La iglesia adventista de Río Negro, ubicada en la capital de la parroquia de Santa Elizabeth, se encuentra sin techo e inundada después de que el huracán Melissa arrasara el área el 28 de octubre de 2025, dañando árboles y propiedades en una de las regiones más afectadas del oeste de Jamaica. [Fotografía: Rubén Ponce/ADRA]

Directivos de la División Interamericana se unen a los líderes de la iglesia local para brindar alivio, aliento y compromiso a largo plazo después de la devastación generalizada del huracán Melissa.

3 de noviembre de 2025 | Montego Bay, Jamaica | Libna Stevens, Noticias de la División Interamericana

La escala de destrucción dejada por el huracán Melissa en Jamaica “no puede ser captada en inglés por la palabra catástrofe”, dijo el pastor Glen Samuels, presidente de la Asociación de Jamaica Occidental, mientras inspeccionaba los escombros en las parroquias occidentales de la isla cinco días después de que azotara la monstruosa tormenta.

“He pasado por Gilbert”, dijo, refiriéndose al huracán de 1988 grabado en la memoria de los jamaiquinos por su destrucción generalizada, “pero Gilbert no fue nada en comparación con esto”.

El pastor Glen Samuels, presidente de la Asociación de Jamaica Occidental, habla brevemente con un miembro de la iglesia durante un relevamiento y una campaña de ayuda en la parroquia de Westmoreland el pasado 2 de noviembre de 2025. [Fotografía: Libna Stevens/DIA]

El huracán Melissa, de categoría 5, arrasó Jamaica el 28 de octubre, destruyendo casas, diezmando estructuras y cortando la electricidad y las comunicaciones a comunidades enteras. Entre la devastación, los funcionarios de la iglesia han confirmado la muerte de cinco adventistas del séptimo día en la región occidental de la isla.

Líderes adventistas de toda Jamaica y de la División Interamericana visitaron las zonas más afectadas el pasado 2 de noviembre para ver los daños, solidarizarse con los miembros afectados y alentar los esfuerzos de socorro para proporcionar alimentos, agua y atención espiritual a miles de residentes desplazados. Los líderes de la iglesia local continúan trabajando para localizar a los miembros en la devastada parroquia de St. Elizabeth, donde muchos permanecen sin electricidad ni agua corriente.

De izquierda a derecha: Los pastores Karl Archer, presidente de la Asociación Jamaiquina del Norte en St. Ann; Everett Brown, presidente de la Unión Jamaiquina; Abner De los Santos, presidente de la División Interamericana; David Poloche, director de ADRA Interamérica; y Balvin Braham, vicepresidente de la División Interamericana, ven los extensos daños a cinco iglesias destruidas por el huracán Melissa, incluida la iglesia adventista Palabra de Esperanza que se ve detrás de ellas. [Fotografía: Libna Stevens/DIA]

Respuesta y movilización inmediatas

El pastor Everett Brown, presidente de la Unión Jamaiquina, describió la primera fase de la estrategia de ayuda de la iglesia como una movilización de todos para satisfacer las necesidades urgentes. “Esta es una de las crisis más desgarradoras que hemos enfrentado”, dijo. “Nunca hemos visto nada de esta magnitud en nuestra generación”.

“Las mayores necesidades en este momento son de alimentos, agua y vivienda básica”, continuó Brown. “Antes del huracán, preposicionamos alimentos por valor de medio millón de dólares jamaiquinos en las cinco asociaciones y, desde entonces, ADRA y la unión han estado distribuyendo artículos básicos.”

El techo de la iglesia adventista de Discovery Bay se encuentra a varios metros de distancia después de ser arrancado por el huracán Melissa en St. Ann, Jamaica. [Fotografía: Libna Stevens/DIA]

Señaló que más de 150 iglesias adventistas sufrieron daños significativos en toda la isla, particularmente en St. Elizabeth, St. Mary y Westmoreland. Casi doscientos mil miembros se han visto afectados, de los más de 340 mil adventistas del séptimo día en Jamaica. “Estamos planeando una distribución masiva de alimentos y agua esta semana”, dijo. “Muchos tienen hambre, duermen en colchones mojados y no tienen otro lugar adónde ir”.

Esfuerzos coordinados de ADRA

La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), tanto a nivel internacional como a través de su sede en la División Interamericana, está en el lugar ayudando con la logística y la coordinación de suministros.

