6 de enero de 2014 – Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Autor: Mark A. Kellner/Adventist Review

En la mañana del sábado 4 de enero, miles de adventistas de los cincuenta estados de los Estados Unidos y de otros sesenta países escucharon un claro llamado a la santidad y a la dedicación al mensaje central del movimiento, cuando el evento anual de la organización “Generación. Joven. Cristo” (GYC) alcanzó su punto culminante en Orlando, Florida. Esa mañana, se registró una asistencia de 6200 personas.

El pastor Ted N.C. Wilson, presidente de la Asociación General, animó a los participantes de GYC a mantener y ser ejemplos de las normas adventistas. “Millones en todo el mundo están anhelando algo diferente. Anhelan un cristianismo genuino y auténtico”,  expresó. Imagen de Adam Jackson/GYC

“Como jóvenes adventistas en servicio a Dios ante los hombres y los ángeles, son llamados a proclamar la esperanza adventista con la necesidad de reavivamiento, arrepentimiento y reforma por medio del poder del Espíritu Santo”, declaró el pastor Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial quien, momentos antes, fue nombrado “Presidente de los Jóvenes Adventistas” por Justin McNeilus, presidente saliente de GYC. Un sonriente Wilson respondió diciendo que ese elogio “era un título aún mejor que ser presidente de la Asociación General”.

El experimentado líder de la iglesia volvió entonces a la seriedad al hacer un llamado para que los jóvenes de la iglesia participen del evangelismo. Muchos de esos jóvenes habían asistido a las sesiones de capacitación misionera durante el evento de cuatro días de duración, y habían participado de un día de actividades misioneras en la quinta ciudad más grande de Florida, con una población estimada en 2012 de casi 250 mil personas.

Según los directivos de GYC, 2800 personas participaron de actividades de colportaje. Grupos de voluntarios llamaron a 22.622 puertas, dejaron 15.517 folletos, repartieron 2238 ejemplares de El conflicto de los siglos y registraron 216 pedidos para estudiar la Biblia.

“Mi primera experiencia con GYC fue muy buena, porque participamos de actividades misioneras, y fue una bendición para mí porque tuve la oportunidad de llegar hasta las personas en unos minutos”, dijo Nishele Adams, una estudiante de 19 años del Colegio Superior Lehman, en la ciudad de Nueva York.

Mario Sánchez, un joven de 22 años de Oakland (California, Estados Unidos), añadió: “Ha sido espectacular encontrarme con gente de todo el mundo, de diversos trasfondos, de diferentes edades, pero todos entusiasmados por hacer la obra de Dios”.

Al referirse al relato de Pablo de la proclamación de Cristo a los intelectuales de la “Colina de Marte”, en Atenas, según se registra en Hechos 17, Wilson dijo que los adventistas de la actualidad están enfrentando su propia “Colina de Marte” cuando su fe y sus valores entran en colisión con un mundo cada vez más secular. “En todos lados vemos la idolatría en toda su expresión. Son actitudes seculares y posmodernas que se oponen a la Palabra de Dios, actitudes independientes y egoístas que necesitan ser morigeradas por la entrega a Cristo”, expresó.

Al describir la “complacencia y la apatía espirituales” como una de las cuatro principales preocupaciones que enfrenta el movimiento adventista, Wilson instó a sus oyentes a que, a manera de antídoto, avancen para llevar a otros el mensaje de la iglesia.

DE PIE EN ORACIÓN: Delegados de GYC siguen la oración que puso fin al encuentro. Imagen de Adam Jackson/GYC.

“La participación motivada por el Espíritu Santo en la iglesia local y en la comunidad es la respuesta a la apatía”, dijo. “Si quieren estar vivos espiritualmente, participen. Si quieren disfrutar de una vida de oración vibrante, participen. Si quieren apreciar más la Palabra de Dios, participen. Si quieren disfrutar de un amor más profundo por otros, participen. Si quieren ver que otras almas son ganadas para Cristo, participen. Si quieren que Jesús venga pronto, participen. Únanse a los cientos de miles de jóvenes, líderes y miembros adventistas de todo el mundo que están participando de manera activa en la misión de la iglesia”.

Wilson dijo que otra fuente de preocupación es “el desafío del peligro de la desunión” dentro del adventismo: “Dios ha dado a los adventistas del séptimo día una organización divinamente inspirada y acuerdos mutuos llamados reglamentos eclesiásticos que, bajo la conducción del Espíritu Santo, son parte de lo que nos mantiene unidos como familia mundial. Descartar o ignorar estos acuerdos mutuos viola una confianza sagrada y crea discordia innecesaria”, dijo.

