Silver Spring, Maryland, Estados Unidos – 30 de marzo, 2010 … Elizabeth Lechleitner/ANN
Los misioneros pueda que no aprendan a gustarles una nueva forma de cocinar durante tres semanas, sin embargo durante la capacitación intensiva de Misión Global, ellos se inician de golpe en sensibilidad cultural, expresó el nuevo director del Instituto, Cheryl Doss.
Para Doss no es extraño adoptar nuevas culturas – como uriunda de Estados Unidos, pasó sus años de adolescencia en Africa suroccidental, donde conoció a su esposo. Más adelante la pareja regresó a Malawi, donde sirvieron como misioneros por 16 años y allí levantaron a su familia.
«Uno tiene que estar dispuestos a abandonar algunos de sus comodidades, tal vez hasta las que se consideran esenciales», dijo ella. «La idea es de seguir a Jesús, que vino al mundo como ejemplo de lo que es un misionero», añadió.
Desde 1966, el Instituto de Misión Global – con sede en el campus de la universidad adventista Andrews, en Berrien Spring, Michigan, Estados Unidos — ha ayudado a savuizar la transición entre culturas de miles de misioneros y voluntarios de todo el mundo.
Actualmente el Instituto capacita a unos 120 misioneros con sus familias cada año durante más o menos cuatro intensivos en varias localidades. El próximo mes, 27 se reunirán en Tailandia. El curso está designado para equipar a los misioneros con herramientas y la mentalidad que necesitan para «no sólo para sobrevivir, sino para crecer» en un nuevo ambiente, dijo Doss.
«Si uno puede aprender a trabajar con las personas y a amarlas — las cuales son muy diferentes a uno en el Instituto Misionero, por lo menos uno puede reconocer que es posible, y tiene una mejor oportunidad de poder hacerlo afuera», dijo ella.
La actitud misionera hacia los cambios es la que arraiga con éxito al misionero – él o ella – en una cultura nueva, expresó Doss. «¿Pueden ellos evitar enjuiciar cuando notan diferencias? ¿Pueden apreciar a personas que son diferentes, y hasta afirmar esas diferencias? Y, ¿pueden ellos sobrevivir intactos como familia y mantener su espiritualidad personal a través de todo esto?»
William Costa, que junto con su esposa, Sonete, asistieron a un instituto intensivo dirigido por Doss en 2009, dijo que él se siente muy complacido de ver a su nuevo director. «Fui impresionado por su actitud sobre las diferencias y disposición para aprender», dijo él.
A pesar de la naturaleza concentrada del curso, la discusión en cuanto a las diferencias de las culturas en lo relacionado a la alimentación, vestimenta, conducta, manejo del tiempo y dinero, comprobó ser inestimable cuando se mudó de Brasil a la sede de la iglesia mundial en Silver Spring, Maryland, para servir como director asociado del departamento de comunicaciones, expresó Costa.
Mientras algunos misioneros «se cuelan por las hendijas», casi todos los empleados Ínter-División asisten al instituto intensivo, sea antes o temprano después de su salida», dijo Doss. Después de 10 años en cualquier puesto, son animados a asistir de nuevo.
En 2000, mientras trabajaba en su doctorado en educación cristiana con énfasis en estudios interculturales y misión en el Colegio Trinity Evangelical Divintiy en Chicago, Doss comenzó a trabajar medio tiempo para el Instituto como promotor del currículo.
Ahora como director, Doss dice que el equipo de cinco miembros espera expandir sus servicios. En su lista de cosas para hacer está desarrollando una base de datos en línea de materiales de capacitación, de ayudas para la enseñanza y otros recursos para misioneros, voluntarios y educadores. «Constantemente estamos desarrollando nuevas cosas y queremos hacerlas accesibles a la gente por doquier», dice ella.
Es de particular interés para Doss implementar un programa expandido de educación continuada para misioneros. Un intesivo de tres semanas puede ser suficiente para asentar una base sólida, pero [la base] «necesita ser fortalecida», dice ella, sin mencionar que los misioneros inevitablemente enfrentan retos y situaciones que no podrían haber anticipado antes de, de hecho, entrar a una cultura nueva.
«Nos gustaría tener un sistema de respaldo en línea una vez que el shock cultural se ha establecido como objetivo a superar, o si una pareja comienza una familia y se pregunta como criar los hijos mejor en otro país», dice Doss.
Doss obtuvo su grado de Maestría en Educación Cristiana y Estudios de la Familia, y dice que el trabajo misionero puede desafiar la unidad de la familia si los miembros no logran equilibrar el estrés y las demandas de un emplo misionero.
Bajo su supervisión, a Doss también le gustaría ver al Instituto desarrollar un enfoque de investigación más dinámico y continuar sirviendo como un recurso de misión para la iglesia. El Instituto espera estudiar a los misioneros y a sus familias para entender mejor las dinámicas de la familia misionera y los asuntos que rodean el ajuste cultural y la efectividad del trabajo.
«Necesitamos aprender qué ayuda a los misioneros a ser efectivos para poder empoderarlos para servir mejor a la misión de la iglesia», dice Doss.
Doss vino en remplazo del anterior director del Instituto, Lester Merklin, que el año pasado aceptó la dirección de Adventist Churche's Global Center for Adventist Muslim Relations (Centro Global de la Iglesia Adventista para las Relaciones con Musulmanes)