Líderes de la División Interamericana oran por las víctimas del huracán Melissa junto a la entrada de la iglesia adventista de Discovery Bay en la ciudad costera norteña de Discovery Bay, St. Ann, Jamaica, el 2 de noviembre de 2025. [Fotografía: Libna Stevens/DIA]

Rubén Ponce, coordinador de respuesta a emergencias de ADRA Internacional en Jamaica y director de ADRA México, enfatizó que la colaboración con las entidades eclesiásticas ha sido inmediata y unida. “Estamos viendo que los miembros de iglesia están abriendo sus hogares, ofreciéndose como voluntarios en refugios y movilizando recursos en un tiempo récord”, expresó. “Es un testimonio del espíritu adventista de servicio”.

Iglesias como centros de esperanza

En la Asociación de Jamaica Occidental, el pastor Samuels y su equipo han convertido las instalaciones de la iglesia en centros de almacenamiento y distribución. “Hemos pedido aproximadamente US$70 mil en alimentos, pero eso apenas es suficiente”, dijo. “Estamos tratando de obtener más suministros mientras evaluamos la longitud de las láminas de zinc y la madera necesarias para ayudar a que los miembros reconstruyan sus techos”.

Para restablecer la comunicación, la asociación está instalando centros de carga y datos con energía solar en cada capital de distrito, lo que permite que los miembros y la comunidad vuelvan a conectarse con sus familias. “El silencio ha sido devastador”, dijo Samuels. “Tenemos pastores que todavía no pueden llegar a sus iglesias. Pero incluso en medio de los escombros, la gente se reúne para orar”.

El coordinador de respuesta a emergencias de ADRA, Rubén Ponce (centro), se reúne con Wenford Henry (segundo desde la izquierda), director de ADRA Jamaica; y Alejandra López, encargada de programas de ADRA, mientras revisan las operaciones de socorro en curso en el centro de la agencia en Mandeville, Jamaica. [Fotografía: Migue Roth/ADRA Internacional]

El cuidado pastoral de Samuels va más allá de las necesidades materiales. “Muchos están traumatizados, cuestionando cómo un Dios amoroso puede permitir esto”, contó. “Les digo: ‘Dios es culpado por el trabajo sucio del diablo. Sin embargo, es por las misericordias del Señor que no somos consumidos. Su compasión nunca falla’”.

Los líderes de la división visitan el lugar

Desde la sede de la División Interamericana en Miami, Florida, una delegación encabezada por el pastor Abner De los Santos, presidente de la División Interamericana, junto con el vicepresidente Balvin Braham y el director de ADRA Interamérica David Poloche, viajaron a Jamaica para reunirse con líderes locales y presenciar la devastación de primera mano.

Un miembro de iglesia que es voluntario camina por el almacén de la Asociación de Jamaica Occidental en Montego Bay, Jamaica, el 2 de noviembre de 2025, donde se empaquetan suministros de alimentos para las familias de las cuatro parroquias más afectadas en la región occidental de la isla. [Fotografía: Libna Stevens/DIA]

“Los daños son asombrosos”, dijo De los Santos. “A veces, se siente como si estuviéramos caminando por una zona de guerra. Pero hemos orado con nuestros líderes y miembros, los hemos abrazado y les hemos recordado que incluso en la tragedia, este es nuestro momento de mostrar amor práctico”.

De los Santos hizo un llamado a la comunidad adventista de toda la División Interamericana para que oren por Jamaica y contribuyan por medio de ADRA y las iniciativas de la iglesia local. “Según Mateo 24, crisis como estas —terremotos, huracanes, guerras— son llamados para que actuemos con amor”, dijo. “Cuando el amor de muchos se enfría, los fieles tienen que responder con compasión”.

El pastor Abner De los Santos, presidente de la División Interamericana, y el pastor Everett Brown, presidente de la Unión Jamaiquina, analizan las necesidades de la iglesia y la comunidad durante una parada en la sede de la Asociación de Jamaica Occidental el 2 de noviembre de 2025. [Fotografía: Nigel Coke]

En los días posteriores a la tormenta, Braham, quien también preside la Comisión de Manejo de Crisis de la División Interamericana, ha estado coordinando incansablemente la respuesta de la iglesia a la catástrofe de Jamaica. Ha mantenido una comunicación constante con las autoridades locales para asegurar las autorizaciones de vuelo para la ayuda entrante. En conjunción con Aviación Mundial Adventista, está organizando un vuelo dedicado para transportar suministros y personal a comunidades remotas, al tiempo que colabora con la División Norteamericana para movilizar voluntarios calificados para la reconstrucción de iglesias y hogares devastados por el huracán Melissa.

