14 de marzo de 2020 | Oslo, Noruega | Víctor Hulbert, División Transeuropea y Adventist Review
La iglesia adventista más antigua que continúa prestando sus servicios en Europa, se está reinventando a sí misma a fin de atender las necesidades de las comunidades cambiantes en el centro de la ciudad de Oslo. El templo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Betel, cuya construcción data de 1885, incluye un edificio de doble uso que en el pasado albergaba una floreciente congregación, una imprenta y un sanatorio.
Tanto la imprenta como el sanatorio ya no existen en la actualidad y estudiantes universitarios adventistas residiendo ahora en las instalaciones del sanatorio, convertidas ahora en dormitorios, gozan de seguridad y compañerismo. La iglesia Betel misma, que alguna vez viera crecer a su congregación hasta llegar a 500 miembros, cuenta en la actualidad con un poco más de 100 asistentes.
Los dirigentes comenzaron a preguntarse cómo lograr un renovado impacto en la cada vez más secularizada ciudad de Oslo.
“La gente tiene todavía necesidades espirituales como las que experimentaba en aquellos años, en tiempos del evangelizador John Matteson”, dijo el pastor principal de esta iglesia, David Havstein. John Matteson encontró una audiencia altamente receptiva cuando vino a Noruega en 1878. El Pastor Havstein piensa que todavía hay interés en las cosas espirituales, pero que se necesita acercarse a las personas en forma diferente.“Esta iglesia puede ser una luz en Noruega, algo que se necesita en forma muy especial”, dijo el presidente de la Unión de Noruega, Víctor Marley. Al hablar durante el servicio de dedicación el sábado de mañana, del 7 de marzo, hizo notar que Dios encuentra a las personas en dondequiera que se encuentren. Al citar Romanos 10:15, declaró que “los pies que traen buenas nuevas” son siempre bienvenidos”.
La iglesia Betel ofrece ahora clases gratuitas para inmigrantes que desean aprender noruego, una escuela de cocina, un bar de bebidas no alcohólicas y un café para reunirse a conversar. Este es solo el comienzo de lo que esperan que se convierta en un programa mucho mayor con el correr del tiempo.
Delfred y Hanna Onde, son dos estudiantes de las clases de noruego y administradores del centro. Como el evangelizador Matteson, son también consagrados misioneros, que han prestado sus servicios en Estonia y varios otros países antes de haber sido invitados a Oslo. Su experiencia en ayudar a establecer el Centro de Influencia en Tallin, Estonia, es invaluable al ayudar a inyectar nueva vida a esta antigua iglesia.
No todos los miembros son personas mayores de edad. La persona más joven del equipo de liderazgo, es Beth Martin, una estudiante de ciencias de los deportes, de la Universidad de Oslo. Le entusiasma la idea del “mocktail bar” (bar de bebidas no alcohólicas), que sirve cocteles sin alcohol y que ofrece además toda una variedad de juegos de mesa, mesas de tenis y otras actividades, lo cual representa un lugar atractivo para la población estudiantil.“Se puede ver desde la calle el interior de las salas de reunión. Las personas que pasaron por ahí pudieron ver lo que estábamos haciendo, las invitamos a entrar y entonces querían saber cuándo sería el siguiente evento”, dijo la estudiante Beth. Ella piensa que esta iniciativa se va a volver muy popular.
Se puede decir lo mismo de la escuela de idiomas dirigida por el maestro de escuela secundaria, Grethe Opsahl Deacon. Crece en tamaño cada semana, está funcionando ahora a su máxima capacidad y necesita de más maestros voluntarios. Se ha animado a este equipo a llevar a cabo más programas aparte de la escuela de idiomas. Después de solamente unas cuantas semanas, dos mujeres están ya asistiendo a la iglesia como un buen lugar para practicar el idioma noruego. Otros se están uniendo a las clases de cocina internacional.
Rolf Andvik es presidente de la Asociación Este de Noruega y ha enfatizado que la transformación es un proyecto de iglesia local.
“El proyecto ha surgido de ellos mismos”, dijo “Lo apoyamos totalmente y estamos igualmente agradecidos por el apoyo de la unión, división y Asociación General, pero es en el nivel local en donde se está haciendo la diferencia.“Podríamos vender este edificio”, hizo notar al reconocer los severos desafíos de estacionamiento en este lugar en el centro de la ciudad. Pero al mismo tiempo, dijo, es una presencia adventista central en la ciudad capital de Noruega, que es una ciudad con un fuerte énfasis ambiental muy a tono con nuestra filosofía adventista. “Hay una fuerte convicción de que este es el lugar en donde necesitamos estar y el lugar en donde Dios puede hacer una diferencia”, añadió.
El servicio de dedicación tuvo lugar apenas un par de meses después de que el centro comenzara a funcionar, a pesar de que continúan haciéndose algunas renovaciones.
De acuerdo con los dirigentes, hay una firme creencia de que la iglesia adventista Betel, juntamente con las otras dos iglesias en Oslo, tiene un lugar y misión para dar a conocer a Dios a una población de 675,000 que vive en esta ciudad. Como Beth Martin cantó al final del servicio de dedicación: “Mayores cosas están todavía por venir, mayores cosas quedan todavía por hacer en la ciudad”.
La original version (versión original) de esta noticia se publicó en el news site (sitio de noticias) de la División Transeuropea.
Traducción – Gloria A Castrejón