Una de las formas mejores de prevenir enfermedades es a través de la dieta, afirman los investigadores.
16 de noviembre de 2025 | Loma Linda, California, Estados Unidos | Ansel Oliver, Loma Linda University News
Las personas que consumen más nueces, especialmente los denominados frutos secos o producidos en árboles, tales como almendras, nuez de nogal y anacardo o marañón, presentan un riesgo de fallecimiento significativamente menor por causa de enfermedad cardiovascular, en comparación con aquellas que muy raramente o nunca las consumen, de acuerdo a un nuevo estudiorealizado por investigadores de Loma Linda University Health.
Aquellas personas con el consumo más alto de nueces tuvieron hasta un 17 a 27 por ciento de menor riesgo de muerte, dijeron los investigadores.
Aunque estudios similares han examinado la asociación entre el consumo de nueces y la salud, menos de la mitad de ellos han enfocado su atención en nueces producidas en árboles, las denominadas frutos secos. Muchos de estos estudios incluyeron maní o cacahuate y mantequilla de este, que técnicamente se clasifica como legumbre. La esperanza de los investigadores es que este estudio añada evidencia de que la dieta continúa jugando un papel sustancial en la salud.
“Nos involucramos en esta investigación porque las enfermedades del corazón continúan siendo una de las principales causas de muerte en los Estados Unidos y en el mundo”, dijo Montry Suprono, director del Centro de Investigación Dental de la Escuela de Odontología de la Universidad Loma Linda y autor principal del estudio. “Se ha creado un cúmulo de medicamentos; sin embargo, muchos de los problemas de salud pueden prevenirse y una de las mejores formas de hacerlo es a través de la dieta”.
Su estudio —“Consumo de nueces y riesgo de enfermedades cardiovasculares y mortalidad por cardiopatía isquémica: Estudio Adventista sobre la Salud 2”—, se publicó a principios de este mes en la Journal of Nutrition (Revista de Nutrición)..
En la conducción de esta investigación, el equipo exploró datos de una encuesta longitudinal aplicada a más de 80,000 personas. Ese cohorte del Estudio Adventista sobre la Salud 2 incluyó un amplio cuestionario aplicado a adventistas del séptimo día de Estados Unidos y Canadá, de 2002 a 2007. El investigador Suprono afirmó que dicho grupo de personas estaba generalmente más saludable que la población general, con unas cuantas entre ellas fumando o tomando bebidas alcohólicas en forma regular.
“Ese tipo de sustancias y comportamientos dañinos aparecieron más frecuentemente en otros cohortes y pueden anublar la asociación entre dieta y enfermedad”, dijo el investigador Suprono. “El Estudio Adventista sobre la Salud 2 les permite a los investigadores evaluar mejor la asociación entre solamente la dieta y la enfermedad”.
Aunque los últimos hallazgos son de carácter observacional y no pueden probarse de causa a efecto, son de hecho consistentes con otros estudios de consumo de nueces asociado a una descenso del riesgo cardiovascular, agregó el investigador
Dijo también que en la década de 1980 y a principios todavía de 1990, las nueces eran consideradas por muchas personas como poco saludables, debido a su contenido de grasas. Esto fue mayormente debido a la influencia de investigaciones más tempranas que asociaban la grasa incluida en la dieta con las enfermedades del corazón. Como resultado, el consejo médico y las guías dietéticas de ese tiempo desaconsejaban con frecuencia los alimentos ricos en grasas (incluyendo las nueces), lo cual llevaba a muchas personas a evitarlas a pesar de sus potenciales beneficios de salud. Fue hasta 1992 que Gary Fraser, quien es el investigador primordial del Estudio Adventista sobre la Salud 2, publicó un estudio que hizo historia mostrando los efectos potenciales de las nueces en contra de las enfermedades del corazón. El investigador Fraser se involucró también en este último estudio.
“Ese estudio puso literalmente a las nueces otra vez en el mapa”, dijo el investigador Suprono. “Precipitó una cascada de estudios en otros cohortes con base en los Estados Unidos, tales como “Estudios sobre Salud de Enfermeros”, “Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud”, juntamente con otros estudios en Europa y Asia”.
Las nueces contienen esteroles de origen vegetal, magnesio, fibra y vitaminas, que podrían reducir la inflamación y en cierto grado, la presión sanguínea, indicó el investigador. Juntos, esos macro y micronutrientes trabajan sinérgicamente para apoyar vasos sanguíneos más saludables y reducir el riesgo de arterioesclerosis y enfermedades del corazón.
El consumir varios pequeños puñados de nueces algunas cuantas veces a la semana sería un excelente punto de partida para aquellas personas que las habían evitado antes o que ahora desean consumirlas. Las nueces son alimentos ricos en nutrientes, contienen gran cantidad de macro y micronutrientes. Pueden consumirse con moderación directamente o añadirse a ensaladas, avena, batidos o yogur. Se recomienda también nueces mínimamente procesadas —sin sal añadida y crudas, en vez de procesadas o tostadas.
El equipo llevó a cabo también un análisis de substitución a fin de explorar la reducción potencial de riesgo al substituir nueces por ciertos alimentos tales como carne roja no procesada, carne procesada, huevos y carne de aves. El investigador Suprono dijo que los resultados fueron sustancialmente significativos, con un 35 a 44 por ciento de disminución del riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares. Aunque estos hallazgos son de naturaleza exploratoria, subrayan el potencial benéfico de salud pública de alentar cambios pequeños y prácticos hacia más estrategias dietéticas basadas en plantas para apoyar la salud del corazón.
“La tendencia general en las investigaciones sobre vida saludable es consumir menos carne y substituirla por proteína de origen vegetal”, añadió el investigador Suprono.
La versión originalde esta noticia la publicó la Universidad Loma en su sitio de noticias.
Traducción – Gloria A. Castrejón