Una mirada hacia el futuro: Fe y reconstrucción

A pesar de la pérdida y los desafíos logísticos, la esperanza sigue presente con fuerza. El pastor Brown informó que las iglesias fuera de las zonas de desastre ya han comenzado a organizar colectas de alimentos, mientras que los adventistas en el extranjero, en Inglaterra, Canadá y América del Norte, están prometiendo apoyo. “Hemos recibido llamadas de presidentes de uniones de toda la División Interamericana y se han comprometido a apoyar los esfuerzos de ayuda”, dijo Brown.

Los residentes de Cuffies Pen en la parroquia de St. Elizabeth reciben platos de comida durante una visita especial de miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día el domingo 2 de noviembre de 2025. [Fotografía: Unión de Jamaica]

“La iglesia no puede guardar silencio cuando nuestros miembros están necesitados”, dijo Brown. “Tenemos que estar ahí para ellos, no solo en oración sino en acción”.

Mientras los camiones salían de la Asociación de Jamaica Occidental en Montego Bay hacia las parroquias occidentales, Samuels observó que los voluntarios cargaban cajas y lonas. “No podemos reemplazar todo lo que han perdido”, dijo en voz baja, “pero podemos traer luz donde la oscuridad se ha asentado. Y para eso está la iglesia”.

Las fuertes lluvias y las graves inundaciones dejaron las calles de la parroquia de Westmoreland, Jamaica, cubiertas de barro y escombros, con vehículos aún varados días después del paso del huracán Melissa, el 2 de noviembre de 2025. [Fotografía: Libna Stevens/DIA]

El desafío inmediato, explicó Samuels, es que la primera ronda de distribuciones proporciona solo suministros suficientes para unas dos semanas. “La necesidad es abrumadora”, dijo, y señaló que los voluntarios están trabajando incansablemente para volver a empaquetar suministros de alimentos, para que puedan enviarse nuevamente lo más rápido posible. “La gente está traumatizada. Se lo puede ver en sus rostros. Lo han perdido todo”, dijo.

Samuels, cuya casa se inundó y aún carece de electricidad y agua, dijo que no se ha detenido a evaluar sus propias pérdidas. Su prioridad, explicó, ha sido escuchar a los miembros de iglesia, identificar a los más vulnerables, orar con ellos y brindarles apoyo mientras enfrentan días de incertidumbre. “Primero necesitamos satisfacer sus necesidades básicas y refugio y pasar a brindar servicios de asesoramiento poco después”, agregó Samuels.

El pastor Glen Samuels (derecha), presidente de la Asociación de Jamaica Occidental, analiza los desafíos de ayuda en cuatro parroquias. La sede de la asociación y el Centro, desde donde se transmiten en vivo los cultos semanales, sufrieron daños en el techo, inundaciones y pérdida de energía después del paso del huracán Melissa el pasado 28 de octubre de 2025. [Fotografía: Nigel Coke]

Un recorrido por la parroquia norteña de St. Ann reveló iglesias con techos arrancados y santuarios aplastados, dijeron los líderes. De las ochenta iglesias de la Asociación Jamaiquina del Norte, seis fueron destruidas, incluida la iglesia adventista Palabra de Esperanza, según el pastor Karl Archer, presidente de la asociación. A pesar de la devastación, los miembros se reunieron en los terrenos de la iglesia para adorar y orar el sábado por la mañana, el pasado 1 de noviembre.

En la iglesia adventista de Discovery Bay, donde el huracán había arrancado todo el techo y lo había arrojado a varios metros de distancia, los líderes se pararon en la entrada para orar por todos los miembros afectados por la tormenta y los esfuerzos de socorro en los próximos días.

Las líneas eléctricas se encuentran esparcidas por la región occidental de Jamaica después de que el huracán Melissa azotara la zona el 28 de octubre de 2025. [Fotografía: Libna Stevens/DIA]

Cómo ayudar

Las donaciones para la recuperación del huracán Melissa se pueden hacer visitando adra.org

Su contribución trae esperanza, alivio y dignidad a quienes reconstruyen sus vidas. Cada donación marca una diferencia. Sus fondos donados apoyarán la distribución continua de alimentos, la reparación de refugios y los proyectos de reconstrucción comunitaria en Jamaica y otras islas afectadas por la reciente tormenta.

Traducción de Marcos Paseggi