14 de febrero, 2012 – Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…Ansel Olivier/ANN

Luís A. Ramírez era tan franco y eficiente vendedor que podía vender literatura religiosa a otros ministros cristianos que habían denunciado la literatura adventista desde sus propios púlpitos.

Ramírez, que murió el 6 de febrero a la edad de 93 años, hizo crecer el ministerio de la venta de la literatura puerta a puerta a través de la América Latina en 1960 y 1970 y siguió para convertirse en director de publicaciones y el primer director departamental hispano en la sede de la iglesia adventista a nivel mundial. Estuvo a cargo del departamento desde 1980 a 1985.

La venta de literatura puerta a puerta prosperó bajo su dirección como director de publicaciones, dijo Hilda Matar-Montero, que fue su secretaria en 1970.

Cuando visitaba los colegios adventistas con compañeros oficiales de la división, Ramírez prefería quedarse en el dormitorio con los estudiantes y llevarse a algunos a vender puerta a puerta. Un vendedor convincente, en los años de 1960, Ramírez tenían cerca de la mitad de los estudiantes del Colegio Vocacional y Profesional de Alajuela, Costa Rica como evangelistas de la página impresa, o colportores como se los llamaba entonces. A menudo les vendía a los muy ocupados dueños de negocios los cuales los estudiantes pensaban que de seguro lo rechazarían.

«Era una caballero extraordinario», dijo Armando Miranda, un vicepresidente de la iglesia a nivel mundial. «Era una persona persuasiva, dinámica y al mismo tiempo muy amable».

Ramírez tuvo un truco para las ventas a través de toda su vida. Lanzó el negocio de exportación Jacuzzi Universal convenciendo a su renuente jefe que lo dejara vender en México, regresando más tarde con más pedidos que los que la compañía podía suplir. Durante la Segunda Guerra Mundial fue llamado a servir en la Armada de Estados Unidos y fue enviado al Japón al convencer a su oficial de mando que lo dejara lanzar un programa radial para divertir y apoyar a los soldados heridos en la base Buckley Field en Colorado, Estados Unidos.

Se afilió a la iglesia adventista en 1952 a la edad de 34 años, al ser expuesto a la iglesia por amigos adventistas, misioneros, y desde luego, su literatura.

Ramírez nació en una familia católica en 1918 en Richmond, California, Estados Unidos. Fue el único hijo de un obrero ferroviario que había huido de la revolución mexicana. Su hogar, el cual no tenía plomería temblaba cuando pasaban los trenes cerca de 50 pies de distancia.

Ramírez creció hablando español y llegó a hablar los dos idiomas (español e inglés) después de asistir a la escuela a los seis años. Era un lector ávido y tomó diversas clases nocturnas en comercio extranjero y banca de la Universidad de California, Berkerley. Era una celebridad local en Bay Area como auspiciador de un show bilingüe en Radio KRE.

Fue un oficial del ejército de tierra — Kenneth Holland — quien sería más adelante editor de la revista «Señales de los tiempos» (Signs of the Times) quien, por primera vez, introdujo a Ramírez a la iglesia adventista. Ramírez lo usaba para dirigir servicios de capilla en la radio en Bucley Field.

Ramírez trabajó para Jacuzzi Universal desde 1940 a 1958, habiendo ayudado a establecer fábricas en México y Argentina, donde ocasional mente conocía a misioneros adventistas, incluyendo a David Baash. En un vuelo de Pan American Airlines en 1948, conoció a un adventista que le dio una subscripción a la Revista Adventista. Virginia, la esposa de Ramírez, leyó «Señales de los Tiempos» y se unió a la iglesia en 1950. Él la siguió dos años más tarde, bautizado por Lawrence Maxwell, un editor de la organización por mucho tiempo.

Ramírez continuó trabajando por Jacuzzi Universal y colportaba en California del norte antes de ser llamado en 1959 para servir como director de publicaciones para la Unión Centroamericana en Costa Rica. Fue ordenado como ministro allá en 1963.

Fue nombrado director asociado de publicaciones de la División Interamericana en 1968 y, luego, director en 1972, puesto que tuvo hasta que fue elegido para servir en la sede a nivel mundial.

En un artículo en Publishing Digest de 1980, el dijo, «Estoy convencido que la educación y la experiencia en negocios como laico antes, el estudio de las Escrituras y del Espíritu de Profecía, más el buen ejemplo y consejo de amigos cristianos queridos, han estado entre los medios de Dios para prepararme para servir en el ministerio de la literatura».

Ya retirado, Ramírez trabajó con el Departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Unión del Pacífico, California, y entonces se mudó para vivir con su hijo en McAllen, Texas.

Su esposa falleció primero en el 2002, así como su hija, Martina, en 2007. Le sobrevive su hijo, Luís, su hija Loretta y cuatro nietos.

Su hijo Luís, un profesor de arte retirado, dijo que su padre, aún retirado, vendía. La compañía C. D. Stampley, publicadora de la Biblia, lo contrató como consultor para desarrollar una edición bilingüe. Vendió tantas Biblias en Los Ángeles que sus jefes le dijeron que fuera más suave. Las otras compañías se molestaron, recuerda él.

«Papá fue realmente un dínamo. Él era mi mejor amigo».

Traducción: Aleida T. Romero

Image by ANN. ANN/fotorgrafías de cortesía de la familia Ramírez
Image by ANN ANN/fotografías de cortesía de la familia Ramírez

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