3 de julio de 2019 | Birmania | Heart for Maternal Health y ADRA Canadá
Durante sus 39 años de edad, Chit y su familia habían vivido de los escasos productos de su pequeña finca cerca de su remota aldea en Birmania (Myanmar), al cuidado de unas cuantas vacas y escasas cosechas. Eran personas pobres, demasiado pobres como para visitar la ciudad de Bangkok en Tailandia, en donde residen mejores oportunidades.
Chit solamente pudo estudiar hasta el cuarto grado de primaria. Contrajo matrimonio a los 19 años y tuvo cuatro hijos antes de cumplir treinta. Su esposo, un carpintero, conseguía de vez en cuando un trabajo ocasional, pero nunca nada seguro. La familia dependía de sí misma, vendiendo algunos de los productos de su cosecha como ingreso; “pero nuestra granja es muy pequeña”, explicaba Chit. Nunca había allí lo suficiente. Y mis hijos estaban casi siempre mal nutridos y enfermos.
A pesar de haber abandonado la escuela, Chit explicó que ella “siempre estuvo interesada en aprender, especialmente cuando sabía”, dijo, “que la instrucción iba a beneficiar a mis hijos y a los niños de la aldea”. Así que en 2018, cuando escuchó acerca del proyecto EMBRACE se unió a él inmediatamente.
EMBRACE es un proyecto de cuatro años de duración patrocinado por el gobierno de Canadá para mejorar la vida de aproximadamente unas 100,000 personas en Camboya, Birmania, las Filipinas y Ruanda, especialmente la de mujeres y niños. Este programa instruye a voluntarios de la comunidad en los aspectos de una mejor nutrición, cuidados de salud, agricultura doméstica y mucho más. El programa es facilitado por la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) de Canadá, como parte de una red global de oficinas que se esfuerzan por aliviar la pobreza.
Chit se unió al proyecto especialmente por el entrenamiento ofrecido en asuntos de nutrición y cultivo de huertos, pero pronto descubrió que EMBRACE incluía mucho más, desde cuidados de salud materna e infantil, hasta desarrollo de aspectos vitales de limpieza y de nuevas formas de pensar acerca de la familia.
Algunos de los nuevos descubrimientos eran sencillos conceptos que muchas personas dan por sentados, tales como el crear un ambiente de limpieza para mantener limpia el agua, o lavarse las manos y los alimentos al preparar las comidas.
El impacto en la vida de Chit y su familia fue inmediato y profundo. “ADRA proveyó semillas de alta calidad, algunas herramientas y materiales para ayudarnos a echar a andar nuestro huerto familiar”. Las lecciones sobre cómo cuidar del pequeño huerto, le enseñaron a Chit a maximizar lo que ya tenían. Por ejemplo, Chit aprendió a preparar pesticidas naturales y a cómo utilizar el estiércol de las vacas para fertilizar los cultivos. Aprendieron también la forma de sembrar inicialmente las semillas en pequeños semilleros, en una zona protegida de los rayos ardientes del sol. Una vez que los plantones o plantas de semillero están los suficientemente robustos, Chit los trasplanta a un sitio más espacioso en el huerto. “Hemos aprendido también la forma de criar gallinas”, dijo, lo cual constituye un riesgo potencial contra la salud si no se hace en forma apropiada.
Cada lección llevaba a otra. Eso se aplicaba también a las lecciones de naturaleza cultural, que resueltamente cuestionaban los anteriormente aceptados papeles a desempeñar del hombre y la mujer. “Aprendimos que cualquier cosa que puede hacer una mujer, el hombre lo puede hacer también…debemos compartir las cargas domésticas y ayudarnos el uno al otro. Aun cuando mi esposo no pudo asistir al entrenamiento EMBRACE … ya comenzó a ayudarme en las tareas del hogar … cocinando y también en la labor de limpieza”.
Los grupos discutieron abiertamente los muchos niveles de abuso. “Yo solamente sabía acerca del abuso sexual”, confesó Chit. EMBRACE les enseñó también acerca del abuso físico, emocional, verbal, económico y de pareja; y aun hasta del acoso cibernético.
Actualmente, Chit y su familia cultivan zanahorias, calabazas, calabacines, tomates, ejotes o judías verdes de vaina alargada, berenjenas y berro. Algunos de ellos eran nuevos sabores para su familia, pero Chit dice que a todos les encantaron. Sus hijos pudieron notar también cuánto mejor es el sabor de sus propios vegetales orgánicos de los que estaban acostumbrados a comprar en el mercado.
El entrenamiento ADRA EMBRACE ha transformado la vida en el poblado de Chit. “Hemos aprendido tantas cosas que han mejorado nuestra vida. Ya casi no nos enfermamos y estamos mucho más saludables”, dijo.
La original version (versión original) de esta historia se publicó por parte de ADRA Canadá a través de Heart for Maternal Health Canada.
Traducción – Gloria A Castrejón