18 de marzo de 2014 – Ciudad del Cabo, Sudáfrica…Adventist Review/ANN

Al hablar en el día de ayer ante casi 350 líderes de la iglesia en el Centro de Convenciones Internacionales de Ciudad del Cabo, Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista, los instó a reconocer que el «quebrantamiento humano» está presente en todas partes, y que solo puede ser resuelto por la sanidad que proviene tan solo del poder restaurador de Cristo.

Todas las facetas de ese quebrantamiento, dijo Wilson, deberían ser enfocadas con «claridad y tacto», además de fidelidad a la verdad bíblica que Jesús demostró en su ministerio cuando estuvo en esta tierra.

Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, reflexiona sobre el «quebrantamiento humano», durante sus palabras en el marco de la cumbre de la iglesia sobre sexualidad. La cumbre, que se llevó a cabo bajo lema «En el nombre de Dios: Las Escrituras, la sexualidad y la sociedad», se reúne del 17 al 20 de marzo en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Imagen de Ansel Oliver/ANN

“Hagamos nuestro blanco personal, y el objetivo de esta cumbre, hablar la verdad así como Jesús habló la verdad, para recordar que cada palabra de sus discípulos debería ser una palabra que ayude a otra persona a llegar a ser un discípulo de Cristo», dijo Wilson. «Hay una manera de hablar la verdad que lleva a la vida. Por ello, podemos hablar y compartir y aprender unos de otros de esa manera», dijo.

El mensaje de Wilson, titulado «La verdad como está en Jesús», se produjo en el día de apertura de la cumbre sobre sexualidad que organizó la Iglesia Adventista, donde casi 350 pastores, capellanes, académicos, profesionales de salud, expertos legales y directores de recursos humanos adventistas se reúnen esta semana en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

El líder de la iglesia mundial pasó entonces a definir los parámetros de la cumbre. Sus objetivos, explicó, no incluyen revisar la perspectiva o las declaraciones de la Iglesia Adventista sobre el quebrantamiento humano, de manera que se adapten al «espíritu cambiante» de las tendencias y valores sociales contemporáneos. «Tampoco hemos venido aquí para describir ese quebrantamiento de una manera más abarcadora que lo que lo hace la Palabra de Dios al definir cada pecado humano», dijo Wilson.

El pecado no es una jerarquía de errores humanos, dijo, donde podría haber algunos errores «menos peligrosos o dañinos» que otros, sino una expresión de vivir en desarmonía con Dios.

«Estamos más acostumbrados a otros pecados: Hacemos caso omiso al orgullo, ignoramos el chisme, toleramos la hipocresía y, en ocasiones, evitamos hacernos cargo de la lujuria, el adulterio y el pecado a menudo oculto del abuso sexual», dijo Wilson, y añadió que «la incómoda pero innegable verdad [es] que todos somos pecadores».

Wilson expresó que era tanto «inconsecuente y un error moral» que la Iglesia Adventista aislara a los miembros practicantes de la comunidad homosexual, bisexual y transexual «mientras ignora a el sexo premarital y el adulterio heterosexual. La norma divina de conducta sexual requiere que solo en la unión de un hombre y una mujer en matrimonio heterosexual pueda disfrutarse en forma apropiada y bíblica el don de la sexualidad. Todo alejamiento de esa nomra tiene que ser enfrentada con seriedad similar para producir corrección, arrepentimiento y restauración».

«Es el primer paso hacia una nueva vida en Cristo, en la que cada uno de nosotros llega al punto en el que admitimos que lo que dice la Biblia sobre nosotros es absolutamente la verdad: Todos somos pecadores; todos sufrimos el quebrantamiento», dijo.

Uno de los objetivos principales de la cumbre, dijo Wilson, es desarrollar la conciencia de cómo guiar con compasión a los que están viviendo en desarmonía con Dios para llevarlos hacia «la salvación y la recuperación».

«Hemos venido aquí porque estamos comprometidos como pueblo a decirnos la verdad entre nosotros y al mundo que nos rodea, y porque estamos comprometidos con la tarea de aprender cómo hablar la verdad así como lo hizo Jesús», expresó.

Las palabras de Wilson se basaron significativamente en las Escrituras y en los escritos de Elena G. White, una de las fundadoras de la iglesia, para describir el enfoque de Jesús a la hora de compartir la verdad. «[Jesús] jamás fue grosero, jamás habló una palabra severa sin necesidad, jamás dio un dolor innecesario a un alma sensible. No censuró la debilidad humana. Habló la verdad, pero siempre con amor», dijo Wilson al leer un pasaje de «El camino a Cristo, el libro clásico de White sobre la conversión y el nuevo nacimiento espiritual.

La cumbre de esta semana incluirá testimonios de exmiembros de la comunidad homosexual, bisexual y transexual que han luchado con el quebrantamiento y ahora se describen a sí mismos como «redimidos» de ese estilo de vida.

«Las honestas historias que escucharemos sin duda nos informarán de esas instancias en las que, como miembros de la iglesia remanente de Dios, no hemos logrado comunicar el amor y la consideración de Jesús», dijo Wilson.

«Tenemos que escuchar cuando ellos nos hablan de sus luchas y su dolor; y no tenemos que permitir que nuestro orgullo nos lleve a sentir que sus errores son de alguna manera peores a la vista del cielo que los que nosotros mismos hemos cometido», expresó.

Traducción de Marcos Paseggi

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