Wilson, sin embargo, dijo que las dos primeras preocupaciones relacionadas con la denominación se centran tanto en la identidad propia de los miembros respecto de las doctrinas adventistas y el aumento de la mundanalidad en los miembros de iglesia.

“Demasiados de nosotros no hemos reconocido o hemos olvidado el llamado profético divino que Dios ha dado a esta iglesia. Existe una tendencia creciente de minimizar nuestras diferencias con las demás denominaciones. Gran parte de esto proviene de la neutralización de la Biblia como la Palabra de Dios”, declaró Wilson.

Más tarde añadió: “Tenemos un mensaje de vida o muerte que presentar al mundo. Los adventistas del séptimo día han sido levantados como Noé, para preparar al mundo para sus horas finales. Tengo la confianza absoluta de que, guiados por Cristo, y siendo fieles a nuestra herencia profética, este movimiento triunfará”.

Al referirse a la mundanalidad, Wilson dijo que el descuido de los consejos tradicionales adventistas sobre el régimen alimentario, la vestimenta y la conducta tiene un costo: “Las normas que los adventistas antes atesoraban en cuestiones de dieta, vestimenta, recreación, entretenimiento y observancia del sábado están tornándose rápidamente cosas del pasado. Cuando los miembros se adornan igual que el mundo, se visten igual que el mundo, adoptan el entretenimiento del mundo, escuchan la música que escucha el mundo y son cautivados por las producciones de Hollywood, la espiritualidad genuina se ve erosionada, y el diablo logra avanzar en el alma”, expresó.

Wilson añadió: “Millones de personas en todo el mundo están buscando algo diferente. Anhelan tener un cristianismo genuino y auténtico. Jamás vamos a alcanzar a esas personas si comprometemos nuestras normas de manera que desciendan al nivel de ellas. Tenemos que ‘elevar las normas’. No es tiempo este de coquetear con la vestimenta, la dieta, el entretenimiento y las influencias mundanales del diablo”.

PANEL DE ESCUELA SABÁTICA: Desde la izquierda, los pastores Paul Ratsara, Bill Knott, Ted N.C. Wilson, James Black y Mark Finley reciben preguntas de Israel Ramos, pastor de la Asociación de Míchigan, Justin McNeilus, presidente saliente de GYC, y Natasha Nebblett, presidenta entrante. Imagen de Adam Jackson/GYC

También en su mensaje, Wilson dijo: “Jóvenes, les pido que salgan de este encuentro sabiendo que  Dios ha llamado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día como un pueblo profético, para ser un movimiento profético, con un mensaje profético y una misión profética”.

Al destacar los progresos en la diseminación del mensaje adventista y el crecimiento de la iglesia, Wilson dijo que estaba preocupado por la pérdida de algunos jóvenes y de otros miembros. Para contribuir a que los jóvenes adventistas sigan conectados, anunció que el departamento de Ministerios Jóvenes de la Iglesia Adventista mundial asignará “un director asociado de tiempo completo”, que estará dedicado a los ministerios en los campus públicos, para alcanzar a los adventistas y a los que estén interesados en el mensaje adventista pero que no asisten a colegios superiores y universidades de la denominación.

Antes del culto de adoración del sábado por la mañana, varios líderes adventistas acompañaron a Wilson en el escenario durante una sesión de una hora de preguntas y respuestas, en la que se ocuparon de varios temas relacionados con los jóvenes.

El panel de Escuela Sabática incluyó un grupo de líderes de pensamiento adventistas, cada uno de los cuales tuvo un mensaje para la congregación mayormente de jóvenes: Mark Finley, asistente especial de Wilson y editor general de la Revista Adventista y la revista Adventist World; James Black, director de ministerios jóvenes de la División Norteamericana; Bill Knott, editor de la Revista Adventista y la revista Adventist World; y Paul Ratsara, presidente de la División de África Meridional y Océano Índico, quien habló con emoción de la pérdida de tres parientes cercanos durante el último año, incluida su esposa Denise, que falleció de cáncer en octubre pasado. Fueron entrevistados por Israel Ramos, pastor de la Asociación de Míchigan y expresidente de GYC, Justin McNeilus, presidente de GYC durante los últimos seis años, y Natasha Nebblett, presidenta entrante de la organización.

Al preguntársele qué mensaje tenían para los jóvenes, Wilson dijo: “Participen en su iglesia local. Sean parte de lo que está pasando. No se queden en un rincón sin hacer nada”.

El ejecutivo de la iglesia concluyó con una declaración de  Elena G. White, una de las fundadoras de la denominación: “Por débil e imperfecta que parezca, la iglesia es el objeto al cual Dios dedica en un sentido especial su suprema consideración” (Hechos de los apóstoles, p. 11).

—Informe adicional de Mark Paden

Traduccion de Marcos Paseggi

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