1 de febrero, 2006 Silver Spring, Maryland, Estados Unidos …. [Taashi Rowe/ANN]
Considere la mujer en el liderazgo.
Rose Otis tenía 12 años cuando Velma Bevins, la joven esposa de un pastor, vino a vivir a su pueblo en Michigan.
«Para mí ella era lo máximo de una mujer cristiana completa. Era una mujer tan genial», afirmó Otis. «Cantaba y hablaba en público. Era la primera mujer que que yo quería imitar. Siempre la vi como alguien que abrió mis ojos para ser una mujer de influencia en la iglesia adventista.
Para Otis, y muchas otras como ella, Velma era tía, amiga de la familia, maestra en el estudio de la Biblia, o directora de coro que punteaba el ejemplo del liderazgo femenino. Hoy, como líderes de la iglesia Adventista del Séptimo Día y sus organizaciones afiliadas, cinco mujeres comparten con ANN sus experiencias a través del sendero hacia estas posiciones, sus opiniones sobre las mujeres dirigentes en la iglesia, y consejos para las jovencitas que anhelan trabajar para la iglesia.
La Pionera
Con el tiempo, Otis se desarrolló para servir a la iglesia adventista en varias posiciones que eran primero para las mujeres. Fue la primera directora de Ministerios de la Mujer para la iglesia adventista a nivel mundial. Luego se convirtió en la primera mujer vicepresidenta para la iglesia en Estados Unidos. Como primera directora de Ministerios de la Mujer, Otis pasó seis años colocando la base para el departamento.
«Traté de demostrar cómo la mujer puede realmente realzar la iglesia, cómo muchos talentos y dones no eran utilizados por no incluir a la mujer, y cómo estos pueden ser utilizados si sólo animamos más a la mujer», expresó ella. «Vi muchos cambios en las actitudes desde que estuve allí. Tener programas del Ministerio de la Mujer, ha sacado a las mujeres de las bancas para organizar iniciativas desde los niveles locales hasta las oficinas de las regiones mundiales».
La administradora
Como presidenta y directora ejecutiva del Hospital Adventista de Santa Helena en California, JoAline Olson está muy al tanto de lo que en realidad significa ser una de las pocas mujeres en los altos escalones de una organización.
Dice que ella y su esposo tratan de enseñar a sus dos hijas adolescentes que la vida no está limitada por el género.
«El mundo está cambiando», dijo ella. «Hay más y más mujeres convirtiéndose en directoras ejecutivas de hospitales».
«Pero además, es importante para la mujer ejercer liderazgo doquiera esté», continuó. «El liderazgo no es sólo para ciertas posiciones definidas. Dirige donde estés, dirige en la escuela sabática de la iglesia local o como diaconisa. Algunas de las personas de mayor influencia son aquellas que están en esos roles no oficiales».
La Defensora
La carrera de liderazgo de Heather-Dawn Small comenzó cuando fue nombrada para enseñar la clase de Jardín de Infantes de su iglesia local. Tenía sólo 12 años. Después de años de ejercer progresivamente más responsabilidad en la iglesia, tomó la decisión en su primer año universitario, de convertirse en pastora. Pero fue en 1977, y residía en la isla caribeña de Trinidad donde fue forzada a abandonar la teología.
«Para ese tiempo la mujer que estudiaba teología podía solamente ser obrera bíblica, y yo seguía pensando que no era justo porque para ser obrera bíblica usted solamente necesita un grado de Asociado, pero, un grado en Teología significa cuatro años universitarios», recordaba ella.
Small decidió que jamás desearía trabajar para la iglesia de otra vez. Sin embargo, aquí está ella en el 2006, sirviendo como directora del Ministerio de la Mujer para la iglesia mundial.
«El Señor me llamó y no pude decir no», explicó. En este rol, Small trabaja con mujeres de todo el mundo, ayudándoles a encontrar formas para contribuir significativamente a sus iglesias. Ella anima a la mujer adventista a utilizar sus talentos en su totalidad, provee capacitación en liderazgo y materiales de recurso, y trabaja de cerca con los administradores de la iglesia para enseñar cómo los programas del Ministerio de la Mujer pueden complementar y apoyar los programas existentes de la iglesia.
«El mayor obstáculo para aceptar a la mujer como líderes es nuestra mentalidad», dijo Small. «Necesitamos un cambio de mentalidad para que cuando pensamos en liderazgo, no pensemos automáticamente en hombres. Necesitamos enmarcar nuestra forma de pensar en un marco nuevo que incluya las mujeres».
Ella añadió, «Cuando fue elegida la primera mujer vicepresidenta, yo me sorprendí grandemente. Estaba eufórica y súper contenta. Definitivamente pienso que es un paso en la dirección correcta porque lo que sucede en los niveles altos de la iglesia se filtra hacia abajo».
La Vicepresidenta
Reflexionando en su histórico nombramiento como la primera vicepresidenta para la iglesia adventista mundial, la Dra. Ella Simmons expresó que son señales reales de esperanza para cambios.
«Jamás pensé en llegar a la iglesia mundial y ocupar esta posición. Yo esperaba que ocurrieran ciertos cambios, pero jamás pensé que éstos me incluyeran a mi», dijo Simmons.
«Tenemos que estar dispuestas a aceptar responsabilidad cuando se trata de una posición fuera de nuestra zona de comodidad, o no tendremos derecho a hablar contra la injusticia», dijo ella.
La Educadora
La Dra. Myrna Costa, presidenta de la Universidad Adventista Antillana en Puerto Rico, concuerda. También advierte a otras mujeres que aspiran al liderazgo a asegurarse que Dios va adelante guiando.
«Como yo veo el problema es que, muchas mujeres quieren abrir sus propias puertas, y es entonces cuando fracasan. Abren sus propias puertas y cuando fracasan, culpan el sistema o a otros, pero, nunca a nosotras mismas. Mi consejo: sé humilde, prepárate académica, profesionalmente y obtén suficiente experiencia, luego realiza una labor eficiente… se abrirán puertas y se ofrecerán oportunidades. Creo que si Dios quiere que ocupemos posiciones, Él abrirá las puertas», concluyó ella.
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