Victor Hulbert, director de comunicaciones, División Transeuropea
El jueves 23 de junio de 2016, el pueblo de Gran Bretaña votó por un margen de 3,8 por ciento abandonar la Unión Europea. Con un número de votantes que alcanzó el 72 por ciento, el 51,9 del electorado tomó la histórica decisión, cambiando así 43 años de historia en Europa desde que el Reino Unido se unió a la Comunidad Europea en 1973.
Muchos estudiantes de las profecías bíblicas ven el voto Brexit como el cumplimiento de la profecía de Daniel 2:43, que predice que las diversas naciones de Europa “no se unirán” entre sí. Esto fue bien expresado por la Adventist Review, en un especial de TV dado a conocer el viernes 24 de junio.
Sin embargo, aunque se ha profetizado que Europa tendrá tanto fortalezas como debilidades, y aunque los intentos de producir la unidad que existía bajo el Imperio Romano jamás tendrán éxito, Ian Sweeney, presidente de la Iglesia Adventista en el Reino Unido e Irlanda, dijo que “esto no nos libera de nuestra responsabilidad de promover la unidad, el amor, la mancomunidad entre todos los seres humanos”.
“La profecía de Daniel 2 no significa que deberíamos dejar de luchar contra las divisiones que resultan del racismo, los prejuicios y los egoísmos, entre otros”, dijo Sweeney. “Jesús dijo en cierta ocasión que los pobres siempre estarán con nosotros (Juan 12:8). Sin embargo, esto no significa que tenemos que limitarnos a aceptar la pobreza sin esforzarnos por aliviarla”.
Después de la votación del jueves, David Neal, director de Ministerios de Mayordomía de la División Transeuropea, expresó: “El adventista honesto, que cree en la Biblia, tiene un conflicto interno. Por supuesto, la palabra profética permanece. Sin embargo, no podemos mostrar disposición o tomar la decisión de ponernos del lado de los que tienen miedo ‘del otro’, cuyas acciones de palabra y de hecho lindan con la xenofobia. Daniel 2 es, más allá de toda duda, válido, pero al mismo nivel lo es la parábola del Bueno Samaritano. La campaña en pro del voto Brexit ignoró completamente este valor”.
En un llamado apasionado, Sweeney, cuyos padres inmigraron al Reino Unido en la década de 1970, dijo: “Europa siempre estará dividida de una u otra manera. Sin embargo, tenemos la responsabilidad cristiana de mostrar nuestro amor por todas las personas que, en los debates políticos, son despersonalizadas y catalogadas como ‘migrantes’, ‘refugiados económicos’, etc. Acaso no compartamos el idioma, la cultura y la etnia. Sin embargo, cada hombre, mujer y niño es nuestro hermano o hermana, personas que Cristo ama y por las que dio su vida para salvarlas”.
Por su parte, Raafat Kamal, presidente de la División Transeuropea, dijo que los directivos de la división se encuentran “estudiando las implicaciones que tendrá este voto sobre la operación de la sede del territorio para el cumplimiento de la misión en Europa”.
“Hay por cierto implicaciones financieras y operacionales que necesitamos tener en cuenta”, dijo. Al mismo tiempo, destacó que la División Transeuropea no solo maneja múltiples idiomas sino también múltiples monedas.
“La composición de Europa ha cambiado a lo largo de los años, tanto dentro como fuera de la iglesia”, dijo Kamal. “Las dos divisiones europeas han de igual manera cambiado varias veces en términos de tamaño y estructura durante su historia. El cambio en sí mismo no es un problema. Tenemos que hallar simplemente la mejor manera de reaccionar ante el cambio”.
En Europa, la Iglesia Adventista está representada por la División Transeuropea y la División Intereuropea.
“Podría suceder inclusive que esos momentos de incertidumbre las personas busquen soluciones que se basan en la fe, una seguridad que como adventistas sin duda podemos brindar”, dijo Kamal.
La incertidumbre en los diversos mercados financieros puede causar algunos problemas para la misión de la iglesia, dijo Nenad Jepuranovic, tesorero de la División Transeuropea. El tesorero vio el mayor riesgo financiero en la fluctuación de las tasas de cambio entre las doce monedas diferentes que se usan en los 22 países que conforman las División Transeuropea.
“En los últimos años, los diezmos en moneda local han estado creciendo de manera sostenida”, dijo Jepuranovic. “Sin embargo, la turbulencia económica de los mercados europeos en los últimos dos años ha significado que hemos tenido que cargar con los embates de las tasas de cambio, lo que ha reducido los ingresos por diezmos en libras esterlinas en un 9,6 por ciento”.
Esto se ha visto balanceado en parte por las tasas de cambio entre el dólar estadounidense y la libra esterlina, explicó.
¿Qué decir del futuro?
“Las últimas predicciones para los mercados europeos son en el mejor de los casos inciertas, pero en los últimos años, la División Transeuropea ha acumulado suficientes reservas para cubrir económicamente períodos volátiles tales como los que podrían encontrar en los próximos meses”, dijo Jepuranovic.
A pesar de ello, el tesorero dijo que están buscando maneras de “mejorar la eficiencia y la efectividad para atender mejor las necesidades del territorio”.
Víctor Pilmoor, quien dentro de poco se jubilará después de ser tesorero de la Iglesia Adventista en el Reino Unido e Irlanda, escribió este mes en su blog que le preocupan las cuestiones relacionadas con la fraternidad.
“Ya sea que uno mire al objetivo de la inclusión dentro de las naciones de Europa, la libertad de los que se van de fiesta en Orlando, o la buena voluntad en el pueblo de Batley (en Yorkshire, donde una Miembro del Parlamento que hacía campaña en contra del voto Brexit fue asesinada a sangre fría), nuestras sociedades están claramente fragmentadas”, escribió Pilmoor. “Los argumentos que se presentan se basan en el temor y en fuerzas egoístas”.
Esto, dijo Pilmoor, ha llevado a “una pérdida de la fraternidad, a que muchos de la sociedad se rehúsen a adoptar una perspectiva abundante que considere que hay lugar para todos, que la vida no es un juego de ganadores y perdedores”.
“El fundamentalismo irreflexivo y basado en múltiples temores ha llenado los corazones de muchas personas, hasta el punto en que la preservación propia ha llegado a ser objeto de influencia nacional y religiosa”, expresó.
Su conclusión presenta una definición positiva para la obra misionera. “En contraposición a esto, nosotros podemos ofrecer una cosmovisión que reconoce la generosidad de Dios, que ofrece su gracia y sustento a todos”, escribió. “Una perspectiva que cree que nuestra vida tiene por objeto honrar lo que Dios nos da, ser mayordomos de las capacidades y poderes que él nos ha otorgado para un objetivo que nos trasciende”.
Quizá un profeta del Antiguo Testamento sea el que finalmente nos puede guiar en el camino a seguir. “Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide Jehová de ti:
solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios” (Miqueas 6:8).
Traducción de Marcos Paseggi