19 de marzo de 2014 – Cape Town, Sudáfrica…Adventist Review-Personal ANN

Un panel de expertos discutió ayer, durante la Cumbre de la Iglesia Adventista del Séptimo Día sobre Sexualidad, la mejor forma de negociar asuntos en torno a la comunidad gay y lesbiana de manera que se mantenga en alto la identidad teológica de la iglesia, mientras se reconocen las realidades que enfrentan las personas que luchan con su orientación sexual.

Un panel discute asuntos en torno a LGBT el 18 de marzo, en la cumbre adventista sobre sexualidad. “A la Imagen de Dios: Escrituras. Sexualidad. Sociedad”, que se reúne esta semana en Cape Town, Sudáfrica. Imagen por Ansel Oliver

Esas realidades ya están ejerciendo un impacto en la vida de la iglesia, afirmaron los panelistas el 18 de marzo, en la cumbre de la Iglesia Adventista del Séptimo Día sobre sexualidad, en Cape Town, Sudáfrica.

“La feligresía de la iglesia cubre toda la gama entre personas manifiestamente gay y aquellas que niegan esa realidad”, dijo Willie Oliver, director del departamento de Ministerio de la Familia de la iglesia adventista mundial. “Durante años nos hemos encontrado por doquier con esas realidades. La gente está sufriendo y experimentando sentimientos que algunos de nosotros no queremos reconocer”.

Actualmente, los gobiernos de 18 países y 15 estados de los Estados Unidos reconocen matrimonios entre el mismo sexo. Más de 100 países han dejado de criminalizar la conducta homosexual. Sin embargo, cuarenta y dos países africanos la juzgan como acto criminal, dijo Karnik Doukmetzian, consejero general de la iglesia adventista mundial, en un resumen de realidades de orden legal.
“Preocúpense por entender las leyes de su país”, dijo. “Los asuntos legislativos son progresivos: las leyes cambian constantemente”.

Un ejemplo práctico, dijo el consejero general, es si un pastor adventista puede legalmente elegir no casar a parejas del mismo sexo, invocando conflicto de conciencia. “Deben asegurarse de que las leyes en su país permiten a los ministros religiosos optar por no hacerlo.”, dijo, al instar a administradores y pastores a trabajar unidos en crear con anticipación una respuesta enraizada en las doctrinas y creencias adventistas.

También en el ámbito del empleo, la legislación puede afectar a la Iglesia Adventista, dijo Lori Yingling, directora asociada de Recursos Humanos en las oficinas centrales de la iglesia adventista mundial, en Silver Spring, Maryland, Estados Unidos.

“Siendo que somos una organización religiosa, tenemos en los Estados Unidos una “concesión” legal que nos permite emplear solamente empleados adventistas”, añadió Lori Yingling, haciendo notar que la excepción les permite a las instituciones de la iglesia requerir condiciones de empleo basadas en los reglamentos operativos y creencias de la iglesia, que los empleados potenciales deben leer y firmar.

Pero más allá de las cuestiones de empleo, están las luchas de las personas reales, dijo Brett Townend, presidente de la Asociación del Norte de Australia de la Iglesia Adventista.

“Pensamos que estamos hablando de reglamentos, políticas y protocolos, pero se trata más bien de personas”, dijo además. “No ayudaremos en nada si simplemente hacemos pronunciamientos que frotan sal sobre muchas heridas abiertas. Debemos preservar nuestra iglesia y a la vez lidiar con el dolor tan real que estas personas están experimentando”.

Los panelistas consideraron también la necesidad creciente de ministrar en favor de adultos jóvenes adventistas que exploran o luchan con cuestiones de identidad sexual.

“Lo que estamos viendo, particularmente en los planteles universitarios, son estudiantes tratando de descubrir quiénes son”, dijo Elaine Oliver, directora asociada del departamento de Ministerio de la Familia de las iglesia adventista mundial.

