23 de septiembre de 2019 | Freeport, Gran Bahama | Libna Stevens, Noticias de la División Interamericana
El Huracán Dorian se cobró la vida de siete integrantes de la familia de Shirley Smith. Ella se esfuerza por expresar su dolor, de explicar lo que está sintiendo. Smith es una de muchas personas de Gran Bahama que perdió a sus seres queridos, perdió todo lo que tenía y aún está luchando contra los escombros, sin electricidad ni agua potable.
Smith se abre paso hasta la iglesia adventista de Freeport en Freeport, Gran Bahama, para buscar un plato de comida para ella y sus familiares.
“Todos se han visto afectados y fueron alcanzados por esta tormenta de una u otra manera”, dijo Arleen Sands, directora de ministerios de la mujer de la Iglesia Adventista en la Asociación Norte de Bahamas, cuya sede se encuentra en Freeport. “Rompe el corazón, produce mucho dolor”, dijo Sands.
Platos de comida todos los días
Gran Bahama jamás había pasado por un huracán de categoría 5, y mucho menos uno que se estacionó sobre las islas del norte de Bahamas durante tres días, produciendo la crecida de las aguas, que subió hasta cuatro metros.
El hogar de Sands se vio afectado, pero ella ha estado cocinando junto con otros ocho trabajadores que se han ofrecido como voluntarios para proveer de comida a 400 a 600 personas a la hora del almuerzo y la cena, desde que las aguas se retiraron el 5 de septiembre. “Nos mantenemos ocupados ayudando a los necesitados”, dijo Sands.
Sands se levanta a las 6 de la mañana y comienza a cocinar en su cocina de gas para la distribución de 13:00-15:00, va entonces a comprar comida al supermercado y comienza a cocinar para la cena, que se distribuye a las 18:00. Para las 23:00, ha terminado, y entonces al día siguiente, comienza el mismo proceso junto a su equipo de voluntarios.
“Al igual que Jesús, tengo que poner mis necesidades de lado y ayudar a los demás”, dijo Sands, que también está supervisando la distribución de artículos por medio de los servicios comunitarios de la asocación. “Muchos perdieron todo. Solo les queda lo que tienen puesto”.
Sands se acerca a Smith, la abraza, le brinda palabras de aliento y esperanza, ora por ella. “Traiga a sus familiares que están en problemas o, si lo prefiere, podemos ir y visitarlos”, le dice a Smith.
La iniciativa de brindar alimentos de la iglesia también incluye la distribución de comidas calientes en los hogares de personas que no pueden conducir o llegar al lugar de distribución de comidas, explicó Sands.
“Mientras haya fondos para que esto siga adelante, seguiremos trabajando para suplir esta necesidad básica, porque hay aún tantas personas sin agua potable o que pueden cocinar en sus hogares”, dijo Sands.
Visita de los líderes de la iglesia
Los líderes de la Iglesia Adventista en la División Interamericana se sintieron felices de ser testigos del ministerio en acción de parte de tantos miembros de iglesia, el pasado 15 de septiembre en Freeport. Los líderes realizaron una rápida parada durante su recorrido por Gran Bahama, para reunirse con los líderes y miembros de iglesia en el lugar, y visitar algunas de las iglesias, hogares y la escuela primaria y secundaria afectados.
“Ustedes juegan una parte importante en este ministerio, aun cuando todos ustedes también se han visto afectados por el huracán”, dijo el pastor Elie Henry, presidente de la Iglesia Adventista en Interamérica.
El pastor Henry agradeció a los miembros de iglesia por su dedicación a servir a tantas personas de la comunidad cada día, y se unió en oración por ellos, pidiendo a Dios que los fortalezca.
Se han destinado fondos especiales para ayudar a brindar platos de comida a los miembros de iglesia y la comunidad justo después de la tormenta, y esos esfuerzos continuarán hasta que sea necesario, dijeron los administradores de la División Interamericana.
Propiedades de la iglesia dañadas
Los líderes de la iglesia también visitaron el Colegio de Gran Bahama, donde la rectora y algunas docentes estaban preparando los salones de clase después de que la tormenta inundó el campus, dañó el mobiliario y los equipos de enseñanza de la institución.
