Kenneth Weiss, vicepresidente y director de operaciones de Maranatha, muestra un mapa con enlaces a lugares en los que el ministerio ha trabajado en todo el mundo. “Nunca trabajamos separados de la organización de la Iglesia Adventista”, dijo. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
“Nunca brindamos servicios aparte de la organización de la Iglesia Adventista”, dicen los líderes de Maranatha.
1 de octubre de 2025 | Marcos Paseggi, Adventist Review
En el ajetreo y el bullicio de las operaciones diarias, los líderes de Maranatha Volunteers International a veces están obligados a enfrentar situaciones de grandes desafíos. El ministerio dirigido por laicos, que construye iglesias y escuelas y perfora pozos de agua en diversas partes del mundo, suele trabajar bajo realidades sociales, económicas y políticas cambiantes y en naciones con diversos niveles de tolerancia y libertad religiosas.
Pero a pesar de los objetivos cambiantes y las situaciones inestables, hay algo que nunca cambia: “Nunca trabajamos separados de la organización de la Iglesia Adventista”, dice Kenneth Weiss, vicepresidente y director de operaciones de Maranatha. Y nunca vamos a trabajar en un lugar específico a menos que los líderes adventistas regionales nos llamen”.
Erton Köhler, entonces secretario de la Asociación General (con camiseta roja), y su equipo posan con algunos líderes de Maranatha y locales fuera de una iglesia en La Habana, Cuba. El grupo ayudó a repararla y repintarla en 2024. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Los líderes de la iglesia están en contacto regular con los líderes de Maranatha tanto como sea necesario, y viceversa. Muchos de esos líderes saben de primera mano lo que hace Maranatha y han sido parte de un equipo de voluntarios de Maranatha o han facilitado las actividades del ministerio en sus regiones. Esto incluye al actual presidente de la Asociación General, Erton Köhler, quien, junto con su familia y otros, ayudó a construir una iglesia en la República Dominicana hace unos años. En tiempos más recientes, con su entonces equipo de la Secretaría de la Asociación General, ayudaron a reparar y pintar dos iglesias en La Habana, Cuba.
Los líderes de la iglesia regional también son invitados periódicamente a dirigirse a los voluntarios, donantes y otros simpatizantes de Maranatha, así como a la junta del ministerio. Es algo que destaca la colaboración continua entre las entidades oficiales de la iglesia y las iniciativas basadas en miembros laicos, dijeron los líderes del ministerio.
Blasious Ruguri, presidente de la División de África Centro-Oriental, fue el orador principal en la inauguración de la Escuela Adventista y Centro de Rescate de Kajiado que Maranatha construyó en Kajiado, Kenia, en julio de 2024. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
En sus 56 años de existencia, la decisión de Maranatha de trabajar con los líderes de la iglesia ha salvado al ministerio de algunos de los escollos que han experimentado otros ministerios de apoyo. “A menudo, los que mejor conocen la realidad sobre el terreno son los líderes de la iglesia local y regional”, explicaron los líderes del ministerio. Maranatha también trabaja en conjunto con profesionales locales de cada lugar. Por lo general, un proyecto de construcción lleva la firma de arquitectos locales, lo que garantiza que una iniciativa en particular cumpla con todos los estatutos locales y otras leyes del país.
Vyacheslav Demyan, presidente de Hope Channel International, se dirige a los miembros de la junta directiva de Maranatha Volunteers International el 21 de septiembre, destacando las oportunidades de colaboración. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Al mismo tiempo, Maranatha no evita conectarse con funcionarios del gobierno cuando es necesario. “A lo largo de los años hemos cultivado sólidas relaciones de confianza y amistad con líderes de gobierno en muchos países”, explicó Don Noble, presidente de Maranatha durante más de cuatro décadas. “Y esas relaciones han abierto puertas para que el Señor actúe por medio de Maranatha para apoyar la misión.”
Aldo Pérez (izquierda), presidente de la Unión Cubana, se dirige a los miembros de la junta directiva de Maranatha el 21 de septiembre mientras Kenneth Weiss traduce sus palabras. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Maranatha no recibe fondos de la organización de la Iglesia Adventista; es un ministerio totalmente financiado por donantes. En consecuencia, no dependen solo de pequeños y grandes contribuyentes, sino también de asociaciones con diversos campos y organizaciones de la iglesia.
Un ejemplo es una iniciativa que busca apoyar el desarrollo de la iglesia en el estado brasileño de Minas Gerais. Si bien Brasil es el país con el mayor número de adventistas bautizados en el mundo, ese estado ha demostrado presentar grandes desafíos a la tarea de compartir el mensaje adventista. Según los líderes regionales, todavía hay cientos de pueblos sin presencia adventista.
La Unión Asociación del Sureste de Brasil (SBUC), que incluye a Minas Gerais, ahora espera asociarse con Maranatha para construir más iglesias para los crecientes grupos e iglesias en todo el estado. Es un proyecto ambicioso, parte de una iniciativa en múltiples niveles, informó hace poco Hiram Kalbermatter, presidente de la SBUC. “La División Sudamericana está apoyando la iniciativa, así como las uniones y todos los campos locales de la región”, dijo Kalbermatter. “Los fondos se están utilizando para financiar a los instructores bíblicos en ciudades sin presencia adventista, y luego, cuando se forman los primeros grupos, para alquilar un salón donde reunirse”.
Monty Jacobs, director ejecutivo de AdventHealth Global Missions y miembro de la junta directiva de Maranatha, representa otro ejemplo de cómo las organizaciones eclesiásticas y los ministerios dirigidos por laicos pueden trabajar juntos en la misión. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Pero lo fundamental en todo el proceso es que la organización de la iglesia apoye la iniciativa, enfatizaron los líderes de Maranatha. “Cuando Maranatha termina un templo o una escuela, siempre pasa, tarde o temprano, a ser propiedad de la iglesia”, explicó un líder. “Las iniciativas de Maranatha comienzan trabajando con la organización de la iglesia, avanzan mediante consultas periódicas con los líderes regionales de la iglesia y regresan al campo regional después de su finalización. Esto es lo que significa ser un ministerio de apoyo: todos trabajamos juntos en una misma misión”.
Traducción de Marcos Paseggi