14 de octubre de 2013 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Autor: Mark A. Kellner, Adventist Review
Devir Magaad usa su propia fuerza para operar un taxi a pedal, un triciclo con un asiento grande para los pasajeros y la carga, por las calles de Cagayán de Oro, capital de la provincia meridional de Mindanao, en las Filipinas. Ese arduo trabajo le reporta 5 dólares por día.
Aunque Magaad aún no es miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, se sintió tan inspirado por el mensaje adventista y el potencial de la televisión cristiana gracias al nuevo canal Hope Filipinas, que se ha comprometido a donar 50 pesos filipinos (alrededor de 1,16 dólares) por semana para ayudar a este ministerio.
«Estoy aquí dispuesto a dar mi donación», dice Magaad a una cámara que filma su visita a la oficina de la Iglesia Adventista. «Me siento tan feliz de ayudar a la obra del Señor».
Ese espíritu, que se ve incrementado por el compromiso de millones de personas en el mundo, ha impulsado al Canal Hope, una red televisiva de propiedad de la Asociación General que ahora cuenta con quince diferentes operaciones de transmisión y satelitales que abarcan el globo y usan más de una decena de idiomas. Los delegados al Concilio Anual 2013 escucharon un informe que celebra el décimo aniversario del lanzamiento del Canal Hope, que se llevó acabo en la asamblea anual 2013, y fueron testigos del lanzamiento formal de la nueva estación de Filipinas.
Brad Thorp, presidente del Canal Hope, recordó «una historia de milagros» en el curso del desarrollo de la red. En los últimos años, Alemania ajustó sus estándares de transmisión de manera de permitir que estaciones religiosas «de un único punto de vista» operen en la nación, algo que no había sido posible en más de seis décadas. Thorp destacó que el Canal Hope Alemania fue la primera estación de ese tipo que recibió una licencia del gobierno de ese país. Una licencia similar fue aprobada en Bulgaria, y hay una solicitud pendiente en Rusia, añadió.
En 2009, Thorp recordó, la red satelital DirecTV, la más grande de los Estados Unidos, dio acceso al Canal Hope a sus 20,3 millones de suscriptores en el país. Esa oportunidad podría costar hasta 20 millones de dólares, dijo Thorp, pero al Canal Hope le fue dada sin cargo alguno.
Durante estos años, el Canal Hope ha añadido servicios en las regiones de Oriente Medio y África Septentrional, India y la China, dijo Thorp. La organización tiene ahora 65 mil horas de programación disponible para ser transmitida. Y esos programas están dando resultados, añadió citando a Erton Köhler, presidente de la División Sudamericana: «Cada semana, miles de personas entran a las iglesias adventistas como resultado del Canal Hope».
No obstante, fue la historia de las Filipinas compartida en la apertura lo que probablemente tuvo el mayor impacto emocional en la audiencia del Concilio Anual. Las tres uniones de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el país, junto con la División de Asia Pacífico Sur, que tiene su sede cerca de Manila, han establecido tres centros de medios para cubrir las necesidades de producción.
Sin embargo, hay que cubrir los costos de las licencias y otros costos relacionados, un total, dijo Alberto C. Gulfan Jr., presidente de la iglesia en el territorio, de 520 millones de pesos filipinos, lo que equivale a aproximadamente 13 millones de dólares. Ya se han obtenido licencias de transmisión para cinco de las ciudades más populosas de la nación, y se espera presentar otras 36 solicitudes, añadió Thorp.
Así fue que se inició una campaña para lograr que cien mil del millón de adventistas de las Filipinas se comprometa con aportar 20 pesos, lo que equivale a unos 46 centavos de dólares, cada sábado durante los próximos cinco años. Es a esta campaña que está donando Magaad, el conductor del taxi a pedal.
«Cuando vi por primera vez ese video», dijo Thorp, «se me llenaron los ojos de lágrimas. Esa es la visión que implica llevar el evangelio a las ciudades».
De este nuevo emprendimiento televisivo en las Filipinas, Thorp predijo que «llegará a muchas personas en sus hogares, dado que muchos no escucharán jamás el mensaje de ninguna otra manera».
Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, dijo: «El Canal Hope es parte del cumplimiento de la tarea de iluminar al mundo. Felicito a los directivos de la División de Asia Pacífico Sur» por este logro. En una oración de dedicación del nuevo canal, Wilson añadió: «Quiera Dios que gracias a esta estación haya miles de personas en el cielo».
Traducción de Marcos Paseggi