Misael Artunduaga, un instructor bíblico laico, posa con su Biblia y su motocicleta frente a un templo de madera de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en una de las once comunidades indígenas establecidas en las llanuras orientales de Colombia, en donde ha estado dando a conocer el evangelio por los últimos siete años. [Imagen: Libna Stevens/DIA]


El instructor bíblico laico Misael Artunduaga lleva esperanza, salud y el evangelio a pueblos remotos en la región de Meta, Colombia

10 de julio de 2025 | Cristalinas, Meta, Colombia | Libna Stevens, Noticias de la División Interamericana

Hace siete años, Misael Artunduaga, un instructor bíblico laico, quien vive cerca de las planicies orientales de Colombia, descubrió su pasión por dar a conocer el evangelio a comunidades indígenas a lo largo de la vasta región de praderas situada al oriente de la cordillera de los Andes.

Todo comenzó cuando un miembro de la comunidad indígena Sikuani se alojó en el motel administrado por Misael Artunduaga y su esposa. De ahí se formó una rápida amistad. “Él me invitó a su casa y yo comencé a enseñarle a él y a su familia acerca del amor de Dios y su plan de salvación”, dijo el instructor Artunduaga. “Tiempo más tarde, él me presentó a su comunidad más amplia”.

Misael Artunduaga (derecha) revisa plantas de semillero con el dirigente del grupo indígenas durante una de sus visitas a la comunidad en marzo de 2025. [Imagen: Libna Stevens/DIA]

Poco tiempo después, el instructor laico Artunduaga conoció al dirigente de la mencionada comunidad indígena. Después de seis meses de estudios bíblicos, este dirigente y su familia recibieron el bautismo.

Un encuentro fortuito que encendió una misión

“Me tomó algún tiempo ganarme su confianza. Pasé algún tiempo en su comunidad, integrado en su cultura, fui de pesca con ellos, planté yuca en sus pequeños huertos y me quedé con ellos por algunos días, comiendo con ellos y durmiendo en una hamaca”.

“Fue toda una experiencia entender la forma como ellos procesan las cosas”, explicó el instructor Artunduaga. “Ellos tienen una forma diferente de comunicarse y socializar. Su idioma consiste en solamente 11 letras”. Notó que la mayoría de los hombres saben leer y escribir; y aunque logró aprender algunas palabras en sus idiomas locales, ha estado trabajando con la ayuda de un intérprete que puede traducirle los mensajes. “Dios comenzó a despertar en mí la pasión por la misión de dar a conocer el evangelio con más familias en la comunidad”, añadió.

Misael Artunduaga (en el centro, atrás) toma tiempo para hablar con un grupo de creyentes, mientras el pastor de distrito, Henry Ramírez (derecha), se une para ofrecer ánimo durante una reciente visita. [Imagen: Libna Stevens/DIA]

Poco a poco, el instructor Artunduaga comenzó a visitar más comunidades en su motocicleta, estudiando con las personas la Palabra de Dios y llevándoles alimentos, ropa y ejemplares de la Biblia. Con frecuencia viaja durante dos, tres y algunas veces hasta 13 horas para llegar hasta esas remotas comunidades indígenas, pasando en ocasiones hasta tres semanas cada mes, ejerciendo su ministerio entre ellos, Les enseña lecciones bíblicas que comienzan con el plan de salvación de Dios, el sábado, cómo vivir la vida cristiana y mantener una salud y nutrición apropiadas.

Hasta ahora, el instructor Artunduaga ha alcanzado con el evangelio a 11 comunidades que hablan tres diferentes idiomas, dentro de las 67 más grandes comunidades indígenas en la región. Cada una de las 11 comunidades tiene un pequeño edificio de iglesia, hecho de madera, en donde se reúnen regularmente los miembros para la adoración.

Los creyentes se reúnen en el templo adventista del séptimo día, hecho de madera, mientras el instructor Misael Artunduaga dirige un estudio bíblico. [Imagen: Libna Stevens/DIA]

Una incansable jornada de fe sobre dos ruedas

Más de 700 personas han recibido el bautismo a través de los esfuerzos del instructor Artunduaga. A fin de apoyar la creciente labor, la asociación local ha asignado un pastor de distrito que ayude a visitar y ministrar en las comunidades cuando sea posible.

“Algunas veces toma semanas antes de que pueda regresar a una comunidad porque el poder visitar todas ellas puede tomar más de dos meses”, dijo. La evangelización toma tiempo para echar raíz en comunidades indígenas, explicó el instructor.

Misael Artunduaga ora antes de bautizar a una pareja de habla piapoco, en Piragua, situada en la planicie oriental de Colombia, el 28 de junio de 2025. [Imagen cortesía de Misael Artunduaga]

“No contamos con 60 años para llegar hasta todos los idiomas y comunidades”, dijo. Su sueño es llegar con el evangelio hasta por lo menos siete más idiomas entre los grupos más cercanos. Ahí está el sáliba y otros idiomas que todavía no hemos podido alcanzar. El poder llegar a más personas con el evangelio va a requerir más recursos”.

Viviendo la Misión—Una vida con propósito

Misael Artunduaga, quien fue bautizado en la Iglesia Adventista del Séptimo Día cuando tenía 14 años, considera su labor entre las comunidades indígenas una de las más significativas y gratificantes de su vida. “Me encanta pasar tiempo con ellos, hablar con ellos y hablarles acerca de Cristo”, dijo. Cuando estoy con ellos durante esas reuniones de ocho a diez días, siento como que es una vacación para mí”.

El instructor bíblico laico, Misael Artunduaga. con una de las 11comunidades étnicas en las planicies orientales del sur de Colombia a quienes ha estado ministrando con el evangelio durante seis años. [Imagen: Libna Stevens/DIA]

Gracias a la provisión y orientación divina, Misael Artunduaga y Marta, su esposa, han sido capaces de apoyar la labor de ministrar en favor de tantas comunidades indígenas, respondiendo al llamado de dar a conocer el mensaje de esperanza y vida eterna en Jesús.

Para Artunduaga, Viviendo la Misión significa un compromiso pleno con las personas indígenas, pasando tiempo con ellas , formando relaciones y preparándolas para la segunda venida de Jesús.

La experiencia de Misael Artunduaga fue presentada en el Informe Quinquenal de la División Interamericana durante la 62° Sesión de la Asociación General en St. Louis, Missouri, Estados Unidos, el 10 de julio de 2025.

Para ver el video del informe, pulsa AQUÍ

Traducción – Gloria A. Castrejón

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