José Luis y Yaremis León Torres en el vestíbulo de la iglesia adventista de Boyeros en La Habana, Cuba, la congregación que es sede de su ministerio. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]

En La Habana, Cuba, la iniciativa liderada por laicos está brindando alimento físico y espiritual.

30 de abril de 2025 | La Habana, Cuba | Marcos Paseggi, Adventist Review

Cuando la pandemia de COVID-19 hizo estragos en todo el mundo, la nación insular caribeña de Cuba no fue una excepción. Con las iglesias cerradas, la interacción con otros miembros de iglesia o interesados en estudiar la Biblia se volvió casi inexistente. En esos tiempos oscuros de aislamiento, José Luis León Torres, anciano de la iglesia adventista de Boyeros, a menudo se preguntaba cómo seguir compartiendo las buenas nuevas de Jesús a pesar de las circunstancias.

Entonces se le ocurrió una idea. “¿Por qué no empezamos a cocinar y a llevar platos de comida a los que están pasando hambre?” le dijo a su esposa Yaremis León. “Incluso podríamos llegar a algunos de aquellos que nunca asistirían a un culto adventista por más que las iglesias estuvieran abiertas”.

“La idea era empezar a atender a otras personas que tenían hambre física, sin ningún motivo ulterior, para que pudieran disfrutar de un plato de comida todos los sábados”, contó Yaremis León. “Y luego espera a que el Señor nos guiara”.

José Luis y Yaremis León Torres con el estandarte del ministerio laico en La Habana, Cuba. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]

Esperanza en un plato

Las ideas de la familia León ese día finalmente los llevaron a lo que llegaría a ser “Llevando Esperanza”, un ministerio dirigido por laicos que cada semana ofrece decenas de platos de comida a las personas sin hogar y a otros necesitados de la comunidad que rodea la congregación local. El ministerio ha crecido y evolucionado para proporcionar también alimento espiritual a las personas, lo que finalmente ha llevado a decenas de bautismos.

“Al principio juntamos nuestros escasos recursos con las contribuciones de otros miembros de iglesia y comenzamos a cocinar en casa”, contó Yaremis León. José León dijo que estaba agradecido de que tan pronto como compartieron la idea, otros miembros decidieron apoyarlos. “Comenzó a crecer rápido”, reconoció. “Los miembros que cultivaban verduras traían de su cosecha, y otros colaboraban con lo que pudieran conseguir para que el ministerio siguiera abierto”.

Un grupo de personas disfruta de un plato de comida y compañerismo como parte del ministerio Llevando Esperanza en La Habana, Cuba. [Fotografía: cortesía de Yaremis León]

Se suma la iglesia local

A medida que la pandemia amainó y las iglesias reabrieron, los León decidieron que su casa era demasiado pequeña para satisfacer todas las necesidades que veían, y tomaron la iniciativa de presentar el proyecto a la iglesia de Boyeros. La iglesia lo adoptó, y el ministerio fue lanzado oficialmente el 30 de junio de 2022. También evolucionó, contaron los León. “Caminábamos por la comunidad, invitando a la gente para que viniera a la iglesia para disfrutar de la camaradería y un plato de comida”, contó José León. “Luego, después de estar bien alimentados físicamente, les compartíamos un mensaje de la Palabra de Dios, gracias a estudios bíblicos diseñados específicamente para satisfacer las necesidades de ese grupo”.

José León explicó que el ministerio no se trata solo de una comida caliente o estudios bíblicos. “Comenzamos a pasar el día con ellos, saliendo y dejándoles experimentar cosas simples como cantar y orar para despedir el sábado”, relató. “No era más que el método de Cristo, que se basa en acercarse a las personas y mostrarse amigables con ellas”.

Yaremis Leon (derecha), con uno de los vecinos que se beneficia regularmente del ministerio Llevando Esperanza. [Fotografía: cortesía de Yaremis León]

Yaremis León informó que, con el apoyo de otros miembros de la iglesia local, el ministerio evolucionó para incluir visitas a los recluidos y enfermos. “Algunos de nosotros nos turnábamos para limpiar sus casas”, contó. “Visitamos a los enfermos en los hospitales, centrándonos en aquellos que no recibían visitas con regularidad para darles una palabra de consuelo y aliento”.

