25 de abril, 2012 – Punta Cana, República Dominicana…Amireh Al-Haddad/IRLA
Shaherya Gill, una de las más de 800 personas de todo el mundo que han viajado a Punta Cana para asistir al 7mo Congreso Mundial, entiende los retos a la libertad religiosa en Paquistán, donde creció. Ahora trabajando como consejero asociado para American Center for Law and Justice, una organización defensora con sede en Washington, DC, ayuda a supervisar casos de libertad religiosa en su país de nacimiento.
Entre los mayores retos a la libertad religiosa en Paquistán están las llamadas Leyes Contra la Blasfemia. Estas leyes prohiben todo acto o palabras contra el Islamismo, incluyendo contaminar un sitio de adoración o un objeto sagrado, contaminar el Corán o menoscabar al profeta Mohoma. Los castigos para tales ofensas incluyen multas, prisión y hasta la pena de muerte.
Gill dice que desde que se aprobaron estas leyes alrededor de hace 30 años, se han procesado cerca de 1000 acusaciones contra cristianos en Paquistán. Peor, aún, dice Gill, «La mayoría de los casos son porque una persona quiere la propiedad del otro».
Uno de los actuales casos de Gill envuelve a un propietario de una tienda de libros quien fue acusado falsamente de violar la las leyes contra la blasfemia, aparentemente en un intento de apropiarse de su tienda. Casos como estos, dicta la ley, no solamente deben ir ante la corte, pero también delante de un juez musulmán. Desafortunadamente , dice Gill, el asunto ahora ha llegado a ser cómo discernir entre la verdadera blasfemia de la codicia de los acusadores.
Otros casos recientes, tal como el de Asia Bibi, la joven cristiana sentenciada a muerte en la provincia de Punjab, Paquistán, ha enfocado la atención internacional sobre el impacto de las leyes contra la blasfemia sobre los miembros de las minorías religiosas de Paquistán. El año pasado, tanto el Ministro Federal para Asuntos de las Minorías, Shahbaz Bhatti, así como el gobernador de Punjab, Salman Taseer, fueron asesinados después de respaldar en público la reexaminación de las leyes contra la blasfemia.
Por ahora, el panorama para muchos cristianos y miembros de credos minoritarios en Paquistán permance nublado. Y los defensores de la libertad religiosa, como Gill, continuarán sus esfueos para luchar por el derecho de cada persona a adorar de acuerdo a los dictados de su conciencia.
