A continuación se encuentra un mensaje dirigido a la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Interamérica por el presidente de la División Interamericana, Elie Henry–Personal de noticias de la DIA.
17 de enero del 2025 | Miami, Florida, Estados Unidos | Por Elie Henry, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día División Interamericana
Hola, hermanas y hermanos, feliz sábado.
Me alegra saludarles en el décimo día de los Diez Días de Oración. Esta linda iniciativa en la que nos unimos como familia adventista en todo el mundo, como una oportunidad fresca para renovar nuestro compromiso con Dios y nuestra misión.
Durante estos 10 días, por medio de oraciones personales, en el hogar y en la iglesia con nuestros hermanos, hemos sentido el llamado del Espíritu Santo a acercarnos más al Señor y depender de Su dirección en cada aspecto de nuestras vidas. Pero quiero enfatizar en que este programa no busca limitarnos a orar sólo estos primeros días del año, sino que es una invitación para que podamos vivir cada día del año y en todo momento, buscando Su presencia con fervor y constancia.
En ese sentido, quiero compartir el texto Bíblico que, en el territorio de la División Interamericana, hemos adoptado como punto de partida de nuestro plan estratégico para este año 2025: En Mateo 28:19-20, Jesús nos dice:
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
¿Pueden ver? Este mandato no es solo un desafío, sino también una promesa: ¡Jesús estará con nosotros en cada paso! Por eso, este año, la oración debe de ser el fundamento que sostenga todo nuestro servicio en la misión. Cada familia está invitada a llevar el evangelio a las comunidades, las ciudades y los corazones. Por eso debemos hacer de nuestros hogares, altares de oración y faros de luz.
Hagamos del 2025, un año de oración, permitiendo que el Espíritu Santo tome el control, y seremos testigos de milagros y transformaciones que sólo Él puede realizar.
¡Maranatha!