Un equipo de 35 ciclistas adventistas se embarcó en un dificultoso recorrido de 420 kilómetros, como parte de la iniciativa “Esperanza sobre ruedas” Colombia, del 11-15 de 2023. Desde los 2822 metros sobre el nivel del mar de Tunja a los 960 metros de Bucaramanga, el equipo recorrió los tramos no solo con pasión por el ciclismo sino con un deseo ferviente de esparcir esperanza. A lo largo del camino, distribuyeron 780 libros, 450 botellas de agua y 550 impresos, alcanzando a 1750 personas con el mensaje de la iniciativa “Quiero vivir sano”.
Desafíos en el camino
Esperanza sobre ruedas Colombia incluyó etapas que pusieron a prueba la resistencia de los ciclistas, dijeron los organizadores. La primera etapa cubrió 104 kilómetros desde Briceño, Cundinamarca, a Tunja, Boyacá, y presentó un terreno más bien llano y temperaturas máximas de 23 grados, con 2822 sobre el nivel del mar.
La segunda etapa de setenta kilómetros llevó a los ciclistas desde Tunja a Barbosa, en Santander, por rutas empinadas y vistas panorámicas. La primera parada tuvo lugar en la famosa casa del ciclista Nairo Quintana, donde tuvieron la oportunidad de pasar tiempo con la familia del ciclista. Eloisa Rojas, madre de Quintana, y su hermano dieron la bienvenida a los 35 ciclistas de la Iglesia Adventista. “Gracias por su oración y por estar aquí”, dijeron a los ciclistas. “Todos son bienvenidos”.En la tercera etapa, anduvieron por el estado de Santander durante 115 kilómetros, desde Barbosa a San Gil, por caminos estrechos y temperaturas que llegaron a los 30 grados, a 1114 metros sobre el nivel del mar.
El 14 de octubre, el club de ciclismo tuvo un programa matutino en la iglesia adventista Renacer Central en San Gil, donde participaron de la Escuela Sabática, la alabanza, la oración, los testimonios y el rincón de los niños. Hasta predicaron, compartiendo así su fe y el mensaje de la vida sana. “Nos sentimos agradecidos por la obra de testificación de estos clubes de ciclismo en Colombia”, comentaron los miembros.La cuarta y última etapa llevó a los ciclistas por 110 kilómetros, desde San Gil a Bucaramanga. Anduvieron por subidas empinadas y bajo un intense calor, pasando junto al volcán Chicamocha. A pesar de los desafíos del recorrido, todos los ciclistas lograron completar el recorrido con éxito.
Impacto comunitarioUno de los puntos destacados del evento fue el impacto positivo que tuvo en las comunidades a lo largo del recorrido, dijeron los organizadores. En cada parada desde Tunja a Bucaramanga, los miembros de iglesia y de la comunidad saludaron al equipo.
Henry Cárdenas, exciclista famoso de Colombia en las décadas de 1980 y 1990, se sumó a los 35 ciclistas para la primera etapa. “Fue una gran experiencia”, dijo Cárdenas. “Me gustaría repetir esta experiencia el año próximo, porque he disfrutado de andar con ellos. Están llevando un importante mensaje sobre la vida sana, y espero que puedan hacer que aun más miembros se sumen al club”.
Leonel Preciado, director de salud de la Unión Colombiana del Sur, y Mauricio Buitrago, director de salud de la Unión Colombiana del Norte, organizaron el evento, que requirió cuidadosas consideraciones logísticas. “Logramos el propósito que nos habíamos propuesto, y estamos felices por lo que hemos logrado”, dijo Preciado. “Han sucedido grandes cosas, y esto es una gran bendición”. Preciado explicó que más y más personas están llegando a conocer el programa, gracias al trabajo dedicado detrás de escena.Buitrago recordó a los miembros de iglesia que el objetivo fue impactar a las comunidades por las que pasaron. “Al mismo tiempo, los ciclistas mismos se beneficiaron con una transformación personal, esperanza y compromiso con la iglesia”, contó. Ahora el objetivo es seguir fortaleciendo a los clubes a nivel regional, para traer más miembros y prepararlos para futuras iniciativas de impacto. “Seguiremos apoyando este ministerio y la predicación del evangelio”, dijo Buitrago.
Historias que inspiran fe y esperanzaEl evento también contó con testimonios emocionantes de los participantes. Tal es el caso de Lorena Acero, que era docente de la Escuela Adventista Vistahermosa y ahora es parte del Club de Ciclismo QVS. “Cuando me hice adventista, fue muy difícil para mi familia aceptar que ya no pertenecía a la tradición religiosa de ellos”, dijo Acero. “Pero entonces, gracias al club de ciclismo, mi familia llegó a conocer el ambiente y ver cómo disfrutamos juntos, cuánto disfrutamos de la vida, y cómo seguimos a Cristo”.
Acero también contó que se sintió inspirada a comenzar un club de ciclismo con los estudiantes de su escuela, algo que le ha permitido compartir el evangelio con sus estudiantes y padres. “Invitó a todos aquellos a quienes les gusta el ciclismo, para que sigan un estilo de vida sana al sumarse al club”, expresó.
Por otro lado, Carlos Torres, de 58 años, enfatizó la importancia de usasr el ciclismo como una herramienta para compartir el mensaje de salvación. “Creo que por medio del deporte también podemos hacer misión y contribuir al crecimiento de la iglesia”, dijo Torres. “Tenemos que trabajar juntos, para que podamos alcanzar a más personas”.La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Colombia brindó personal médico durante el recorrido. Su presencia garantizó que los ciclistas estuvieran bien y seguros, y reflejó el compromiso de la comunidad adventista con los participantes, dijeron los organizadores. “Agradecemos a Dios porque mantuvo seguros a los ciclistas”, dijeron.
Cobertura en tiempo realComunicadores adventistas de ambas uniones brindaron cobertura en tiempo real del evento. Mediante las cuentas oficiales de los medios sociales que tiene la Iglesia Adventista en esas regiones, los seguidores pudieron experimentar de cerca cada etapa del recorrido. Informes diarios en Facebook e Instagram mostraron a la audiencia los desafíos que enfrentaron los ciclistas, la belleza de los paisajes colombianos, y las interacciones interesantes que tuvieron con las comunidades locales.
“Esta cobertura en tiempo real no solo mantuvo informados a los seguidores sino que también inspiró a las personas para que se sumaran al recorrido y experimentaran la camaradería y la misión de llevar esperanza por medio del ciclismo”, dijeron los comunicadores.
Los organizadores dijeron que estaban más que satisfechos con los resultados del evento. “Esta iniciativa mostró el poder de combinar la fe y el deporte para marcar una diferencia positiva en la sociedad”, dijeron.Traducción de Marcos Paseggi