El pastor Gonzalo Cardona, secretario ejecutivo de la Unión Colombiana del Norte, y Henry Beltrán (centro), presidente de la Unión Colombiana del Sur, muestran el premio de la Orden al Mérito a la Democracia del senador José Vicente Carreño (derecha), en Bototá, Colombia, el 27 de agosto de 2025. [Fotografía: Unión Colombiana del Sur]
4 de septiembre de 2025 | Bogotá, Colombia | Laura Acosta y Cristin Serrano, y Noticias de la División Interamericana
La Iglesia Adventista del Séptimo Día de Colombia recibió la Orden del Mérito a la Democracia, rango de Gran Comendador, en reconocimiento a sus contribuciones centenarias en educación, trabajo humanitario y desarrollo espiritual. El reconocimiento subraya el papel de la iglesia como una fuerza social transformadora, que mejora vidas en todo el país.
Presentado por la Segunda Comisión Constitucional del Senado el pasado 27 de agosto de 2025, el premio reconoce a personas o instituciones cuyo trabajo beneficia significativamente a la sociedad. Marca la segunda vez en cinco años que el Congreso de Colombia ha honrado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, subrayando su impacto perdurable en la nación. La ceremonia destacó el impacto continuo de la iglesia en la educación, la atención médica, los medios de comunicación, la acción humanitaria y la defensa de los derechos fundamentales.
Los líderes de la iglesia escuchan mientras los funcionarios del Congreso explican por qué la Iglesia Adventista está recibiendo la Orden del Mérito. [Fotografía: Unión Colombiana del Sur]
Los líderes de la iglesia estuvieron presentes para recibir el honor, incluido el pastor Henry Beltrán, presidente de la Unión Colombiana del Sur, y el pastor Gonzalo Cardona, secretario ejecutivo de la Unión Colombiana del Norte.
El senador José Vicente Carreño (derecha) recibe su Biblia con la guía de estudio “La fe de Jesús”, durante la ceremonia de condecoración el pasado 27 de agosto de 2025. [Fotografía: Unión Colombiana del Sur]
Cardona agregó: “Este reconocimiento refleja el trabajo que la iglesia ha estado haciendo durante décadas. Nuestros hospitales, escuelas y universidades sirven no solo a los miembros sino a toda la sociedad. El evangelismo es vital porque transforma vidas y hogares”.
Miembros de la iglesia asisten a la ceremonia de condecoración el pasado 27 de agosto en el Capitolio Nacional. [Fotografía: Unión Colombiana del Sur]
Como parte de la obra comunitaria del día, el senador Carreño y otros funcionarios recibieron Biblias personalizadas de la iglesia. El pastor Daniel Herrera, quien coordinó la logística, explicó: “Cada Biblia está personalizada con el nombre del destinatario e incluye un código QR que se enlaza con 20 estudios bíblicos introductorios. Esto permite que los senadores y representantes aprendan gradualmente a orar y estudiar la Palabra de Dios”.
Un líder de la iglesia organiza 300 Biblias para senadores y funcionarios en el Capitolio Nacional de Colombia. [Fotografía: Unión Colombiana del Sur]
El senador Carreño concluyó con una palabra de aliento: “Que continúen esta hermosa obra por la humanidad, por la sociedad y para guiar a las personas hacia Dios. Lo más importante es que sigan enseñando el buen camino que todos debemos seguir”.
Medalla del Congreso presentada a la Iglesia Adventista durante una ceremonia especial en Bogotá, Colombia, el 27 de agosto de 2025. [Fotografía: Unión Colombiana del Sur]
Acerca de la Iglesia Adventista en Colombia
En Colombia, la primera iglesia adventista fue establecida en Bogotá en 1921. Hoy, la iglesia cuenta con más de 273 mil miembros, 2002 congregaciones, 51 escuelas, una universidad, tres centros médicos, dos ramas de alimentos saludables y una red de medios que incluye Hope Media, Esperanza Radio y AWR Colombia, junto con su brazo humanitario ADRA Colombia.
Un coro adventista canta durante la celebración del 27 de agosto de 2025.
Los líderes de la iglesia dicen que el énfasis de la Iglesia en la acción social es una respuesta cristiana a las desigualdades, las crisis humanitarias y las necesidades de las comunidades vulnerables de Colombia.
Traducción de Marcos Paseggi