7 de dciembre del 2023 | Miami, Florida, United States | Leonard Johnson, secretario ejecutivo, División Interamericana
En la Palabra de Dios, encontramos la expresión “me es necesario”. ¿Qué significa esto? Sugiere una obligación. No había realmente una opción en el caso de Cristo, que encontramos en Lucas 2:49: “En los negocios de mi Padre me es necesario estar”. De este pasaje, me queda claro que Jesús conocía su propósito, sabía por qué vino. Vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Te hago hoy esa pregunta. ¿Conoces tu propósito? ¿Conoces tu misión? ¿Sabes por qué existes? Toda persona tiene un propósito, sea que lo conozca o no. Incluso la persona en la calle, a quien solemos ignorar y abandonar.
Debo decirte, esos individuos tienen propósito, valor y significado. Pero regresemos al marco del Evangelio de Lucas, capítulo 2. Durante la época de la fiesta anual de la Pascua, los padres de Jesús, como los demás, habían llegado a Jerusalén para esa ocasión especial, y al reunirse, la gente hablaba, conversaba. Y en el proceso, el significado de la ocasión se perdió, pero no para Jesús a la tierna edad de 12 años. Él comenzó a comprender su propósito y significado.
Elena de White nos dice en su libro El Deseado de Todas las Gentes (página 57): “Por primera vez, el niño Jesús miraba el templo. Veía a los sacerdotes de albos vestidos cumplir su solemne ministerio. Contemplaba la sangrante víctima sobre el altar del sacrificio. Juntamente con los adoradores, se inclinaba en oración mientras que la nube de incienso ascendía delante de Dios. Presenciaba los impresionantes ritos del servicio pascual. Día tras día, veía más claramente su significado. Todo acto parecía ligado con su propia vida”.
¿Pueden imaginar? A la tierna edad de 12 años, Jesús comprendió el llamado de su Padre sobre su vida. Comprendió su misión que, como el cordero que era sacrificado, él sería el Cordero de Dios.
Estoy tan agradecido por este don que Dios nos dio en Jesucristo. Pero también estoy agradecido por el hecho que Jesús reconoció su misión. Es tan importante que comprendamos en qué momento es, que reconozcamos todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor, porque podemos quedar atrapados en el momento de la hora, el momento del día, y realmente olvidar incluso a Cristo, como en el caso de sus padres, que viajaron tres días antes de darse cuenta de que Jesús no estaba con ellos y cuando lo encontraron, la madre le dijo: “Tu padre y yo te buscábamos”. Y Jesús respondió: “¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”, como diciendo: “Deberían saberlo”.
Hoy quiero desafiarte. No te olvides de Jesús. No olvidemos dedicar tiempo para orar, tiempo para leer su Palabra y tiempo para la comunión. Un tiempo para la familia.
Que Dios los bendiga, mientras recuerdan el propósito y el plan que Dios tiene para sus vidas hoy.