Lindsey Mills interpreta un himno durante el programa del viernes de noche. [Imagen: David B. Sherwin]

Lo que toma traer números musicales al escenario principal de la Sesión de la AG
7 de julio de 2025 | St. Louis, Missouri, Estados Unidos | Beth Thomas, Adventist Review

La música es un poderoso instrumento que prepara los corazones, calma la mente y establece el tono de la adoración. “La música fue creada para servir un solo propósito: elevar el pensamiento hacia lo puro, noble y elevado y para despertar en el alma devoción y gratitud a Dios”. [i] Entendiendo este sagrado papel a desempeñar, el equipo de coordinación musical para la Sesión de la Asociación General (AG) toma muy seriamente esta responsabilidad. Y mientras bellos acordes vocales e instrumentales flotan en el ambiente del Domo del America’s Center, el cielo se acerca un poco más.

El multifacético proceso de selección de la música comienza tres años antes de la sesión. Un equipo de personas trabaja con cada una de las 13 divisiones mundiales y los campos adjuntos a fin de elegir un coordinador musical en cada una de esas regiones. El coordinador de la música solicita entonces a organizaciones tales como universidades, colegios, escuelas secundarias y congregaciones con buenos talentos musicales, que recluten intérpretes musicales que envíen materiales de audición. La comisión de música de las divisiones selecciona entonces los números musicales que se presentarán a la Comisión de Música de la AG, para su revisión final.

La comisión se basa para su selección, en factores tales como pertinencia cultural, corrección teológica y peculiaridad, en entidades tales como coros infantiles, grupos misioneros, composiciones originales, o grupos en regiones del mundo que experimentan dificultades particulares. Gaspar Colón, un vicepresidente de la Comisión de Música de la AG, dijo: “Esta es parte de la inspiración que buscamos para que la gente vea que aun en lugares donde la vida es difícil, hay un oleaje de alabanzas”.

[Imagen: Adventist Review]

Una vez que ha sido aprobada una selección musical, se le designa al lugar en donde será interpretada: escenario principal, divisiones de jóvenes o infantiles, o en el Teatro Ferrara, situado en la planta baja del centro de convenciones. A los intérpretes musicales que han sido aprobados se les notifica con suficiente tiempo para que hagan sus arreglos de asistencia a la sesión. Con frecuencia, los grupos musicales levantan fondos financieros y solicitan visas, un proceso que puede tomar mucho tiempo. La Comisión de Música de la Sesión de la AG provee cartas de invitación para que los intérpretes musicales presenten en sus embajadas, con la esperanza de que esto agilice el proceso de obtención de visa. Sin embargo, hay todavía otra capa dentro de este proceso. La Oficina de Consejo General en las oficinas centrales de la iglesia debe revisar cada canto, cada letra y cada traducción, así como cada himno de dominio público a fin de asegurarse de que tal pieza musical encaja dentro de nuestros derechos legales de transmisión.

Cuando llegan los intérpretes musicales, se registran en la principal oficina de música en el America’s Center Dome, en donde reciben sus detalles de programación.

Lindsey Mills, cantante y compositora musical procedente de Colorado, Estados Unidos y asistente por primera vez a una sesión de la AG, interpretó el himno de su inspiración “A Thousand Fires” (Mil fuegos) en el escenario principal, después de los testimonios sobre Todo Miembro Involucrado Mundialmente, el viernes de noche. Dijo lo siguiente: “Tan pronto como la persona llega ahí, le hace saber a la comisión que ya ha llegado. ¡Ellos necesitan saber en dónde están los intérpretes musicales! Nos reservan salas de ensayo y realizan pruebas de sonido cuando es posible. Entonces, llegado el tiempo en el evento programado, la persona espera entre bastidores hasta el momento de la interpretación, de manera que está lista a proceder con la interpretación”. Su entusiasmo por compartir el mensaje a través de su música era palpable.

Podemos asumir confiadamente que cada solista, grupo o instrumentista, comparte el mismo entusiasmo al prepararse para elevar y ”despertar en el alma devoción y gratitud a Dios” durante la 62° Sesión de la AG.

Beth Thomas es editora asistente de Adventist Review.

Traducción – Gloria A. Castrejón

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