17 de junio de 2016 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Samuel J. Fry y Becky St. Clair
El sello editorial Andrews University Press notó algo inusual en 2011. Una mujer de Wyoming estaba adquiriendo decenas de ejemplares de la Biblia de Estudio Andrews al precio regular de unos 70 dólares por ejemplar.
Sorprendidos de que alguien pudiera comprar tantas Biblias, el personal del sello editorial de Berrien Springs, Míchigan, Estados Unidos, buscó saber más del caso.
Allí descubrieron que las Biblias iban dirigidas a Judy Mackie y su organización sin fines de lucro llamada “Binding Broken Hearts” [Vendar corazones quebrantados], un ministerio por correspondencia a las prisiones que hoy abarca a 389 instalaciones penitenciarias de 34 estados de los Estados Unidos, y que es uno de los ministerios a las prisiones de más rápido crecimiento en el país.
“Cuando supimos de su ministerio y de que estaba enviando estas Biblias a los presos, hicimos arreglos para que recibiera descuento por cantidad”, dijo Ronald Knott, director del sello editorial. “Aun así, nos asombró que ella logró juntar el dinero para pedir semejante cantidad de ejemplares”.
A medida que los esfuerzos por alcanzar a los presos se han incrementado, el precio de la Biblia ha seguido disminuyendo. Por pedido específico de otro director de los ministerios a las prisiones, Andrews University Press comenzó a publicar una edición monocolor en tipos grandes que puede adquirirse exclusivamente para ser usada en el ministerio a las prisiones por menos de 20 dólares.
Parte de la ofrenda anual que será recibida en agosto próximo en la Convención Nacional de ASI en Phoenix, Arizona, Estados Unidos, será destinada a la distribución de la edición para las prisiones de la Biblia de Estudio Andrews y otros materiales de la organización “Binding Broken Hearts”.
Mackie, una de las primeras personas que pidió la Biblia de Estudio Andrews cuando fue lanzada por primera vez en junio de 2010, dijo que vio el valor inmediato que tiene en su ministerio. Los materiales de estudio de la Biblia la convierten en uno de los recursos más abarcadores que han sido publicados en un solo volumen dentro del mundo adventista. Mackie comenzó a adquirir las ediciones regulares de venta al público de la Biblia para enviar a los presos allí desde su pequeña iglesia al pie de las Montañas Bighorn en Buffalo, Wyoming, Estados Unidos.
Una Biblia personal y hermosa
La inspiración de “Binding Broken Hearts” se originó en 2009 mientras Mackie estaba estudiando la Biblia con una reclusa en la Cárcel del Condado de Johnson, en Buffalo, Wyoming. La reclusa acarició la cubierta de cuero de la Biblia de Estudio de Mackie y le dijo: “Es lo más hermoso que alguna vez he visto”.
“Ese comentario me dejó estupefacta”, dijo Mackie. “Fue la primera vez que estas mujeres jamás habían visto, y mucho menos tenido en sus manos una Biblia hermosa”.
Algunos podrían cuestionar la sabiduría de distribuir una Biblia de tapas de cuero que cuesta el equivalente a varias Biblias baratas en rústica. Mackie, sin embargo, dijo que esas hermosas Biblias de Estudio de Andrews transmiten un sentido de valor en los reclusos.
“Creemos que estas Biblias le dicen a los presos que ellos tienen valor, lo que es muy importante, dado que en su mayor parte han sido dejados de lado por la sociedad y olvidados por sus familias”, dijo. “Recibimos carta tras carta donde expresan su gozo y agradecimiento al saber que alguien se interesa por ellos. Por sobre todas las cosas, expresan el pensamiento de que acaso Dios tampoco los ha olvidado”.
Los reclusos que solicitan una Biblia son colocados en una lista de correo y reciben una carta personalizada con estudios bíblicos cada tres semanas. Mackie dijo que más de la mitad de los presos que reciben esas cartas las comparten con sus compañeros de celda quienes, entusiasmados, solicitan cartas y estudios también para ellos. Los presos que reciben cartas pueden contestar solicitando una Biblia de Estudio Andrews, y la mayoría de ellos lo hace.
