Como parte de un gran esfuezo para combatir la propagación de las drogas ilícitas, la iglesia adventista del séptimo día en Magangué, Bolívar, una ciudad de 100,000 habitantes en la costa colombiana del atlántico, se unió al gobierno local en una activa campaña de educación. Un arma importante en la lucha es un programa de educación pública acerca del uso de estupefacientes.
El informe mundial sobre las drogas de 2005, compilado por las Naciones Unidas, señala a colombia como uno de los principales países productores de coca, la cual se usa para fabricar la cocaína. Esperando entender el impacto sobre la población local, los oficiales del gobierno enviaron recientemente una encuesta a los residentes y encontraron que el 37% de los jóvenes dice que han tenido «algún tipo de contacto» con la marijuana, y 29% con cocaína, según el doctor César Villoria, director de salud de la ciudad.
La ciudad está asociándose con la iglesia adventista de Magangué para dirigir la comisión local del gobierno en prevención de drogas, SIDA y otros problemas de salud pública.
Esta sociedad fue reforzada cuando jóvenes de la iglesia realizaron una marcha de 1,500 personas contra las drogas por las calles principales de la ciudad el 4 de septiembre. El grupo, el cual incluía miembros de iglesia y personas de la comunidad local, repartieron 2,300 panfletos sobre los peligros en el abuso de las drogas.
La marcha fue la primera para la iglesia, pero después de la reacción positiva, se convertirá en un evento anual, según el pastor Abraham Guerrero Romero, director de Escuéla Sabática, Ministerios Personales y Evangelismo para la iglesia en la zona de Sabanas. La iglesia dirige también una campaña de educación en las escuelas secundarias locales.
«Nuestros miembros de iglesia en Magangué empiezan a sentir las necesidades de nuestra sociedad como suyas», dice Guerrero. «Esa es la clave para el éxito en evangelismo porque Jesús hizo lo mismo. Si queremos llegar al mundo, deberíamos sentir sus problemas y darles una respuesta en el nombre de Jesús. Entonces deberíamos invitarles a seguirle.
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