La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), en sociedad con los líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Puerto Rico, ha estado coordinando esfuerzos asistenciales en Guayanilla, Sabana Grande, Yauco, Ponce, Guaypao, Bo Luna y Jagua después de que una serie de terremotos azotó la región sudoeste de la isla a fines de 2019 y comienzos de 2020.
Un sismo de 5,2 de magnitud fue el último que azotó a Puerto Rico. El más grande y que más daños produjo fue de una magnitud de 6,4, y se produjo el 7 de enero, causando daños extensivos y cortes de energía eléctrica.
Los voluntarios de ADRA y los líderes de la iglesia local pasaron pronto a la acción para proveer de alimentos a cientos de personas e instalar tiendas para los que perdieron sus hogares. Se ha informado que hay cientos de casas que fueron reconstruidas después de la devastación del huracán Irma y María en 2017 fueron afectadas una vez más por los terremotos recientes.
“Nunca antes sentimos tantos terremotos semejantes en nuestros pueblos”, dice David Sebastian, director de comunicación de ADRA en Puerto Rico. “La gente no entra a sus casas por temor a que haya más temblores, y está durmiendo en sus automóviles porque el piso no deja de temblar”.Según la Investigación Geológica de los Estados Unidos, más de 1200 sismos han sacudido la región sur de la isla desde el 28 de diciembre. El último terremoto se produjo en las cercanías de Guanica, donde los sismólogos en el sur de Puerto Rico están tratando de hallar respuestas detrás de los constantes e inusuales temblores.
Los funcionarios del gobierno dicen que los sismos han causado daños preliminares por 110 millones de dólares a más de 500 hogares, y más de 4000 personas han buscado refugio.
“ADRA ha establecido relaciones con United Airlines, Airlink, Latter-day Saints Charities, y Servicios Comunitarios Adventistas para ofrecer los artículos necesarios a los más afectados”, dijo Sebastian.
Por medio de este trabajo en sociedad, ADRA podrá entregar doscientas tiendas y más de 1500 mantas a las comunidades que están atendiendo.“Estamos llamando a todos para que nos ayuden, y este es el momento de hacerlo”, dice Sebastian. “Puede que no puedan estar en Puerto Rico para ayudar allí, pero su apoyo sigue siendo sumamente necesario”.
Traducción de Marcos Paseggi