12 de octubre de 2015 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Andrew McChesney, editor de noticias, Adventist Review
La Iglesia Adventista del Séptimo Día recolectó cuatro millones para evangelismo joven y ahorró casi tres millones en el Congreso de la Asociación General en San Antonio, pero una tormenta económica, impulsada por la intranquilidad de los mercados globales, podría costarle millones de dólares a la iglesia.
Juan R. Prestol-Puesán, el elegido hace poco tesorero de la Iglesia Adventista mundial, dijo que no estaba claro si los diezmos, ofrendas y otros ingresos serían suficientes para cumplir con el presupuesto 2015 de la iglesia y, al mirar hacia el futuro, instó a los líderes y laicos de la iglesia que esta semana asisten a la asamblea del Concilio Anual de que coloquen su confianza en Dios.
«En estos días, cuando enfrentamos una posible pérdida financiera … no tenemos otro lugar adonde ir que a los brazos del Señor», Prestol-Puesán dijo el lunes en su primer informe de tesorería durante el Concilio Anual.
Señaló asimismo el consejo que escribió Elena G. White, una de las fundadoras de la denominación, al dirigirse a personas que podrían sentirse perplejas por las perspectivas financieras más oscuras.
“No os descorazonéis; confiad vuestras cargas a Dios y permaneced serenos y alegres», dijo, al leer de la página 122 de El camino a Cristo. «Pedid sabiduría para manejar vuestros asuntos con discreción, a fin de evitar pérdidas y desastres. Haced todo lo que esté de vuestra parte para obtener resultados favorables … Si confiando en nuestro Ayudador hemos hecho todo lo que podíamos, aceptemos con buen ánimo los resultados».
Prestol-Puesán dijo que tesorería estaba aguardando el informe de fin de año sobre el diezmos y las ofrendas misioneras, y que de acuerdo con eso se tomarán decisiones».
«Estamos aguardando expectantes el total de diezmos y ofrendas para la misión que se informe a fines de diciembre de 2015, y estaremos formulando cualquiera corrección en nuestra dirección según sea necesario», expresó.
Prestol-Puesán, quien remplazó a Robert E. Lemon como tesorero de la Asociación General en julio pasado, dio un curso básico sobre la manera en la que la economía mundial afecta el presupuesto de la iglesia.
Destacó que el mercado de valores de los Estados Unidos cayó un doce por ciento en cierto momento de este año, mientras que el mercado europeo cayó un 21 por ciento y el mercado japonés, un veinte por ciento. Al mismo tiempo, el dólar estadounidense aumentó de valor en relación con otras monedas, dado que preocupados, los inversores se volcaron por una moneda confiable.
Este fue un suceso preocupante para la Asociación General, el organismo administrativo de la Iglesia Adventista mundial, que opera en dólares estadounidenses pero recibe el 53 por ciento de sus ingresos en otras monedas.
«La combinación del descenso en los mercados financieros, la fortaleza del dólares estadounidense, y la situación económica en países que resultan significativos para nuestros ingresos ayudan a dar un marco que semeja la aproximación de una tormenta», dijo Prestol-Puesán.
Durante los primeros nueve meses de 2015, llegaron a la Asociación General un total de ingresos por diezmos de 67,5 millones de dólares, una disminución de dos millones en comparación con el mismo período del año pasado, aunque poco más de la mitad de ese monto se debe a un cambio en el índice de contribuciones de la División Norteamericana en el último año. Las ofrendas misioneras sumaron 63 millones de dólares, una caída de 2,5 millones.
Esto ayudó a producir una reducción de 15,3 millones en los Activos Netos del balance financiero de la Asociación General de septiembre de 2015.
Entre las cuentas más grandes en términos de costos se encuentran los 5 millones de dólares en asignaciones suplementarias, lo que incluye 1,6 millones para el proyecto de la Enciclopedia de los Adventistas del Séptimo Día y un millón de dólares para la Universidad Andrews, y una disminución de inversiones no realizadas por 2,7 millones de dólares, en comparación con una ganancia de 3,2 millones en septiembre de 2014. Esto representa una diferencia de 5,9 millones menos.
«¿Qué significa esto para ustedes?», preguntó Prestol-Puesán a los líderes de la iglesia presentes. «Significa que es improbable que haya asignaciones suplementarias en el presupuesto para 2016».
Algo positivo es que la iglesia gastó solo 5,9 millones de los 8,92 millones disponibles para los diez días del Congreso de la Asociación General en San Antonio, Texas, Estados Unidos, según una presentación en PowerPoint mostrada en el Concilio Anual. Los gastos iniciales de la iglesia sumaron 7,82 millones, pero se recuperaron 1,9 millones al alquilar los espacios a los vendedores de las empresas de la iglesia en una sala de exposiciones (1,02 millones), aprovechando los rembolsos del hotel (430 mil dólares), y aun por la venta de la Adventist Review (5,700 dólares).
Al mismo tiempo, la Iglesia Adventista juntó 4,2 millones para evangelismo joven, con una ofrenda especial llamada
«Dadles las llaves», como parte de las ofrendas a la misión mundial y en los dos sábados durante el Congreso de la Asociación General, informó la tesorería. Dos terceras partes de los fondos fueron devueltos en proporción a las ofrendas recibidas en cada división y el tercio restante fue dividido en partes iguales entre las trece divisiones.
«Las decisiones de asignar fondos para diversos proyectos misioneros y de evangelismo tienen que ser tomadas por cada división, con la participación de los jóvenes», dijo Prestol-Puesán.
Traducción de Marcos Paseggi