Ruslan y Lyudmila Ilchenko presentan la campaña The Way Out! (Una Salida) en la Convención Internacional de Outpost Centers International 2025, Rumania, a principios de mayo. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
El centro da esperanza a las personas en medio de las situaciones de mayores desafíos, dijeron sus líderes.
5 de junio de 2025 | Rumania | Marcos Paseggi, Adventist Review
En mayo, decenas de ministerios que asistieron a la Convención Internacional de Outpost Centers International (OCI) 2025 en Herghelia, Rumania, contaron lo que están haciendo para ayudar a que las personas vivan mejor y prosperen. OCI es una organización paraguas que conecta e inspira a más de 400 ministerios adventistas de apoyo dirigidos por laicos en casi noventa países. Entre ellos, hay varios ministerios que prestan servicio en Ucrania, incluso en medio de la actual guerra con Rusia. A continuación se presenta uno de ellos.
En busca de una salida
En Poldova, Ucrania, The Way Out! está ayudando a que la gente se recupere del trauma y la violencia y recobre las ganas de vivir. El ministerio, que había estado brindado servicios a la población en esa región de Ucrania Central desde 2005, ha incrementado sus servicios desde que se inició la guerra en 2022. “Nuestra misión es restaurar la salud mental y el apoyo social a los sobrevivientes de traumas, lo que incluye los traumas como resultado de la guerra; la violencia doméstica, sexual y de género; la violencia sexual relacionada con los conflictos; así como otras formas de violencia”, explicaron los líderes del ministerio.
Ruslan Ilchenko dirige una actividad grupal en The Way Out!, un ministerio de apoyo en Poldova, Ucrania. [Fotografía: Ministerio The Way Out!]
The Way Out! ofrece un programa de 12 días con alojamiento completo, comidas, terapia y recreación. En el presente, el ministerio está proporcionando servicios gratuitos a civiles, veteranos y sus familiares afectados por la guerra. Según el sitio web del ministerio, apoyan a las personas que se enfrentaron a la reubicación forzada, que temen por el hijo o el esposo que ahora está peleando y por las personas que perdieron el trabajo, sus posesiones o empresas. The Way Out! ayuda también a las personas para que hagan frente a las secuelas de las rupturas familiares debido a la guerra, la pérdida de hijos o padres y la soledad después de perder a miembros de la familia.
“También ofrecemos capacitación y desarrollo profesional para psicólogos, trabajadores sociales, profesionales de la salud y líderes espirituales que trabajan o planean trabajar con sobrevivientes del trauma y la violencia”, explicaron los líderes del ministerio.
Los participantes disfrutan de una clase grupal donde aprenden cómo superar las experiencias de violencia y trauma gracias al ministerio The Way Out! en Ucrania. [Fotografía: Ministerio The Way Out!]
Cada vez se acumulan más testimonios de quienes se han beneficiado con este ministerio, informaron sus líderes. “Mi hijo está muerto. Maldije todo: la guerra, la gente, y me maldije a mí mismo”, dijo un hombre de 57 años y padre de un soldado ucraniano caído. Pero después de 12 días de rehabilitación, siento que ya no quiero venganza. Quiero la paz. Oré para liberarme de ese peso y ahora me siento mucho mejor”.
Yuriy, un veterano de guerra de 38 años, también contó lo que sentía. “Pensé que Dios me había abandonado. Y entonces me di cuenta de que yo era el que me había cerrado a él. Ahora puedo hablar con él de nuevo. Y aunque no tengo todas las respuestas, siento que no estoy solo”, dijo.
Svitlana, una mujer de 45 años de Járkov que había perdido su trabajo y su hogar a causa de la guerra, también compartió su agradecimiento por el ministerio. “No solo empecé a dormir mejor; comencé a hablar nuevamente con Dios”, dijo. “Y por primera vez en mucho tiempo, no con rabia, sino con esperanza”.
Outpost Centers International es una organización paraguas que conecta a ministerios dirigidos por laicos que apoyan la misión y el mensaje adventista. No es parte de la corporación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Traducción de Marcos Paseggi