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June 12, 2007 Silver Spring, Maryland, United States …. [Elizabeth Lechleitner/ANN]Pregúntele a Evelyn Fischer, que limpia los pisos y bancos de la Iglesia Adventista de Blooming Grove, Ohio, acerca de su trabajo y le dirá sin dudar: «Créame que tengo mucho trabajo de limpieza». Pero pregúntele adónde van sus diezmos y verá que ya no está tan segura. «Nunca me puse a pensar en eso», dice Fischer al referirse al 10 por ciento de sus ingresos que dona a la Iglesia Adventista. «Creo que la mayor parte se utiliza para pagar a los pastores pero en realidad no sé cómo funciona». Hace una pausa y agrega: «Por supuesto, espero que lo usen correctamente». La comprensión tan imprecisa de Fischer de la distribución de los diezmos no sorprende a Gerry Karst, uno de los vicepresidentes de la Iglesia Adventista mundial. «Si usted le preguntara a un pastor, miembro o aun administrador promedio adónde va el diezmo y para qué se usa, no tengo dudas de que encontraría que pocos podrían responder esta pregunta sin dudar», dice Karst, que también es presidente de la Comisión de Estudio sobre la Utilización de los Diezmos. Pero Karst y otros miembros de la comisión quieren que los feligreses sepan–y no sólo esperen–que los diezmos son utilizados de la manera más bíblica y efectiva. Es por eso que esta comisión, compuesta por alrededor de 60 líderes y laicos de todo el mundo continúa analizando los reglamentos eclesiásticos para detectar problemas en la utilización de los diezmos. La comisión, que se reunió tres veces al año en los dos últimos años, dedicó un tiempo considerable a estudiar lo que la Biblia y los escritos de Elena G. de White, una de las fundadoras de la iglesia, dicen al respecto «para comprender completamente los principios fundamentales que subyacen a la utilización del diezmo», dice Karst. Los miembros de la comisión revisaron entonces los reglamentos eclesiásticos relacionados con la distribución de los diezmos, tratando de hallar inconsistencias y prácticas aparentemente arbitrarias. Karst ofrece un ejemplo: el diezmo se utiliza para pagar a los pastores y los empleados de la iglesia, pero no para pagar a las secretarias o a las personas de servicio. «Nos preguntamos: ‘¿Hay una razón para esto?'» Karst responde: «Para algunas situaciones, no existe una respuesta totalmente clara». Dean Rogers, tesorero asistente de la iglesia mundial, agrega: «Los reglamentos pueden ser arbitrarios. Muchos creen que en las instituciones adventistas, todos los docentes deberían ser pagados con fondos de los diezmos y no sólo los profesores de Biblia, ya que todos los docentes tienen un papel clave en el desarrollo espiritual de los estudiantes al igual que los pastores, y acaso más que ellos». Reexaminar el porcentaje de diezmos asignados en la actualidad para pagar los salarios docentes podría ser una de las recomendaciones finales, dicen funcionarios de la iglesia. Los miembros de la comisión dicen que este análisis no es producto de una crisis: «No es que de repente, nos encontramos en un punto crítico donde ya no sabemos para qué deberíamos utilizar el diezmo», dice Robert E. Lemon, tesorero de la iglesia mundial. «Sólo queremos asegurarnos de que estemos utilizando todos los diezmos de acuerdo con la voluntad de Dios». Aunque se ha reunido durante dos años, la comisión todavía tiene que presentar un informe de sus avances. Muchos miembros dicen que no esperan que se produzcan cambios «radicales» en la estructura de los diezmos. Se espera que el próximo otoño se presente un informe que incluya eventuales recomendaciones de cambios de los reglamentos eclesiásticos. «Esto no es algo que se logre de la noche a la mañana», dice Lemon. En 2006 la Iglesia Adventista recibió 1.600 millones de dólares en diezmos. En 2005 había recibido 1.450 millones. De cada 100 dólares, 70 se envían a la asociación local, mientras que los 30 restantes son distribuidos entre las uniones, una de las 13 divisiones mundiales, y la sede central de la Iglesia en Silver Spring, Maryland. Leonard Newton III, un pastor de Florida, dice que está a favor de dejar un porcentaje del diezmo (tal vez un 20 por ciento) en manos locales. «Tengo confianza en la forma que tiene la iglesia de distribuir el diezmo, pero pienso que sí debería producirse un cambio radical. Entiendo que esta es una iglesia mundial, pero podríamos utilizar una buena parte del dinero que enviamos a la asociación». Según Edward G. Reid, director de mayordomía de la Iglesia Adventista en Norteamérica, la mayoría de los diezmos se utiliza de manera local, porque del 70 por ciento que va a la asociación local, la mayor parte se redistribuye a nivel de congregación. Otras denominaciones protestantes dejan una parte mucho mayor de los diezmos en la iglesia local, pasando por alto la asociación. Pero Karst y otros dicen que una práctica tal podría llevar al congregacionalismo, lo que eclipsaría el enfoque mundial de la iglesia. Algunos líderes dicen que las ofrendas (es decir, las contribuciones más allá de los diezmos), deberían utilizarse en las iglesias locales. «Los pastores se quejan porque sólo reciben alrededor del 2 por ciento de los ingresos brutos», dice Reid. «Si recibieran más del 10 por ciento, tendrían dinero más que suficiente para ser utilizado en sus congregaciones y comunidades». Reid dice que la iglesia eligió originalmente a las asociaciones para que funcionen como ‘depósitos’ en un intento de seguir de manera exacta el modelo bíblico. En el Antiguo Testamento, el ‘depósito’ se refería al santuario, donde los hijos de Israel devolvían sus diezmos y ofrendas tres veces al año. De allí se distribuían el dinero y los bienes. Los líderes dicen que este sistema también garantiza el crecimiento de la iglesia en todo el mundo. Marian Quisenberry, una adventista de Florida, cree que en caso de corrupción, los feligreses «tienen el derecho de dejar de pagar directamente a la iglesia y donar sus diezmos a otros proyectos». También se muestra preocupada de que los que reparten los diezmos en la asociación hayan sido elegidos en forma arbitraria. «La única cosa que yo, como miembro, puedo hacer, es devolver mi diezmo», dice Ángel Rodríguez, director del Instituto de Investigaciones Bíblicas. «El Señor ha elegido a individuos para que decidan cómo utilizar el diezmo basados en las pautas que Él ha dado. Si se equivocan, eso no debería impedir que yo cumpla mi responsabilidad de devolver el diezmo». «Somos un movimiento mundial que nos cuidamos unos a otros y que no queremos desarrollar una actitud egoísta», dice Sheryl Hersom, una feligrés de Maine. «Parte de la bendición de diezmar es el sentimiento de que uno está compartiendo. De manera que pienso que dejar aunque más no sea una parte del diezmo en la iglesia local sería en realidad dar un paso hacia atrás».Todos los derechos reservados (c) 2007 Adventist News Network.

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