
Estudiantes de secundaria sonríen después de sentarse en sus nuevos escritorios por primera vez en una de las nuevas aulas de la Escuela Misionera Sala en Zambia el pasado 26 de octubre. [Foto: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Múltiples organizaciones se unen para mejorar las condiciones en una escuela adventista en Zambia.
9 de noviembre de 2025 | Lusaka, Zambia | Marcos Paseggi, Adventist Review
“Se necesita una aldea para criar a un niño”, dice un dicho común de origen africano. Uno de los mejores lugares para ver algo así es en la Escuela Misionera Sala, ubicada en un área rural a unos 50 kilómetros de Lusaka, Zambia. La institución, que incluye la Escuela Primaria Sala, con unos 1300 estudiantes, y la Escuela Secundaria Sala, con 287 estudiantes, necesitaba desesperadamente instalaciones más espaciosas.
En 2023, el ministerio de apoyo Maranatha Volunteers International intervino para ayudar, con la ayuda de sus líderes, partidarios, donantes y voluntarios. Los esfuerzos del ministerio se consolidaron aún más gracias a otras partes interesadas que intervinieron. Los planes de mejora también contaron con los esfuerzos del gobierno de Zambia, la administración regional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y los maestros, el personal y los propios estudiantes de la institución.

Estudiantes de secundaria asisten a la ceremonia durante la cual los líderes Maranatha entregaron las llaves del nuevo bloque de aulas en la Escuela Misionera Sala en Zambia. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Maranatha, un ministerio que construye iglesias y escuelas y perfora pozos de agua en todo el mundo, eligió el proyecto de la Escuela Sala como uno de sus proyectos Giving Tuesday 2023. La escuela había estado creciendo constantemente durante años y su matrícula estaba muy por encima de lo recomendado para las instalaciones. Muchas clases tenían más de 100 estudiantes, muchos de los cuales se veían obligados a sentarse en los pisos duros y polvorientos. Además, una política gubernamental de educación gratuita de 2021 resultó en un aumento significativo en la matrícula de estudiantes, lo que trajo consigo nuevos desafíos. Entre ellos estaba la necesidad de contar con más maestros, que el gobierno se ha comprometido a proporcionar lo antes posible, y de viviendas para albergarlos.

El nuevo bloque de aulas que utilizará la Escuela Secundaria Sala, una de las varias mejoras de infraestructura que Maranatha ha introducido en el campus de la institución desde 2023. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Hay otra razón que aumenta la necesidad de mejoras en la Escuela Misionera Sala, reconoció el personal de la escuela. Hasta hace poco, debido a la insuficiencia de aulas, los estudiantes que terminaban la escuela primaria se veían obligados a trasladarse a otra institución distante. En la práctica, los líderes educativos reconocieron que muchos niños simplemente dejaban de asistir a la escuela, mientras que otros se iban para asistir a instituciones con diferentes valores y filosofías de educación. “A muchos de ellos les perdíamos el rastro”, reconocieron.

Hilder Mayuni, secretaria de la junta de educación del distrito de Shibuyunji, asiste al programa de entrega de llaves, fuera del nuevo bloque de aulas de la Escuela Secundaria Sala el pasado 26 de octubre. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Simoonga también enfatizó que no dan por sentadas las iniciativas de Maranatha, que están totalmente financiadas por los donantes. “Nuestra oración es que Dios siga bendiciendo a los departamentos de marketing y comunicación de Maranatha, para que cuando salgan a buscar donantes, Dios pueda estar con ellos para guiarlos”.

Profesores y estudiantes de la Escuela Secundaria Sala sonríen durante la ceremonia de entrega de un nuevo bloque de aulas el pasado 26 de octubre. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Varios alumnos no dudaron en expresar su entusiasmo por las nuevas instalaciones de la Escuela Secundaria Sala. “¡Gracias por las cosas maravillosas que han hecho!” Inonge, una niña de undécimo grado, expresó. “¡Estamos muy emocionados de ver lo que Maranatha ha hecho por nosotros! Todo lo que han hecho, lo han hecho bien. ¡Has mejorado nuestra vida!”
Entre sus sueños para la escuela, Inonge dice que espera que pronto puedan tener un laboratorio de ciencias y un laboratorio de computación para complementar el aprendizaje. “¡Sería genial!”, expresó.
Emmanuel, de noveno grado, dijo que no daba por sentadas las mejoras en la infraestructura escolar. “Sé que este es un gran sacrificio”, expresó. “Es la razón por la que estamos tan agradecidos a Maranatha”. Y agregó: “Me gustaría convertirme en piloto comercial, ¡y sé que este entorno me preparará para algún día llegar a serlo!”

El director de operaciones de Maranatha Volunteers International, Kenneth Weiss, entrega las llaves de las nuevas aulas a Hilder Mayuni, secretaria de la junta de educación del distrito de Shibuyunji, un territorio que incluye la Escuela Sala. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Hilder Mayuni, secretaria de la junta de educación del distrito de Shibuyunji, un territorio que incluye la Escuela Sala, destacó los resultados del trabajo conjunto y la colaboración. “Estamos muy agradecidos porque Maranatha ha venido a complementar los esfuerzos del gobierno, asegurándose de que todos los niños regresen a la escuela y tengan [un lugar] donde sentarse”, dijo Mayuni.
Mayuni reconoció que la política gubernamental de educación gratuita para todos ha planteado desafíos con respecto a la infraestructura actual. “En nuestro distrito de Shibuyunji tenemos una escasez de 440 aulas”, dijo. Los esfuerzos de Maranatha están ayudando a frenar esa escasez, enfatizó. “Estamos muy agradecidos, porque estas aulas también han venido con el mobiliario que necesitan los estudiantes”.
Explicó que, de acuerdo con las directivas del gobierno, “ningún niño tiene que sentarse en el suelo, y Maranatha ha respondido a ello, proporcionando el mobiliario necesario para nuestros alumnos”.

Los estudiantes de la Escuela Secundaria Sala entran en sus nuevas aulas por primera vez después de la ceremonia de entrega del 26 de octubre. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Sin embargo, además de las mejoras en la infraestructura y la contratación de nuevos maestros, el objetivo final de la escuela es misional, reconoció Goliath Naini, secretario ejecutivo de la Asociación de Lusaka de la Iglesia Adventista. Dirigiéndose a funcionarios del gobierno, representantes de Maranatha, profesores y estudiantes durante la ceremonia de entrega del pasado 26 de octubre, Naini enfatizó que la Escuela Sala no es solo otra institución, sino que busca no solo servir a la iglesia sino también edificar la nación.

Goliat Naini, secretario ejecutivo de la Asociación de Lusaka de la Iglesia Adventista, se dirige a funcionarios del gobierno, representantes de Maranatha, profesores y estudiantes en la Escuela Sala el 26 de octubre. [Fotografía: Marcos Paseggi, Adventist Review]
Al mismo tiempo, a pesar de los logros materiales o académicos, Naini recordó a los asistentes a la ceremonia que la misión más importante de la escuela es recordar las palabras de Jesús cuando les dijo a todos: “Venid a mí”. “Esto es lo que queremos lograr por medio de esta escuela”, dijo Naini, “para ayudar a que más personas vengan a Jesucristo”.
Traducción de Marcos Paseggi