18 de julio de 2013 Silver Spring, Maryland, Estados Unidos…Red de Noticias Adventistas
El pastor António Monteiro y otros miembros de la iglesia han estado en prisión por casi quinientos días sobre la única base de la acusación de un solo hombre. Pero según un examen psiquiátrico ordenado por la corte, ese man, Kpatcha Simliya, se retractó más tarde de la acusación, afirmando que había sido golpeado por la policía y forzado a dar nombres de personas que supuestamente sabían que eran conspiradores junto con él en una red de tráfico de sangre.
Esto ha hecho que los líderes de la Iglesia Adventista, los abogados y los diplomáticos se pregunten por qué Monteiro y otros adventistas acusados de coordinar una supuesta red de tráfico de sangre aún permanecen en prisión sin ir a juicio.
El artículo 15 de la Constitución de Togo declara: «Ninguna persona podrá ser detenida o confinada arbitrariamente. Toda persona detenida sin sustento legal tendrá derecho de solicitar la intervención judicial. La autoridad judicial correspondiente se pronunciará inmediatamente en relación con la legalidad o la regularidad del confinamiento en cuestión».
El mes pasado, un editorial del periódico local La Symphonie hizo un llamado a un «proceso justo y equitativo» para los detenidos. «Decenas de personas acusadas en casos diversos están encerrados en las cárceles por largos períodos», expresó el editorial.
Cinco personas están siendo detenidas arbitrariamente en conexión con el caso, según los líderes de la iglesia: Monteiro, quien desde 2009 ha trabajado como director de departamento de la Iglesia Adventista en la Unión Misión del Sahel; el miembro de iglesia Bruno Amah, un empleado de Togo Cellulaire; el miembro de iglesia Beteynam Raphael Kpiki Sama; Simliya; y Idrissou Moumouni, un musulmán que fue voluntariamente a la policía para testificar que Simliya era un mentiroso.
Los arrestos y las detenciones se produjeron después de una serie de homicidios en mayo de 2011.
Según cuál sea la fuente policial o de los periódicos, más de una decena de cuerpos de mujeres de entre 12 y 36 años fueron hallados en el suburbio de Agoué, en el norte de Lomé. Los cuerpos presentaban heridas de arma blanca y se les habían extraído algunos órganos sexuales. En las ceremonias de vudú se suelen usar sangre y partes de animales. El vudú es practicado por muchos de los habitantes de Togo.
Cuando no se produjo ningún arresto, la gente exigió justicia por estos asesinatos, dijeron los líderes de iglesia.
Simliya fue mostrado tiempo después en televisión rodeado de guardias de la policía, contando la historia de una serie de asesinatos que dijo haber organizado y nombrando a cómplices que recolectaron sangre y órganos. Pero gran parte de su historia resultaba sumamente improbable, lo que incluía el número de víctimas y los métodos usados, según el examinador médico de Simliya.
«Todo hombre con conocimientos y razonable tendría dudas en relación con su increíble declaración o la factibilidad de sus delitos o supuestos delitos», expresó el pasado 9 de septiembre de 2012 el examen médico ordenado por la corte».
El testimonio original de Simliya hizo que surgieran muchos interrogantes. El juez a cargo del caso de Monteiro solicitó que el examen siquiátrico de Monteiro fuera asignado al doctor Tchangai Tchatcha. En su informe, Tchatcha describió la personalidad de Simliya como «desequilibrada» o «psicopática», y con «tendencias a la mentira patológica».
Respecto del testimonio de Simliya, Tchatcha expresó en su evaluación médica escrita: «La secuencia de ideas parecía ser ilógica, y a menudo cambiaba su declaración y hasta llegó a hacer declaraciones conflictivas».
«Es una persona manipuladora y por sobre todas las cosas un mentiroso; todos los que hemos encontrado han confirmado esta opinión», escribió el doctor Tchatcha.
Guy Roger, presidente de la Unión Misión del Sahel, dijo de Simliya: «Él ha usado ampliamente su ‘estatus de hermano en la fe’ para recibir ayuda de las comunidades adventistas de la zona que solía frecuentar según fueran sus necesidades».
Simliya nació en 1984 en Kara, según los informes de la policía. El doctor Tchatcha dijo que la personalidad de Simliya fue resultado de una «niñez problemática». La identidad de su padre fue cuestionada en repetidas ocasiones por su padre, que lo envió «de aquí para allá a vivir con diversos parientes como si fuera un paquete», escribió Tchatcha.
Simliya pasó cuatro años en prisión (entre 2006 y 2010), condenado por violación.
Hasta marzo del año pasado, la policía documentó que Simliya estaba tratando de engañar a vendedoras jóvenes para que lo acompañaran a lugares deshabitados con la improbable promesa de que había alguien esperando para comprarles toda la mercadería.
Después de ser liberado de prisión el 25 de junio de 2010, dos nombre aparecen como personas que quisieron ayudarlo: Bruno Amah y el pastor Essossinam Komlan Sagao.
Según un informe del 22 de marzo de 2012, Simliya le había pedido ayuda a Sagao para conseguir trabajo en el puerto. Sagao le dijo que no tenía idea de esos trabajos, pero le ofreció trabajar lavando vehículos. Simliya no fue un buen trabajador, y después de una semana renunció, dijo Sagao, siempre según el informe.
Simliya afirma que fue abusado por la policía mientras estaba detenido, y que le exigieron que diera nombre de personas que conocía en la ciudad. Pronunció entonces varios nombres de los que hace poco habían tratado de ayudarlo, entre ellos, los nombres de Monteiro, Amah y Sagao.
Sin embargo, después de decirles esos nombres a la policía, Simliya de dijo a Tchatcha en una entrevista en la enfermería de la prisión: «Fui a ver al juez para confesar que yo había mentido, y él me dijo que si cambiaba mi declaración, me iban a dar prisión perpetua», según la evaluación médica de Tchatcha.
Un investigador de la policía le preguntó en cierta ocasión a Monteiro por qué él se asoció con una persona como Simliya.
Según un informe de la policía del 22 de marzo de 2012, el oficial jefe Gaté N’Zonou le preguntó: «¿Por qué se ha relacionado con un hombre así cuando su edad y nivel social no tiene comparación con la de él? ¿Por qué se mete con un desgraciado?»
«Ese es mi perfil, alguien que considera que no existe distinción alguna entre todos los seres humanos», replicó Monteiro. «Es para mostrar amor por esa persona y para ayudar a esa persona a que se aleje del pecado”.
Traducción de Marcos Paseggi