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Lemis Gómez Mendoza (tercera desde la izquierda) con su pareja y sus suegros. La joven de 20 años, no adventista, participó en “Misión Transforma Arauca” y experimentó una transformación espiritual por medio de la misión. [Fotografía: Unión Colombiana del Norte]

Una semana de servicio y adoración ayudó a que una persona que no era miembro de iglesia descubriera una conexión con Dios.

24 de septiembre de 2025 | Medellín, Antioquía | Cristin Serrano y noticias de la División Interamericana

Acampar por primera vez, servir a los demás y participar en el culto diario dejó una huella duradera en Lemis Gómez Mendoza, una joven de 20 años que descubrió un camino de fe y esperanza gracias al proyecto Misión Transforma.

La décima edición de Misión Transforma, llevada a cabo en el departamento de Arauca en el norte de Colombia, dejó un profundo impacto en la vida de Lemis. Había aceptado la invitación de sus suegros de unirse al proyecto, sin saber lo que significaría para ella. Aunque no es adventista del séptimo día, rápidamente descubrió una comunidad diferente a cualquier otra que había conocido.

Marta en su casa de madera, antes de la intervención de Misión Transforma en Saravena, Arauca. La casa se inundaba con cada lluvia y corría el riesgo de derrumbarse. [Fotografía: Unión Colombiana del Norte]

“Sentí paz, calma y un ambiente completamente diferente al que suelo experimentar”, contó. “Incluso imaginé cómo sería entregar mi vida a Cristo”.

Para Lemis, la experiencia de servir a los demás, acampar por primera vez y participar en el culto diario dejó una impresión indeleble. “Sientes una cercanía con Dios, algo que quiero compartir con mis amigos y animarlos a experimentar”, agregó con entusiasmo.

Mientras Lemis se embarcaba en su travesía espiritual, otra historia tocó los corazones de otras personas en la comunidad.

Voluntarios de Misión Transforma Arauca mezclan cemento, como parte de los trabajos de construcción que beneficiaron a la comunidad local [Fotografía: Unión Colombiana del Norte]

Marta Pérez (nombre cambiado por privacidad), adventista del séptimo día, vive con su hija en una pequeña casa de madera que alguna vez se inundaba cada vez que llovía, haciendo que la estructura corriera riesgo de colapsar. Conmovidos por la situación, los voluntarios intervinieron para ayudar: reconstruyeron las paredes, aseguraron una nueva puerta y repararon el techo.

Con lágrimas en los ojos, Pérez, que vive en la comunidad de Saravena, expresó: “Ahora puedo dejar a mi hija en casa con confianza, porque es seguro. Ya no nos mojaremos, gracias a mi precioso Señor”.

Agradecido por el apoyo, Pérez agregó: “Esos jóvenes tienen un corazón tan grande. Renunciaron a su propia comodidad para venir a ayudar sin esperar nada a cambio. Solo Dios podría inspirar algo así en ellos”.

Un voluntario mayor contribuye con su experiencia y esfuerzo al trabajo de pintura durante Misión Transforma Arauca. [Fotografía: Unión Colombiana del Norte]

Las experiencias de Lemis y la esperanza restaurada a la familia de Pérez fueron parte de un esfuerzo mayor que movilizó a más de 150 voluntarios en todo Arauca. En el transcurso de una semana, cuatro proyectos cobraron vida: la construcción de un auditorio con espacio para mil personas, la renovación de una escuela adventista, la construcción de un salón juvenil y la expansión de la casa de Pérez.

Los voluntarios compartieron que, más allá de la fatiga física, la misión fortaleció su fe. “No importa qué profesión tengamos; todos podemos trabajar para Dios y dar lo mejor de nosotros por los demás”, dijo Milton Dueñas, un agricultor de 40 años. Para Miriam Acevedo, de 64 años, la experiencia fue un regalo. “Me siento muy agradecida con Dios por darme la oportunidad de contribuir a su obra”, expresó. “Fue una experiencia excelente, llena de compañerismo y servicio”.

El pastor Mauricio Buitrago (izquierda), director de ministerios juveniles de la Unión Colombiana del Norte, habla con el pastor Omar Piña (derecha), director de ministerios juveniles de la Asociación Noreste, durante la Misión Transforma Arauca. [Fotografía: Unión Colombiana del Norte]

El pastor Mauricio Buitrago, director de ministerios juveniles de la Unión Colombiana del Norte y principal organizador de la iniciativa, captó el espíritu de la misión cuando compartió que Jesús “nos enseñó a mezclarnos con las personas, empatizar con ellas y satisfacer sus necesidades. Eso es lo que hace Misión Transforma”.

Haciéndose eco de ese sentimiento, el pastor Omar Piña, director de ministerios juveniles de la Asociación Noreste, reflexionó sobre la experiencia de los voluntarios y dijo que “vieron la mano de Dios presente en cada detalle. Dondequiera nos faltó algo, él abrió un camino”.

Al concluir el proyecto misionero, el pastor Raúl Torra, secretario ejecutivo de la Asociación Noreste, enfatizó el impacto duradero de la iniciativa, señalando que “este proyecto no solo construyó paredes sino también discipulado. Los jóvenes aprendieron que la iglesia es una familia que sirve y comparte”.

Traducción de Marcos Paseggi