22 de junio, 2006 Empalme de Boaco, Nicaragua …. [Daneen Akers/PUC/ANN]
Justo al comenzar la época de lluvia, 20 familias — incluyendo a María Luna–ocuparon sus nuevos hogares herméticamente construidos a prueba de agua en Empalme de Boaco, Nicaragua, el 30 de mayo. Luna y sus dos hijos se mudaron a un hogar fundado por la facultad, personal de oficina y estudiantes a miles de kilómetros del Colegio de la Unión del Pacífico, o PUC por sus siglas en inglés en Angwin, California.
La comunidad del PUC se involucró en el proyecto cuando Jake Schiedeman, un egresado de la clase de 1990, regresó a su alma mater para hablar de su experiencia como voluntario en Nicaragua. Habló sobre la dirección de un proyecto para construir un campo de pelota, un parque público, una torre de agua y ahora un proyecto de construcción de vivienda. También explicó de cuán importante ha llegado a ser el servicio en su vida y mostró una conmovedora cinta de video sobre el proyecto de Nicaragua y de la gente que ha llegado a ser tan importante para su vida.
Después de la intervención de Scheideman, el pastor principal, Tim Mitchell se hizo del micrófono e invitó a los estudiantes a involucrarse. Los estudiantes de PUC, la faculatad y el personal siguieron su ejemplo, y al concluir el servicio se había recolectado la suma de $7,861 dólares en promesas. Los donativos continuaron llegando y, el 6 de abril, la comunidad de PUC consiguió la suma de $8,338.00 para construir una casa.
Al concluir el mes de mayo, Jake se puso a la cabeza de un grupo de donantes y voluntrios para visitar Nicaragua e inaugurar los 20 nuevos hogares, logrando el total del número de familias viviendo en hogares nuevos a 42 (el plan de construcción de nuevas viviendas de este proyecto es de 65).
Dijo Scheidenman que todos estaban entusiasmados para modarse a los nuevos hogares antes del comienzo de la temporada de lluvia. «Es la lluvia la que mata a la gente necesitada», continuó. «Todos estaban emocionados de poder tener un techo real por primera vez. Ahora no se preocuparán por el barro debajo de sus camas en la mañana o de la lluvia filtrándose a través del plástico».
La casa de PUC alberga ahora a María Luna de 28 años de edad, una vendedora ambulante, y sus dos hijos de ocho y cinco años respectivamente.
Scheideman dijo que los donativos de la comunidad de PUC le han dado más pasión por el servicio. «Me sentí orgulloso de que mi escuela se involucrara de esa manera, y me convenció del poder de hacer algo», dijo Schiedeman. «Miré alrededor a esa iglesia ese día y vi más de mil rostros — rostros educados. Como ciudadanos de Estados Unidos educados, tenemos una responsabilidad de hacer algo en el mundo».
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