Cuatro días han pasado desde que el Huracán Dorian, de Categoría 5, arrojó lluvias torrenciales en las islas Ábaco y Gran Bahama durante más de cuarenta horas. A media que amaina la tormenta, la devastación es inmensa. Las familias han quedado varadas en sus hogares, con el agua hasta la rodilla o aún más alto, mientras muchísimas personas han quedado sin hogar.
La ayuda asistencial está temporariamente restringida
“El setenta por ciento de las islas están cubiertas de agua y no hay manera de llegar a ellas ahora”, dice Leonardo Rahming, secretario ejecutivo de la Asociación Sur de Bahamas y voluntario para respuesta a catástrofes de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA).
Rahming añadió que las autoridades han pedido a las agencias humanitarias que esperen mientras buscan quitar los escombros de las rutas, y garantizar que haya seguridad antes de distribuir la ayuda humanitaria. Los puertos marítimos han sido cerrados, y se está permitiendo ingresar a los aeropuertos tan solo a los funcionarios del gobierno nacional y los guardacostas.
“Los niveles del agua son demasiado altos en las Islas Ábaco, por lo que tenemos que esperar hasta que el agua descienda”, dice Rahming. “Es más fácil acceder a las personas de Grand Bahama, y estamos trabajando para distribuir las provisiones allí”.
Debido a los cierres de los aeropuertos y los puertos marítimos, ADRA ha establecido sociedades con Airlink y YachtAid Global para llevar alimentos y agua hasta los puntos de acceso. ADRA también está trabajando con la organización Rise Against Hunger para brindar alimentos que serán distribuidos en las islas de Ábaco y Gran Bahama. Además de alimentos y agua, también se distribuirán prendas de vestir y materiales de refugio.
Rahming contó que otro desafío es el espacio limitado de almacenamiento para guardar todos los artículos recibidos. “No hay mucho lugar”, dice.
Las iglesias locales se ponen a ayudar
Eso no ha detenido a los voluntarios de ADRA en las Bahamas, que estuvieron trabajando con las autoridades locales para conseguir una embarcación, con la esperanza de alcanzar a las personas necesitadas que están atrapadas por el ascenso de las aguas.
“Somos la única ONG en hacer esto”, dice Rahming. “Los miembros de las iglesias adventistas locales han estado trabajando si descanso para ayudar. Las tiendas de alimentos están abiertas, por lo que los miembros están yendo a comprar diversos artículos. Lo que necesitamos en este momento es alimento, agua y medicamentos”.
Rahming dice que se encontró con un asmático que necesitaba ayuda, pero que las clínicas están cerradas, y otras instalaciones médicas están quedándose sin medicamentos.
“El pueblo de Bahamas es un grupo resiliente, pero están sufriendo como resultado de la devastación”, dice Rahming. “Espero que el mundo no olvide a Bahamas y crea que estamos bien porque tenemos recursos. ADRA ha sido un gran apoyo para nosotros, pero las Bahamás aún necesitan nuestra ayuda continuada”.
Cómo ayudar
Ha estado lloviendo el apoyo que busca ayudar a ADRA en su tarea asistencial en las Bahamas. Aquí se menciona qué se puede hacer:
Traducción de Marcos Paseggi