14 de octubre de 2014 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Andrew McChesney/Adventist Review
En 1995, la Asociación General, el principal organismo administrativo de la Iglesia Adventista, tenía 282 empleados.
Hoy día, tiene 287, un incremento de solo cinco empleados.
Sin embargo, la Iglesia Adventista mundial no ha seguido siendo la misma. La feligresía creció de manera marcada, pasando de 8,8 a 18,1 millones en esos 18 años, mientras que el número de divisiones mundiales se incrementó de once a trece, el número de uniones pasó de 94 a 125, y al número de misiones pasó de 459 a 602.
Robert E. Lemon, tesorero de la Asociación General, dijo que el estricto control sobre la contratación de nuevos administradores es un modelo para todos los niveles de la administración de la iglesia, e instó a los líderes de la iglesia a que sigan el ejemplo de la Asociación General.
«El mensaje que tengo para los líderes de la iglesia es que si quieren tener éxito y tener dinero para trabajar en el campo, necesitan controlar el número de personas que tienen en las oficinas de la asociación, la unión y la división», dijo Lemon en una entrevista al margen del Concilio Anual, uno de los principales encuentros administrativos de los líderes de la iglesia, que se está llevando a cabo en Silver Spring, Maryland.
«Alentamos a que se añadan pastores y empleados en la vanguardia de la obra, y no tan solo niveles administrativos», expresó.
Lemon hizo ese llamado a los líderes de la iglesia este lunes, al presentar el informe anual del tesorero ante el Concilio Anual. También brindó un pantallazo del estado financiero de la iglesia mundial, mostrando que recibió 2390 millones de dólares en diezmos, un incremento del 3,54 por ciento por sobre los 2310 millones de 2012. De ese total, la Asociación General recibió el año pasado casi 150 millones de dólares, una cantidad similar a que ha recibido desde 2011.
Lemon recordó al Concilio Anual cuán ajustadas estuvieron las finanzas para la Asociación General durante comienzos de la década de 1990, y la manera en que tuvieron que hacerse ajustes en las asignaciones y reducir el número de empleados.
Los beneficios de la salud financiera
Lemon dijo que desde entonces la Asociación General ha contratado personas según las necesidades, lo que incluyen a la directora del nuevo departamento de Ministerios del Niño, pero cada adición le cuesta a otra parte del presupuesto. Si un departamento quiere añadir una persona o un servicio adicional, tiene que cortar en algún lado. Para optimizar costos, casi todos los líderes de la Asociación General ahora comparten una asistente administrativa en lugar de tener una para cada uno.
«En algunos lugares, se añaden dos o tres personas por año, pero si uno incorpora dos o tres personas por aquí, se terminan comiendo todo lo que tenemos», dijo Lemon. «A lo largo de los años hemos añadido puestos, pero muy, muy pocos». En una referencia al sistema político de los Estados Unidos, añadió: «Cuando tenemos, se necesitan ambas cámaras del Congreso y el presidente para que no se vete, y a todos para que brinden su apoyo».
Lemon dijo que el principal objetivo de la Asociación General es no solo el de mantener el suficiente capital operativo para tener una operación financiera saludable y cubrir las expensas diarias, y destinar todo el superávit de fondos al fin del año para proyectos especiales.
Esas prácticas han permitido que la Asociación General absorba los efectos de la crisis financiera de 2008-09, y están ayudando a soportar las fluctuaciones constantes de las monedas extranjeras, destacó.
También ha significado que la Asociación General ha podido brindar sustanciales sumas de dinero para proyectos especiales, lo que incluye las iniciativas continuadas de compartir a Jesús en la Ventana 10/40, un territorio que abarca al Norte de África, Oriente Medio y Asia. Lemon dijo que los gastos en la Ventana 10/40 ahora son similares al tamaño del presupuesto de una división.
El tesorero hizo un llamado a los líderes de la iglesia de todo el mundo para que sean más efectivos a la hora de practicar la disciplina financiera. «Si usted quiere que su organización tenga la capacidad de responder inmediatamente de la manera en que lo hacemos con los proyectos especiales, no pueden seguir añadiendo más y más empleados», dijo.
Recortes al diezmo de Norteamérica
Lemon, que se jubilará el año que viene, dijo que la mejor posición financiera de la Asociación General le ha permitido hacer ajustes a su relación financiera con la División Norteamericana, que durante años ha contribuido al presupuesto mundial con un porcentaje mucho más alto de los diezmos de la Asociación General que otras divisiones.
Lemon alabó a la División Norteamericana por su generosidad. «El mundo ha arado durante un largo tiempo el campo de la División Norteamericana», dijo al Concilio Anual.
La División Norteamericana, que en el pasado contribuía con el 10,72 por ciento del diezmo, ahora contribuye el siete por ciento, y para 2020 dará el seis por ciento. El cambio, que comenzó en 2001, ha brindado a la División Norteamericana un total de 267 millones de dólares para gastar en sus propios proyectos.
A lo largo de los años, la cantidad de diezmos que contribuyen las demás divisiones a la Asociación General ha pasado de un uno a un dos por ciento.
El año pasado, el cincuenta por ciento del diezmo y las ofrendas misioneras recibidas por la Asociación General provino de la División Norteamericana, y el otro cincuenta por ciento provino del resto del mundo.
El mayor desembolso de la Asociación General fueron los ochenta millones de dólares de asignaciones a las divisiones e instituciones. Otros importantes gastos incluyeron 23 millones de dólares para los misioneros interdivisiones, y 44 millones para el personal y los programas de la Asociación General.
De manera separada, los delegados al Concilio Anual aprobaron este lunes una recomendación de tesorería de apoyar un pedido de la División Norteamericana de explorar la idea de trasladar su sede central fuera del edificio de la Asociación General. Si la división escoge avanzar en este sentido, la Asociación General les asignará tres millones de dólares para contribuir con esa transición. Si la nueva sede se encontrara fuera de la región del gran Washington, donde la Asociación General tiene su sede, la división necesitaría la aprobación adicional de los líderes de la Asociación General.
«Esto jamás debería entenderse como una iniciativa de sacarlos del edificio. Muy por el contrario», dijo Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, al dirigirse a los delegados al Concilio Anual después del voto.
Los líderes de la División Norteamericana analizará la posible medida en sus reuniones anuales de noviembre.
Traducción de Marcos Paseggi