su alrededor. Continuó prestando sus servicios como director de ministerios personales y una vez más como anciano de Iglesia. Fue entonces cuando comenzó Viviendo la Misión en su isla natal.

El evangelizador Alleyne celebró su primera campaña de evangelización en 1998, predicando en una carpa durante cuatro semanas. “Fue una traumática, pero maravillosa experiencia”, dijo. Traumática porque se sentía inseguro acerca de qué predicar y carecía de una clara orientación. “Yo solamente le pedí al Señor y escribí mis presentaciones lo mejor que pude. Fue una experiencia inolvidable. Se bautizaron tres personas y aprendí mucho de ese primer esfuerzo”.

Entrenamiento para un mayor impacto

Después de la campaña, el evangelizador Alleyne decidió tomar un corto descanso. “Esa noche no pude conciliar el sueño”, recordó. “Al día siguiente me enteré de que la Universidad del Sur del Caribe estaba en tiempo de inscripciones en su campus en Tobago. Me dirigí allá y resultó ser uno de los procesos más ágiles que haya jamás experimentado”.

Movido por el deseo de estar mejor preparado como evangelizador, el predicador Alleyne tomó la decisión de estudiar teología.

El estudiar en la Universidad Adventista en Trinidad significaba que tenía que viajar cada día. “Trabajaba durante el día, me subía a un avión para las clases de la tarde y volaba de regreso a casa cada noche —durante tres años”.

No era fácil establecer el equilibrio entre escuela y trabajo, admitió. “Esto me pasó factura, pero valió la pena porque recibí el entrenamiento apropiado para hacer la labor de evangelización”, dijo.

Se graduó con una licenciatura en ministerio pastoral y continuó dirigiendo campañas de evangelización en carpas cada año.

Identificado con los que sufren y los que tienen esperanza

Ya sea que vaya de casa en casa o esté predicando en grandes campañas de evangelización, Roger Alleyne aprovecha cada oportunidad para compartir la esperanza. “Cuando visito los hogares de las personas en mi trabajo, diciéndoles que tengo que desconectar su servicio eléctrico, encuentro gente de todos los sectores de la sociedad que están en busca de la verdad. Solamente necesitan el momento oportuno y el lugar correcto para que Dios pueda guiar y dirigir su vida”.

Las campañas en carpas, dijo, le sacan lo mejor de sí mismo. “Conozco la vida en las calles y es fácil para mí identificarme con la gente allá fuera, añadió.

“Cuando predico acerca de que se acabará toda enfermedad, la gente se aferra a esa promesa. Tal vez no tengan una casa aquí, pero ellos tendrán una en gloria. Cuando predico acerca de que van a ver nuevamente a sus seres amados, es solamente la Segunda Venida que puede hacer eso una realidad”.

Roger Alleyne planifica su esfuerzo evangelizador cada año y confía en que Dios va a preparar el camino. Natasha, su esposa, quien es una abogada, con frecuencia toma tiempo libre para apoyarlo como evangelizador laico, viajando algunas veces con él para sus campañas públicas.

Dando a conocer el mensaje en todo el mundo

A principios de este año, el predicador Alleyne dirigió una campaña de evangelización en la Iglesia Adventista Good News, en Scarborough, Tobago, en la cual se bautizaron 12 personas.

Movido por su amor por Cristo, Alleyne ha conducido docenas de campañas por todo el territorio del Caribe, en la División Interamericana y en lugares tales como África y Reino Unido. Como resultado de su ministerio, más de 600 personas han entregado su vida a Jesús.

Para él, Viviendo la Misión significa permitirle a Dios obrar a través de su vida a fin de que otros puedan ver su poder.

La historia de Roger Alleyne se presentó en el Informe Quinquenal de la División Interamericana durante la 62° Sesión de la Asociación General en St. Louis, Missouri, Estados Unidos, el 10 de julio de 2025.

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Traducción – Gloria A. Castrejón