“Simplemente no sabemos qué sucederá, pero tenemos que reabrir pronto el colegio”, dijo la rectora Avoney Wellington a los líderes de la iglesia que visitaron el lugar el 15 de septiembre. Wellington, que supervisa un personal docente y no docente de 19 personas de tiempo completo y otras 4 de tiempo parcial, dijo que muchos padres se han trasladado a otra parte más allá de la isla de Gran Bahama, y que han solicitado que les devuelvan lo que habían pagado durante el verano del costo de los estudios. “Gran parte de nuestro personal perdió todo en sus hogares, y los hogares de nuestros estudiantes también se vieron afectados o destruidos”.
“Los escritorios y las sillas, los archivos y la sala de computación se inundaron por completo, por lo que perdimos todo”, dijo Wellington. El colegio terminó el año pasado con un total de 215 estudiantes y, a medida que pasen los días, se espera que muchos estudiantes regresen. Días después de la visita, el colegio abrió sus puertas el 18 de septiembre, cuando se hicieron presentes 107 estudiantes. Pocos días después, llegaron a un total de 155. “He visto la mano de Dios y seguimos avanzando por fe, esforzándonos para mantener el colegio en funcionamiento, para que podamos trabajar con lo que tenemos”, dijo Wellington.
Cuatro de las siete iglesias de Gran Bahama sufrieron daños significativos, dijo el pastor Peter Kerr, presidente de la Iglesia Adventista en la Unión del Caribe Atlántico, que supervisa la Iglesia Adventista en las Bahamas, las Islas Caimán y las islas Turcos y Caicos. “Aunque aún se está llevando a cabo una evaluación, sabemos que los miembros se están reuniendo en los hogares para adorar y estudiar juntos la Biblia”, dijo Kerr. El sábado 21 de septiembre, la iglesia reunió a los feligreses de cuatro iglesias, la iglesia de Freeport, Sunrise, Shiloh, y Francesa para adorar juntos en instalaciones no denominacionales de Freeport.
“Estamos en proceso de reparar la iglesia adventista Sunrise, que es una iglesia nueva que necesita algunas reparaciones, para que se puedan reunir allí pronto”, dijo Kerr.
Los líderes de la iglesia en el lugar saben que algunos de sus 2500 miembros de la isla se han ido porque no tienen un lugar donde vivir. “Aún no sabemos cuántos hay todavía, pero tenemos que averiguar más sobre su situación actual o adónde se han trasladado”, dijo Kerr.
Los desafíos por delante
La situación representa algunos desafíos, dijo Roderick Sands, tesorero de la Unión del Caribe Atlántico. “Este es un difícil golpe financiero que realmente afectará a la asociación”, dijo Sands. “Llevará mucho hacer que la iglesia vuelva a lo que era, pero vamos a hacer lo que podamos para ayudar a los feligreses y a la comunidad en el proceso de reconstrucción, a medida que haya fondos disponibles”.
La Iglesia Adventista en Gran Bahama continúa proveyendo de agua potable y platos de comida todos los días, y hace poco ha enviado camas para ayudar a los que han perdido todo en sus hogares.
Al mismo tiempo, los líderes de la iglesia han presentado una solicitud al Equipo de Trauma de la Universidad de Loma Linda para que ayude a los empleados de la iglesia, a los miembros de iglesia y al público en general con servicios de consejería conductual como resultado del Huracán Dorian.
El equipo de respuestas a emergencias de la sede de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) Internacional ha estado en Gran Bahama para evaluar las necesidades, y participará de varios proyectos. Uno de ellos incluye la distribución de cupones para beneficiar a aquellos que se han visto más afectados por el Huracán Dorian en la isla.
ADRA también ha estado participando de la distribución de platos de comida en Freeport, sirviendo a 500 personas cada día, y ha establecido un segundo punto de distribución en la parte oriental de Gran Bahama, con planes de establecer puntos adicionales. La respuesta de ADRA también ha incluido el envío de alimentos, artículos de cocina, agua y 700 juegos de artículos de higiene personal a Freeport para que sean distribuidos en los centros de distribución de ADRA.
Por más historias sobre los esfuerzos asistenciales y la Iglesia Adventista en las Bahamas después del Huracán Dorian, ingrese a interamerica.org
Para ayudar a las víctimas del Huracán Dorian en las Bahamas, usted puede donar a:
The Inter-American Division, 8100 SW 117th Ave, Miami, FL 33183. Haga el cheque pagadero a Inter-American Division – Hurricane Dorian Relief, para ayudar a los miembros de iglesia y sus esfuerzos en la comunidad. (Solo se aceptan contribuciones financieras).
También, para asistir a la víctimas del huracán en las Bahamas por medio de ADRA Internacional, ingrese a adra.org
Traducción de Marcos Paseggi