La atención odontológica fue uno de los muchos servicios médicos gratuitos ofrecidos a miles de personas en San Cristóbal, Venezuela, durante la campaña de divulgación sanitaria de este año coordinada por la Asociación Venezolana Sur Occidental. [Fotografía: Unión Venezolana Occidental]

Esfuerzo anual de “Salud en Misión” moviliza a profesionales médicos, miembros de iglesia y otros socios para atender necesidades urgentes en medio de los actuales desafíos en el país.

11 de diciembre de 2025 | San Cristóbal, Táchira, Venezuela | José Falcón y Libna Stevens, Noticias de la IAD

La Iglesia Adventista del Séptimo Día en la Unión Venezolana Occidental celebró hace poco el impacto de una iniciativa comunitaria de salud de un año llevada a cabo en la región suroeste del país. El programa, conocido como Salud en Misión, movilizó a profesionales adventistas de la salud y a miembros de iglesia activos para atender las urgentes necesidades físicas y emocionales de miles de personas a lo largo de 2025.

El pastor Orlando Ramírez, presidente de la Unión Venezolana Occidental, explicó que la labor de divulgación sanitaria se ha vuelto esencial en momentos en que Venezuela sigue enfrentando graves desafíos económicos y médicos.

Profesionales adventistas hacen fila mientras los miembros de la comunidad aguardan para recibir servicios médicos gratuitos en el suroeste de Venezuela. [Fotografía: Unión Venezolana Occidental]

“Muchas personas no pueden acceder a suficientes servicios a través del sistema público de salud, mientras que la atención privada es inaccesible para la mayoría”, afirmó. Como respuesta, la iglesia desarrolló una estrategia continua que combinó asistencia médica gratuita, apoyo emocional y discipulado, movilizando a las congregaciones locales en pequeños grupos comunitarios de salud.

Sentar las bases para un impacto comunitario

Antes de cada gran brigada médica, las iglesias formaron pequeños grupos de salud que impartieron varias semanas de clases de bienestar y establecieron relaciones con los miembros de la comunidad, explicó Ramírez. Tras este período de preparación, médicos adventistas voluntarios, el equipo misionero de la unión y donantes externos colaboraron para ofrecer clínicas gratuitas.

Los líderes de la iglesia y coordinadores de grupos pequeños reciben formación para la iniciativa comunitaria de salud durante los primeros meses de 2025. [Fotografía: Unión Venezolana Occidental]

La labor de este año brindó servicios médicos a más de cinco mil personas en San Cristóbal, en el estado de Táchira, según los organizadores. Los servicios incluyeron odontología, ginecología, pediatría, geriatría, cardiología, gastroenterología, nutrición, psicología, fisioterapia, cirugía general y oftalmología.

“Desde los primeros meses del año, nuestro equipo organizador trabajó intensamente para garantizar la preparación espiritual, logística y médica necesaria para impactar eficazmente a las comunidades de San Cristóbal”, dijo Nancy Perdomo de Rivas, directora de ministerios de salud de la Unión Venezolana Occidental. “Durante esa fase inicial, fortalecimos las alianzas con instituciones adventistas de salud, congregaciones locales y voluntarios dedicados que comparten el mensaje de esperanza que caracteriza a la Iglesia Adventista del Séptimo Día”.

Los miembros de la comunidad en San Cristóbal, en el suroeste de Venezuela, muestran sus certificados tras completar una clase de cocina saludable ofrecida este año como parte de la campaña de salud de la Iglesia Adventista. [Fotografía: Unión Venezolana Occidental]

Estrategia en cinco fases para un ministerio integral

Salud en Misión se desarrolló en cinco fases, comenzando en enero en coordinación con la Asociación Venezolana Sur Occidental. El proceso pasó de formar y organizar pequeños grupos de salud, a conectar con miembros de la comunidad, ofrecer clínicas médicas y compartir el evangelio, y concluyó preservando nuevos intereses mediante el discipulado, que culminó en noviembre.

“Tras recibir tres o cuatro semanas de instrucción de salud, se invita a la gente a las clínicas médicas gratuitas”, explicó Rivas. “La gente estaba completamente lista y ansiosa por venir a recibir atención”.

Dos nuevos creyentes son bautizados durante la celebración de fin de año el 25 de octubre de 2025, en el Gimnasio Arminio Gutiérrez, donde los miembros de iglesia se reunieron para reconocer el impacto espiritual de la iniciativa de salud y evangelización. En total, 353 personas se unieron a la Iglesia Adventista como resultado de los esfuerzos conjuntos. [Fotografía: Unión Venezolana Occidental]

Del 18 al 24 de octubre, profesionales médicos y miembros de iglesia trabajaron juntos en ocho centros de predicación repartidos en seis distritos del área metropolitana de San Cristóbal, ofreciendo lo que Rivas describió como el “triple ministerio de Jesús”, que incluye la enseñanza, la predicación y la sanación. Administradores, líderes departamentales, pastores, ancianos, maestros y laicos unieron fuerzas con profesionales sanitarios del hospital adventista de Barquisimeto, clínicas adventistas y varios centros de vida sana para atender a miles de personas.

Ramírez señaló que los ministerios de donantes y Samaritan’s Purse, que brindó medicamentos, han desempeñado un papel clave en el apoyo a la iniciativa.

El presidente de la Unión Venezolana Occidental, Orlando Ramírez (al frente a la izquierda), se une a líderes de la iglesia, médicos y otros profesionales para una foto grupal durante la celebración del 25 de octubre de 2025. [Fotografía: Unión Venezolana Occidental]

Celebración de las decisiones y transformación continua

Al concluir la labor de divulgación sanitaria el 25 de octubre, más de 1200 líderes y miembros de iglesia se reunieron en el Gimnasio Arminio Gutiérrez para celebrar los bautismos de diez nuevos creyentes y reflexionar sobre el impacto espiritual de la iniciativa. En total, 353 personas se unieron a la Iglesia Adventista como resultado de los esfuerzos médicos y de evangelización combinados.

“Durante la semana, fuimos testigos de la gloriosa manifestación del poder de Dios. Por la influencia del Espíritu Santo, muchos corazones fueron tocados—hombres, mujeres y niños que entregaron sus vidas a Jesús”, dijo Ramírez. “El proyecto no solo sirve a la comunidad, sino que también moviliza plenamente a la iglesia, por lo que organizarse en grupos pequeños ha resultado esencial”.

Traducción de Marcos Paseggi