Aunque Mackie estaba enviando las Biblias desde Wyoming, Dan Preas, líder de un grupo de voluntarios de los ministerios adventistas a las prisiones, notó la necesidad de contar con una edición menos costosa de la Biblia de Estudio Andrews diseñada específicamente para ser usada en las instalaciones penitenciarias. Preas visita con regularidad la Penitenciaría Estatal de Walla Walla en Walla Walla, Washington, Estados Unidos.
“Comenzamos a tener estudios basados en la Biblia, y la asistencia pasó de uno a casi cuarenta. Ahora tenemos estudios cinco noches a la semana con la presencia de cientos de reclusos”, dijo Preas. “Nuestra mayor necesidad era contar con Biblias de tipos grandes. Como capellán, se me dio un pequeño estipendio. Decidí entonces que el dinero estaría destinado a comprar Biblias”.
En ese entonces, Preas compraba directamente del editor Thomas Nelson, adquiriendo de 200 a 300 Biblias por vez. Allí se hizo inmediatamente aparente que los reclusos podían usar una Biblia de Estudio.
“Algunos tenían otras Biblias de Estudio, y me sentí impresionado de que debíamos darles una versión que siguiera más de cerca el significado real de las Escrituras”, dijo Preas. “De allí que surgió la idea de la edición de la Biblia de Estudio Andrews para los ministerios a las prisiones”.
Una Biblia especial para los presos
En 2014, Preas pidió a Andrews University Press que diseñara la edición monocolor de tipos grandes, para que resultara útil a los reclusos y fuera aceptada por las autoridades de la prisión. Mientras el sello editorial trabajaba en el diseño propuesto, Preas juntó el dinero e hizo un pedido de cinco mil ejemplares para que los voluntarios los distribuyeran personalmente a los presos en sus visitas para estudiar la Biblia.
Mientras tanto, Andrews University Press alertó a Mackie sobre los planes de publicar una edición para el ministerio a las prisiones.
“Se lo notificamos a Judy, y ella se mostró muy entusiasmada”, dijo Knott.
Mackie añadió 1300 ejemplares al pedido de Preas y los distribuyó en poco tiempo. En la primavera de 2015, hizo un pedido de cinco mil ejemplares más, que terminó de distribuir en febrero de este año. Este mes, ha enviado un pedido de otros cinco mil ejemplares.
El diseño de la Biblia de Estudio Andrews busca cumplir con las regulaciones estrictas que determinan qué objetos pueden ser admitidos dentro de las instalaciones penitenciarias. La Biblia posee una tapa blanda de cuero con tipos grandes. Muchas prisiones no tienen una buena iluminación, y la atención de la vista no suele ser una de las mayores prioridades del sistema penitenciario, de manera que la edición con tipos grandes es mucho más fácil de leer.
Esta edición especial incluye casi todo lo mismo que las ediciones regulares de la Biblia de Estudio Andrews, como por ejemplo más de 12 mil notas de estudio, un sistema de interreferencias que destaca las grandes enseñanzas de la fe cristiana, referencias en la columna central, mapas, un plan de lectura de la Biblia, un índice temático y una concordancia. Estos elementos, que fueron diseñados originalmente para ayudar a los que tienen acceso limitado a los recursos de estudio, son sumamente aptos también para los reclusos, quien a menudo carecen de herramientas básicas para el estudio de la Biblia, dijeron los líderes de los ministerios a las prisiones.
“Si ustedes tan solo pudieran ver los rostros de algunos de los presos que recibieron las Biblias de Estudio Andrews, se les enternecería el corazón”, dijo Preas. “Las notas de estudio son tan útiles para que los no tienen muchos conocimientos bíblicos. Para muchos, es el único presente que han recibido alguna vez”.
Por cada Biblia que se envía a los reclusos, Mackie estima que se reciben al menos dos solicitudes.
“Nuestro Dios puede proveer para adquirir todas estas Biblias, y aún más”, dijo Mackie. “Estamos decididos a continuar avanzando, y seguiremos enviando Biblias y cartas según los fondos que tengamos”.
Traducción de Marcos Paseggi