Muchos negocios se están preparando para apoyar a los Conquistadores en el cumplimiento de sus requisitos de honores.
“Tan pronto como finalizamos la decisión acerca del lugar donde celebraríamos el Camporí Internacional de Conquistadores 2024, comencé a llamar a los negociantes en esa zona para hacerles saber de nuestro arribo”, dijo Kim Taylor, en una entrevista por Zoom. Kim y su esposo Greg, son los directores del camporí fuera del sitio. “Les pregunté si les gustaría hacer negocio con los Conquistadores mientras estuviéramos ahí; y, que si así era, nos dijeran qué tenían para ofrecer”.
Después de recibir varias respuestas positivas, la pareja de directores hizo planes de viajar a Gillette a reunirse con varios propietarios de negocios. Lo que encontraron los dejó sorprendidos.
“¡Estaban listos para recibirnos!, comentó Greg. “Ellos se habían familiarizado con nuestros requisitos de honores y nos recibieron con una lista de cosas que podían hacer para ayudar a los Conquistadores a cumplir con tales requerimientos para honores, según su ámbito de especialización”.
Veamos por ejemplo Area 59. Este centro de fabricación está equipado con una carpintería y un taller de metal, grabadores láser, brazos robóticos y un taller de impresión 3D. Para los asistentes al camporí, la directora de Area 59, Ellen Peterson, propuso una clase para fabricar distintivos, fotografía digital para los Conquistadores de más edad y lección de operación de drones para cualquier director de Conquistadores que lleve a sus grupos a su taller.
“Yo crecí como una Girl Scout y también crie a mi hija como una scout; así que estamos muy familiarizados con el concepto de obtener distintivos e insignias, explicó Ellen Peterson. “Cada vez que íbamos a un evento importante de scouts, intercambiábamos el pin que representaba el lugar de donde veníamos y era siempre realmente divertido. Cuando vi que los Conquistadores hacen eso también, supe lo que necesitábamos hacer”, añadió.
Los Conquistadores que opten por la actividad de manufacturar un pin o prendedor, elegirán entre cuatro diseños y recibirán un kit con todos los materiales necesarios. Enseguida harán un recorrido por el taller y verán las máquinas utilizadas para hacer cada pieza en el kit ,antes de sentarse a armar su pin o prendedor.
“Todo esto se puede llevar a cabo en una hora; de modo que la mayoría de ellos pueda en lo posible terminar la actividad”, añadió la Sra. Peterson. “Habrá un poco de aprendizaje; pero mayormente, van simplemente a crear”.
Ellen Peterson es una educadora, tanto de profesión como de pasión; así que, si hay alguna forma de ampliar la comprensión que alguien pueda tener del mundo al usar el espacio de Area 59, ella desea hacer que se haga posible. Esto incluye a los adultos del grupo.
Cuando Ellen Peterson vio que hay un honor sobre volar un dron, que pueden obtener los Conquistadores, consideró esa idea desde un ángulo completamente diferente.
“Si sabes cómo hacer volar un dron, eso es magnífico; pero es difícil simplemente tomar uno y hacerlo”, dijo. Ella se dio cuenta de que los directores de Conquistadores no sabían cómo hacer volar un dron; de manera que no había forma de que pudieran enseñar a los jovencitos a cómo hacerlo para obtener esa insignia o distintivo. Dijo ella: Nuestro objetivo es darles a los líderes las habilidades que necesitan para enseñarles a los niños lo básico que se necesita para hacer volar un dron; así que lo que hagamos aquí durante el camporí tendrá un efecto dominó”.
Ellen Peterson tomó la idea para la actividad de fotografía digital después de que asistió a una clase de fotografía en la universidad local y vio a un estudiante trabajando con una pantalla verde para hacer que pareciera como si él, estuviera montado sobre un T. tiranosaurio.
“Pensé que tal vez podíamos hacer que los Conquistadores eligieran uno de los lugares relevantes en esta parte del país que tal vez no verían en este viaje y ayudarlos a crear fotografías que pudieran hacer parecer como si lo hubieran hecho.”, dijo la Sra. Peterson. Además, añadió, tiene sentido el tener algo plano para llevar a casa como souvenir.
Las actividades del Area 59 tuvieron un éxito instantáneo. Todas los espacios para asistir a las clases disponibles se ocuparon desde meses atrás.
Hands-on Pottery, un estudio local de arte, se apresuró también a crear una actividad acorde con los Conquistadores. Su propietaria, Michelle Thara, tenía la maqueta de una pieza de souvenir que los Conquistadores podían pintar a precio mínimo al venir a su taller. Este artículo de recuerdo es una impresión del logo del camporí, Cree la Promesa, en una pieza cuadrada de cerámica.
