23 de octubre, 2008, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México…[Raúl Lozano/DIA]
Cientos de miles de adventistas del séptimo día se involucraron en la preparación y distribución de más de 80,000 cajas de comidas en comunidades pobres a través del sur de México durante el Día de Bondad y Compasión de Interamérica, el 11 de octubre, 2008.
Comunidades en Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo estuvieron entre las regiones donde las cajas de comidas fueron distribuidas para los más pobres.
Un evento auspiciado por la Iglesia Adventista del Séptimo Día y la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), el Día de Bondad y Compasión buscó promover benevolencia hacia el necesitado al aliviar su hambre, no sólo en México, pero a través del territorio de la División Interamericana. El esfuerzo llevó meses de planes y requirió coordinación con autoridades de gobiernos locales.
En Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, los voluntarios estaban emocionados de ver los rostros de la gente al participar en la entrega de cajas de comidas a aquellos en necesidad.
«Esta es una de las más confortadoras actividades que hay, ayudar a otros», dijo Rosenberg Hernández, un voluntario de la comunidad de Los Manguitos.
«Este evento resultó en tal bendición porque la iglesia aprendió a ser bondadosa y generosa al salir para ayudar aquellos en necesidad», dijo Humberto Lara, Coordinador de ADRA para la región central de Chiapas.
José Ángel Salinas, un voluntario de la Iglesia Adventista Mérida Norte concuerda.
«Es importante que la gente sepa de nosotros los obsevadores del sábado ― como nos llaman ― que no sólo somos una organización religiosa, sino que también podemos compartir nuestro pan y nuestra amistad», dijo él.
«Es el amor por el Señor lo que hace que una persona desarrolle amor por la humanidad», dijo el pastor Benjamín Carballo, director de ministerios juveniles de la iglesia en México del Sur, cuando reflexionaba sobre las Escrituras durante un programa especial en Las Granjas, Tuxtla Gutiérrez.
«Jesús nos da el derecho de ser llamdos hijos e hijas de Dios y él es el Padre y nosotgros somos sus hijos. ¡Eso nos convierte en una familia! Es por eso que en el nombre de Jesucristo, esta noche queremos decirles que «les amamos», expresó a los congregados.
Se condujeron programas similares en centros comunitarios, parques y vecindarios en 14 países a través de toda Interamérica.