1 de agosto de 2016 | Nasáu, Bahamas | John García/DIA
El expresidente de la Iglesia Adventista en las Bahamas y las Unión de las Indias Occidental, el pastor Silas McKinney, fue sepultado después de un funeral con reconocimiento estatal este fin de semana. A la ceremonia asistieron funcionarios de gobierno de primera línea y líderes de la iglesia. El pastor McKinney falleció a los 89 años el pasado 16 de julio de 2016 después de batallar contra una enfermedad durante varios años.
Entre los presentes en el funeral estuvieron la representante de la Reina de Inglaterra y cabeza de Estado, Su Excelencia la Gobernadora General Marguerite Pindling, los líderes de la oposición oficial, el Honorable Hubert Minnis, el ex Gobernador General Author D. Hanna, así como ministros del gabinete y embajadores.
Un funeral con reconocimiento estatal ocupa el tercer nivel en la lista de funerales con apoyo del gobierno, y es otorgado a los Miembros del Parlamento, de la Cámara Superior (el Senado), a los secretarios permanentes durante su servicio y a otros funcionarios o civiles de alto rango.
“El pastor Silas McKinney y el hermano Neville Scavella fueron pioneros que definieron lo que era ser adventista”, dijo el Primer Ministro de Bahamas, el Honorable Perry G. Christie, al presentar las condolencias a la familia durante la ceremonia en la iglesia adventista de Hillview, en Nasáu, Bahamas, en el día de ayer.
El primer ministro Christie reconoció a la iglesia por crear “un nuevo movimiento con dos asociaciones y una unión con sede en las Bahamas”. Christie felicitó a la Iglesia Adventista por ser “un contribuyente de importancia de cómo debería interactuar la Iglesia con el Estado y por ser un sólido defensor de la libertad religiosa”, un logro que comenzó el pastor McKinney.
El pastor fallecido, que era conocido por ser un verdadero evangelista, un campeón por la causa de Cristo, y un vibrante líder de la iglesia, fue el primer presidente bahameño de la Iglesia Adventista en las Bahamas. Más tarde se convirtió en el primer bahameño en ser president de la Unión de las Indias Occidentales, que abarcaba a Jamaica, Bahamas, Turcos y Caicos, y las Islas Caimán.
El pastor Israel Leito, presidente de la Iglesia Adventista en Interamérica, felicitó al gobierno de Bahamas no solo por permitir la libertad de cultos sino por el respeto que extiende a los adventistas de Bahamas.
“La Iglesia Adventista del Séptimo Día está muy agradecida por los privilegios otorgados a los ciudadanos de este país, de manera que podemos llorar nuestra pérdida en paz, con dignidad y en amor mutuo”, dijo el pastor Leito. “No damos por sentado este privilegio de honrar al pastor McKinney, y nos sentimos muy agradecidos a Dios por bendecir a la humanidad con un hombre como Silas McKinney. Fue un líder ejemplar en todos los aspectos de la vida de la iglesia”.
El pastor Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, expresó en una carta dirigida a la señora McKinney que “el mundo se ha visto enriquecido gracias a la labor del pastor McKinney”.
“Los muchos años de trabajo por el Señor del pastor McKinney son un testimonio del poder de Dios para usar a un individuo de manera poderosa para su iglesia remanente”, expresó el pastor Wilson.
McKinney trabajó por la iglesia durante más de 41 años como pastor distrital, presidente de misión, presidente de asociación, secretario ejecutivo de unión y presidente de unión. También fue rector del Colegio Terciario de las Indias Occidentales, en la actualidad Universidad Norteña del Caribe (NCU), y director del Hospital Andrews Memorial en Jamaica.
“Deseo recordar al pastor McKinney como el líder cuyo ministerio y liderazgo se caracterizó por su compromiso con la misión de la Iglesia Adventista en la Unión de las Indias Occidentales, y por su pasión por el bienestar general y el desarrollo de todos los sectores de la fuerza laboral”, dijo el pastor Everett Brown, presidente de la Iglesia Adventista en Jamaica, al reflexionar sobre la vida y obra de McKinney poco después de su fallecimiento.
Como exmiembro de la Junta Directiva de la Unión de las Indias Occidentales, el pastor Leonard Johnson, presidente de la Unión del Caribe Atlántico con sede en Nasáu, dijo que había tenido el privilegio de ver al pastor McKinney en acción como un presidente efectivo.
“Por cierto que él sabía cómo llevar adelante una junta sin dar la apariencia de apresurar la discusión o aun negar contribuciones sabias”, dijo Johnson. “Su sentido del humor, junto con sus conocimientos de los reglamentos y las operaciones de la iglesia, permitía que hubiera reuniones sin sobresaltos y animadas. Sentía entusiasmo por su iglesia y de igual manera por el Colegio Terciario de las Indias Occidentales”.
Al pastor McKinney lo sobreviven su esposa Ruth, con la que estuvo casado por sesenta años y sus cuatro hijos, seis nietos y una bisnieta.
Nigel Coke colaboró con este informe.
Traducción de Marcos Paseggi