“Les estaremos enseñando cómo usar acuarelas sobre cerámica”, explica la propietaria Thara. Y aunque cada uno que realice esta actividad usará el mismo diseño, ella sabe que cada una de las piezas será diferente. “Una de las cosas que me encanta de este negocio es que las cosas se pueden personalizar y hacerlas al gusto de lo que la gente necesita y gusta. Es posible que sea un poquito mi idea; pero es al mismo tiempo el arte de otra persona”, dijo.
Michelle Thara está acostumbrada y gusta de los grandes eventos, aunque 60,000 Conquistadores, es un número un tanto más grande para los cuales se ha preparado en el pasado, según admite.
“Con frecuencia tenemos grupos RV (vehículos casa rodante ) en nuestra ciudad y doy clases para adultos y niños para ellos. He enseñado cerámica, pintura sobre lienzo, vidrio fundido. Las clases son usualmente muy concurridas y son todo un éxito”, dijo.
Habrá dos sitios en los que los Conquistadores pueden crear su souvenir; uno en el taller de Michelle Thara y el otro en el Cam-Plex, en donde se llevará a cabo el camporí. Ella espera que se puedan terminar de hacer 3,000 de estos recuerdos entre las dos localidades.
Aunque esos son dos ejemplos de negocios que han ido mucho más allá de lo usual para recibir a los Conquistadores en Gillette, no son los únicos. Otro de ellos es el Museo Rockpile, el cual no es, aunque tal vez su nombre lo sugiera, un museo geológico. Este lugar toma su nombre de la pila de piedras que están cerca de donde se encuentra, una reliquia del “viejo oeste” que demarca la entrada oficial al poblado de Gillette.
El Museo Rockpile es, de hecho, el museo histórico del condado. Y tan pronto como se enteraron de que los Conquistadores estarían en esa ciudad, los curadores comenzaron a organizar eventos especiales, actividades y exhibiciones, incluyendo demostraciones de danzas nativas americanas, maquinaria agrícola antigua local y hasta un auténtico tipi.
“Este poblado tiene grandes sueños en cuanto a lo que tienen para ofrecer”, admitió Kim Taylor, y añadió: “Ha sido todo un placer trabajar con ellos y han hecho todo lo que han podido para recibirnos, al mismo tiempo que los costos se han podido mantener en un mínimo”.
El matrimonio Taylor dice que no hubieran podido lograr hacer lo que se necesitaba sin la ayuda de Visit Gillette, una organización que opera como combinación de la cámara de comercio y el centro de turismo. Su contacto ahí, Jessica Seders, ha sido de inmensurable valor al coordinar el matrimonio Taylor los detalles in situ para la celebración del camporí.
“Ha representado un gran trabajo durante los últimos cinco años el asegurarnos de que todo esté bien coordinado”, dijo Greg Taylor; pero el llegar a conocer esta comunidad ha sido un verdadero gozo en la jornada. Nos hemos enamorado de la gente de Gillette y ya no podemos esperar el ver a los jovencitos pasar un buen tiempo aquí”.
Ellen Peterson dice que va a ser interesante cómo responde la comunidad de Gillette a los Conquistadores. “Estoy ansiosa por ver cómo un grupo tan grande trabaja en conjunto para lograr algo”, comentó.
Michelle Thara está de acuerdo con lo anterior. Siendo que disfruta de conocer y hablar con personas de otros lugares, la idea de miles de personas de todo el mundo uniéndose brevemente en su comunidad, le parece emocionante.
“Es una buena sensación el saberse elegida para ser parte de este increíble evento. Me encanta lo que hago y me entusiasma ser capaz de aportar algo positivo a la experiencia de los Conquistadores aquí”, dijo.
Greg Taylor añade que el desafío de organizar un evento a grande escala para decenas de miles de personas puede ser siempre abrumador, pero merece absolutamente la pena.
“Es una expectativa emocionante el brindar a estos jovencitos una experiencia única en la vida. Estar en un rancho de bisontes, visitar una mina de carbón, ir a una excavación de fósiles de dinosaurio, crear su propio pin para intercambiarlo, son cosas que no se pueden hacer en muchas otras partes y que están disponibles aquí durante el camporí”, dijo Kim Taylor.
Sin embargo, dice el coordinador Greg, la mayor emoción va todavía más allá que esas experiencias.
“Ver que esos jovencitos no solamente se divierten, sino que también encuentran y profundizan su relación con Jesús, es simplemente increíble”, dijo. “Ya casi no podemos esperar, añadió.
— Becky St. Clair es una escritora independiente que escribe desde Angwin, California.
The el artículo original fue publicado por la División Norteamericana website.
Traducción – Gloria A. Castrejón