25 de mayo, 2007 Johannesburgo, Sudáfrica del Sur…. [Taashi Rowe/ANN]
Los jóvenes no son los únicos con HIV o SIDA. Pero cuando uno piensa en la propagación del HIV y SIDA, particularmente en África, la imagen que usualmente viene a la mente es la de padres jóvenes que dejan a sus hijos huérfanos.
«Nadie piensa sobre adultos contrayendo la enfermedad», dice la doctora Eugenia Giordano, directora asociada de Ministerio Adventista Para Asistencia del Sida en Johannesburgo (AAIM) «Pero hay un subconjunto de abuelas, en específico, que viven con VIH o virus del SIDA».
Cuando la doctora Giordano y su esposo Oscar, igualmente un médico, viajan a través de África educando tanto miembros de la iglesia adventista, así como a los de la comunidad, cómo vivir saludables con la enfermedad, ella se encuentra con muchas mujeres más viejas que viven con VIH o SIDA. Ella notaba que muchas de estas mujeres contrajeron la enfermedad mientras les daban cuidado a sus hijos contagiados.
«Nadie le prestaba atención a este sector de la gente sobre los 50 años de edad, especialmente, abuelas que tenían VIH positivo», dice ella. «Nadie les dio ningún tipo de información sobre cómo ayudar a sus hijos con SIDA. Así que, trataban con sangre y otros fluidos del cuerpo sin protegerse».
UNAIDS dice que de los 40 millones de personas con VIH, hay muy poco sobre cómo la pandemia afecta la población de mayor edad y aún menos sobre gente de más edad que vive en el Sahara subdesarrollado África
Pero, HelpAge Internacional, una red global de organizaciones sin fines de lucro, estima que «una de cada 14 personas que viven con VIH está sobre los 50 años de edad y millones aún de mayor edad están en riesgo de contraer la enfermedad porque los gobiernos aún no se proyectan hacia las personas de mayor edad con programas de prevención del SIDA».
Comprendiendo la falta de recursos y educación orientados hacia las personas de mayor edad con VIH, en particular aquellos que atienden a los enfermos, AAIM ayudó a comenzar un grupo de apoyo en Lesotho llamado «Club de las Abuelas». El primer club fue dirigido por Evelyn Nkhethoa, una líder retirada de Ministerios de la Mujer en la iglesia adventista.
«Este grupo de apoyo de damas mayores se reunió en iglesias adventistas locales una vez por semana para ayudarse unas a otras a sobrellevar el virus del SIDA», dice el doctor Giordano. «Pero ellas también van a comunidades alrededor de la iglesia y buscan a otras abuelas y las invitan a unirse al grupo. En esa forma se ayudan a ellas mismas y otros en la comunidad».
El club no solamente provee apoyo semanal de importancia sino que también enseña a las mujeres cuidado básico a nivel de hogar. AAIM ha provisto material de educación a los grupos sobre infección, transmisión, nutrición, cómo usar sus recursos limitados para llevar una dieta balanceada, cuidar de los huérfanos y encontrar actividades remunerables.
«Tratamos de capacitarlos para que tengan ingresos de actividades como huertas. Les enseñamos a cómo cultivar una huerta para que alimenten su familia y si tienen sobrantes, pueden vender», dice Giordano.
Actualmente hay cuatro clubes de abuelas, dos en Losetho y dos en Kenya. AAIM está trabajando con el Departamento de Ministerios de la Mujer de la iglesia mundial adventista para enviar panfletos con ayuda visual para enseñar a las mujeres cómo llevar a cabo el cuidado en el hogar.
Giordano dice que la financiación es siempre limitada. Anima a los que quieren preparar paquetes de instrucción para el cuidado en el hogar para estas abuelas, que visiten http://www.aidsministry.com/ para más información.
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