Publicado el 11 de julio de 2015 | San Antonio, Texas, Estados Unidos | Andrew McChesney, Adventist Review / ANN
Ivy R. Taylor, la alcaldesa de San Antonio, agradeció a los adventistas por brindar atención de salud gratuita y por haber traído el Congreso de la Asociación General 2015 a la ciudad, y dijo que aguardaba con ansias leer un ejemplar totalmente nuevo de El camino a Cristo.
Por su parte, al hablar en el cierre de la convención de diez días en el estadio Alamodome el sábado por la noche, Ted N. C. Wilson, el presidente de la Asociación General, expresó gratitud a Taylor por la cálida recepción que ofreció San Antonio a los 65 mil asistentes al evento.
“Esta mañana compartí con el grupo cuán crucial ha sido la ciudad de San Antonio”, le dijo Wilson a Taylor desde el frente.
“Hermanos y hermanas, frente a la alcaldesa, mostrémosle una vez más cuán felices nos sentimos”, dijo antes de una ovación de pie y un aplauso fuerte y sostenido.
Esta fue la convención más grande y más larga que alguna vez tuvo la ciudad de 1.400.000 habitantes en el estado estadounidense de Texas, y las autoridades atendieron a sus visitas de la mejor manera. El aeropuerto de la ciudad capacitó a doscientos “embajadores” para que ayudaran a los adventistas a encontrar los hoteles y los lugares turísticos, los restaurantes añadieron platos vegetarianos a sus menús, y una fuerza policial especial fue asignada para garantizar la seguridad. Los directivos empresariales locales predijeron que la convención inyectaría 41 millones de dólares a la economía local.
Taylor, quien fue presentada desde el frente como la primera afroamericana en dirigir la ciudad y la segunda alcaldesa mujer, dijo que la ciudad había sentido el impacto de los adventistas mucho antes de la convención. Taylor agradeció a los miembros de iglesia por organizar la clínica gratuita que brindó más de veinte millones de dólares en atención a casi 6200 personas durante tres días en abril pasado.
“Nuestros ciudadanos fueron alcanzados, y seguimos agradecidos por el servicio que han prestado”, dijo.
Detrás de la plataforma, Taylor dijo a la Adventist Review que la clínica gratuita resultó ser un evento transformador para muchos que recibieron tratamiento médico y dental gratuitos. Taylor se sintió emocionada en especial por la historia de una mujer que no había sonreído en años porque necesitaba importantes y costosos arreglos dentales. Pero la mujer salió del Alamodome con el rostro iluminado, dijo.
“Es imposible cuantificar esa clase de impacto en la vida de una persona”, dijo Taylor.
Wilson entregó a Taylor un ejemplar con tapas de cuero del libro El camino a Cristo, de Elena G. White, una de las fundadoras de la Iglesia Adventista, y una pluma o bolígrafo para que subraye los pasajes significativos. Le dijo que el pequeño volumen contenía solo trece capítulos, pero que su contenido “significaba tanto para él”.
“Cuando las cosas se pongan un poco difíciles, la invito a leer unas líneas de ese libro”, le dijo.
Taylor dijo en la entrevista que pensaba leer el libro esta semana, cuando vuele a Fort Lauderdale, Florida, para unas vacaciones familiares.
“Me da un poco de miedo volar, así que va a ser una buena lectura para el avión”, dijo con una sonrisa.
Traducción de Marcos Paseggi