24 de mayo de 2017 | Silver Spring, Maryland, Estados Unidos | Ted Wilson, presidente, Iglesia Adventista del Séptimo Día/Red de Noticias Adventistas

Imagen de Shemaiah Telemaque/iadMedia

Esta semana hemos tenido un trágico recordatorio de que vivimos en un mundo lleno de angustia y sufrimiento, y por ello invito a la familia de la Iglesia Adventista mundial que se una a mí en oración por las víctimas y las familias de los que están sufriendo por esos recientes acontecimientos.

El domingo pasado, el autobús que trasladaba a 46 adventistas (muchos de ellos jóvenes) de la región de Chiapas, en México, se desbarrancó 90 metros, provocando la muerte de 18 personas. Otras 26 fueron trasladadas a un hospital cercano, donde una jovencita de 17 años pereció como resultado de sus lesiones. El grupo regresaba de un congreso regional de jóvenes cuando se produjo el accidente.

Le he pedido al pastor Israel Leito, presidente de la División Interamericana, que por favor extienda mi muestra personal de compasión y las condolencias de la familia de la iglesia mundial ante este tan triste accidente. He orado por el querido pueblo de Chiapas, por las familias que perdieron a sus seres queridos, y por los que están hospitalizados.

Chiapas ha sido un modelo bendecido por el cielo de actividad misionera de evangelización. Por la gracia de Dios, esta seguirá adelante aun en medio de esta terrible tragedia, para que los miembros enfaticen la gran esperanza que tenemos en el pronto regreso de Cristo, cuando Dios restaurará la vida a los que hayan muerto en él.

El lunes por la noche, nos entristeció enterarnos de la pérdida sin sentido de vidas en Manchester, Inglaterra, donde la explosión de una bomba provocó la muerte de 22 personas e hirió a otras 120, muchas de las cuales eran jóvenes. He estado en contacto con el pastor Raafat Kamal, presidente de la División Transeuropea, para hacerle saber de nuestro dolor y apoyo en oración.

Los invito a unirse a mí para orar por el pueblo de Manchester, por las familias que perdieron a sus seres queridos, por los heridos y por los miembros de iglesia, que pueden ser instrumentos de aliento y esperanza para el pueblo de esa ciudad de duelo, por medio de la Participación Total de los Miembros. La esperanza del pronto regreso de Cristo puede brindar gran esperanza para el futuro.

Además de orar por los afectados por estos recientes y terribles acontecimientos de los cuales somos muy conscientes, recordemos también orar por las muchas víctimas cuyas tragedias acaso no se informan en las noticias, pero que están experimentando terribles sufrimientos en silencio.

Tomemos la decision individual, por la gracia de Dios, de hacer brillar nuestra luz doquiera estamos, para que podamos llevar la esperanza y el consuelo divino a este mundo cada vez más oscuro.

Pastor Ted N.C. Wilson, Presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día

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