“Tristemente, muchos padres cristianos guardan silencio sobre este tema”, continuó diciendo. “Cuando guardamos silencio con respecto al asunto de identidad de nuestros hijos, hay por ahí muchas voces dispuestas a ayudarlos a resolver cómo tratar el asunto de su identidad. No podemos seguir dándonos el lujo de guardar silencio”.

Ekkehardt Mueller, director asociado del Instituto de Investigación Bíblica de la iglesia mundial, estuvo perfectamente de acuerdo. “Los adultos jóvenes de hoy”, dijo, se ven “bombardeados con mensajes en los medios de comunicación”. Hizo notar un “cambio” en la mentalidad, cuando las generaciones más jóvenes enfocan cada vez más su atención en los asuntos gay y lesbianos a través del lente de la justicia social, en vez del de la moralidad.

El panel, moderado por el vicepresidente de la iglesia adventista mundial, Pardon Mwansa, discutió también sobre si se debe otorgar calidad de miembro de la iglesia a personas atraídas hacia el mismo sexo que no actúan en relación a esa atracción.

“Lo mínimo que podemos hacer es reconocer que esa orientación en sí no es pecaminosa,” dijo Townend. “¿Murió Jesús por ellas [personas atraídas hacia otras del mismo sexo]? ¿Desea que entren estas personas en una relación con él? Yo los bautizaría sin vacilación alguna”.

Townend reconoció que tal acción generaría una enorme ola de discusión en las congregaciones locales, pero dijo que las “discusiones deben comenzar desde la posición de un oído atento y no de una de condenación.” La iglesia, dijo, debe ser un “lugar seguro” en que se asignen mentores a miembros recién bautizados que todavía luchan con su identidad sexual.

Cuando se le preguntó cómo respondería a una persona atraída hacia otras del mismo sexo, luchando activamente para cambiar su orientación, pero fallando en el intento, Peter Swanson, profesor asociado de Cuidado Pastoral, en la Universidad Andrews de la iglesia, dijo que “afirmaría” a la persona en su “persistencia”, pero se preguntaría si los objetivos de la persona eran “impracticables o inalcanzables.” Otro factor, dijo, podría ser si la persona tiene o no el apoyo de un círculo de amigos y familiares cristianos.

Temprano el mismo día, Kwabena Donkor, director asociado del Instituto Bíblico de Investigación, de la iglesia adventista mundial, presentó el tema sobre hermenéutica o interpretación de homosexualidad en la Biblia. Dijo que los principales puntos de contención son diferentes interpretaciones de las Escrituras —la hermenéutica “tradicional” contra la “contemporánea”.

“La hermenéutica contemporánea hace una distinción entre lo que el texto significaba y lo que significa, y esto es lo que constituye el cambio en relación con la hermenéutica tradicional, añadió. El objetivo de la contemporánea, dijo “es poner en movimiento el así llamado ‘mundo extra lingüístico’, la proyección de nuevos mundos de significado”.

En una nota escrita a mano, un delegado anónimo preguntó si ellos, quienes se subscriben a la hermenéutica contemporánea, serían aceptados en la cumbre. Kwabena Donkor respondió que la iglesia necesita mantener diálogo con personas que tienen otras “presuposiciones” basadas en ese enfoque.

Por ejemplo, continuó diciendo, los teóricos que apoyan la hermenéutica contemporánea, dicen que la historia de Sodoma en Génesis 19, se toma como significante lingüístico, en el que el referente primordial no es la homosexualidad, sino la injusticia, expresada como una infracción a la costumbre o tradición de la hospitalidad e intento de violación homosexual.

“Están negando la premisa básica de que fue de hecho un atentado de orden homosexual y están tratando de “darle la vuelta”, Kwabena Donkor dijo más tarde en un comentario al margen de la conferencia: “Pero como iglesia, debemos dialogar con las personas que tienen esas presuposiciones. Los descartamos como ‘liberales’ pero las etiquetas no ayudan mucho. Son personas entregadas a la misma causa y necesitamos entenderlas y hablar con ellas”.

Traducción por Gloria A. Castrejón

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