19 de septiembre de 2018 | San Juan, Puerto Rico | David Sebastian/DIA
Mientras salía del agua, Carlos Ortiz García, de 103 años, levantó sus manos en señal de victoria, regocijándose por haber aceptado a Cristo como su Salvador personal. Los miembros de iglesia del Centro de Jóvenes de la Asociación de Puerto Rico Oriental de la Iglesia Adventista en San Juan, Puerto Rico, se regocijaron con él al ser testigos de la ceremonia bautismal el 11 de agosto de 2018.
“Jesús es mi vida y es lo que me fortalece”, dijo Ortiz al referirse a su decisión. Nacido en 1914, a Ortiz le faltaban solo 24 días para cumplir los 104 años en septiembre. Tomó la decisión final después de una campaña de evangelización sobre Génesis la Revelación de Jesús en la iglesia de su esposa, la iglesia adventista San José, en San Juan.
Le llevó varias décadas a Ortiz decidirse a unirse a la iglesia, después de que su esposa Victoria Clemente había sido miembro de la iglesia hasta su fallecimiento en 2004.
Ortiz, que se mantiene en buen estado y sigue caminando con bastón, dijo que por varios años acompañó a su esposa a la iglesia todos los sábados para agradarla. Después de su muerte, dejó de asistir a la iglesia.
Y así fue hasta que Dulce Martínez y Víctor Arriaga, dos miembros de la iglesia comenzaron a visitarlo y hablar con él de la esperanza en Jesús y su infinito amor. Tanto Martínez como Arriaga llevaron al pastor Gibbs Pierre para que lo visitara y hablara con él.
“Me sorprendió que Carlos conociera la iglesia por tanto tiempo gracias a su esposa pero aún no estaba bautizado, de manera que le dije: ‘Carlos, Dios le ha extendido la vida para que usted pueda entregar su corazón a Jesús por medio del bautismo’”, dijo el pastor Pierre.
Ortiz respondió: “Eso es lo que he estado esperando”.
Pierre invitó a Ortiz a la campaña de evangelización que se llevaría a cabo en julio pasado, y le dijo que su bautismo podría llevarse a cabo el 11 de agosto. “Se memorizó la fecha porque cada vez que me veía, me decía: ‘El 11 es mi bautismo, pastor’”.
Ortiz se regocija de la decisión que tomó y ahora asiste a la iglesia cada sábado.
Carlos Ortiz García tiene un hijo, dos nietos, dos bisnietos y también tataranietos.
Traducción de Marcos Paseggi