Un efecto multiplicador y transformador

Antes de tal demostración de amor y cuidado, muchos de los alcanzados expresaron su deseo de saber más acerca de la Biblia, y finalmente preguntaron cómo podían llegar a ser parte de la congregación. “Entre 2022 y 2023 se bautizaron 45 personas, 41 de ellas como resultado directo del ministerio”, informó José León. Para diciembre de 2024, se habían bautizado 35 personas más. “Varios de ellos ahora se han convertido en líderes de nuestra congregación”, dijo. “Y algunos de los nuevos miembros han abrazado el proyecto de tal manera que también van por ahí trayendo a otros, como ellos, para que se alimenten, estudien la Biblia y acepten a Jesús por medio del bautismo”.

Los pastores celebran el bautismo de un nuevo miembro de iglesia que conoció la Iglesia Adventista gracias al ministerio Llevando Esperanza. [Fotografía: cortesía de Yaremis León]

Yaremis León contó la historia de un barrendero local, encargado de mantener limpia la zona donde se encuentra la iglesia de Boyeros. “Tenía un carácter fuerte”, contó. “Solía intercambiar insultos y palabrotas con los transeúntes”. Yaremis León explicó que cuando el ministerio se trasladó a la iglesia local hace tres años, José León invitó al barrendero a la iglesia. “Han pasado tres años, y después de bautizarse, comenzó a ir por ahí, invitando y llevando a otros a la iglesia. Algunos de los que trajo ahora también se han bautizado”, informó sonriendo.

Más allá de brindarles los alimentos físicos que tanto necesitan, Yaremis León explicó que el objetivo que tienen no es un secreto. “La idea es que, de una forma u otra, la gente llegue a conocer a Cristo”, dijo.

Cómo se financia el ministerio

En medio de una aguda crisis económica en toda Cuba, es un desafío proveer de alimentos a decenas de personas cada semana, reconocieron los León. Hasta ahora, el ministerio de alguna manera ha podido seguir adelante, dijeron. “Contamos con el apoyo de otros miembros de iglesia y de nuestros líderes, que han intervenido para ayudar cuando nuestros medios no eran suficientes”, reconocieron. “No tenemos mucho, pero lo que tenemos, lo compartimos”.

Una de las decenas de personas de la congregación de Boyeros en La Habana, Cuba, que fue bautizadas gracias al ministerio Llevando Esperanza. [Fotografía: cortesía de Yaremis León]

Los León dijeron que están muy agradecidos a Maranatha [Volunteers International], ya que sus líderes se familiarizaron con el proyecto y facilitaron la llegada de suministros para apoyar la iniciativa. “Han sido de gran ayuda en el pasado, a pesar de que su ministerio es de una clase diferente”, dijeron en referencia al ministerio de apoyo de la Iglesia Adventista que construye iglesias y escuelas y perfora pozos de agua en todo el mundo.

Aun así, la falta de financiación constante amenaza la supervivencia a largo plazo de la iniciativa, reconocieron los León. “Sabemos que Dios ha provisto en el pasado y confiamos en que él lo seguirá haciendo”, enfatizaron. Según José León, pueden ofrecer una comida vegetariana completa a 45 personas cada sábado por alrededor de 25 dólares, una cantidad considerable para Cuba, pero muy al alcance de América del Norte. “Incluso las contribuciones ocasionales de cinco o diez dólares a la iglesia local pueden ser de gran ayuda para mantener el ministerio en funcionamiento”, dijo José León. “Pero necesitamos esos cinco o diez dólares para seguir llevando esperanza a nuestra comunidad y aun más allá de ella”.

Las actividades para beneficiar a otros ahora incluyen ayudar a que los niños aprendan más sobre Dios y la Biblia. [Fotografía: cortesía de Yaremis León]

Cocinar y orar

Mientras tanto, los León siguen cocinando y orando. “Necesitamos algunas mejoras, ya que nuestras ollas y sartenes se están rompiendo, y también necesitamos una cocina mejor”, reconoció José León. “Pero no estamos desanimados. Dios abrirá un camino para que podamos seguir compartiendo esta esperanza y este amor con aquellos que más lo necesitan”.

Yaremis León estuvo de acuerdo. “Estamos orando para que Dios abra una ventana, para que podamos mantener este ministerio abierto”, dijo. “Como familia, hemos decidido incluso usar algunos de nuestros propios recursos si es necesario para que estas personas puedan disfrutar de una comida caliente y el compañerismo de la iglesia. Y estamos seguros de que, de alguna manera, Dios proveerá”.

Maranatha Volunteers International es un ministerio de apoyo sin fines de lucro que no es operado por la organización corporativa de Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Traducción de Marcos Paseggi

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