10 de mayo de 2020 | St Albans, Reino Unido | Por el Ministerio de la Familia de la División Transeuropea

El confinamiento ha traído consigo toda clase de desafíos relacionales, incluyendo la soledad extrema, sacarnos de quicio o ponernos de nervios unos a otros y tratar de resolver la forma de trabajar, estudiar en casa y hacer vida familiar dentro de cuatro paredes. Pero esto puede también tener el lado positivo de disfrutar del tiempo de acercarnos más a nuestros seres amados.

Para algunas personas, el mayor desafío consiste en sentirse atrapado en su propio hogar 24 horas al día, con un familiar abusivo.

Después de un par de semanas de confinamiento en el Reino Unido, comenzaron a aparecer preocupantes informes por parte de algunas organizaciones de beneficencia y de atención a víctimas de abuso doméstico. La organización Refuge es la más grande de este tipo en el Reino Unido, que ayuda a las víctimas de abuso doméstico. El 6 de abril de 2020, esta organización informó sobre un incremento del 700 por ciento de visitas a su sitio web y un aumento de 120 por ciento de llamadas directas en busca de información y consejo.

Este desarrollo provocó una serie de respuestas creativas a este problema. Una presentadora de noticias de la British Broadcasting Corporation (BBC) se anotó en su mano el número telefónico de la Línea Directa Nacional de Ayuda sobre Abuso Doméstico, a fin de mostrarla a los televidentes. Una larga cadena de farmacias ofrecía ayudar a las víctimas que solicitaran consulta personal; las cuales eran dirigidas a una estancia privada en donde personal entrenado al respecto les ayudaba a encontrar un lugar seguro de refugio.

“Como directora de Ministerio de la Familia de la División Transeuropea, no recibo con mucha frecuencia llamadas o correos electrónicos acerca de cómo enfrentar casos de abuso doméstico”, dice Karen Holford. “Pero cuando recibí varios de ellos en una semana, me di cuenta de que necesitaba responder ofreciendo entrenamiento a los nuestros directores ministeriales de unión”.

La cantidad de entrenamiento que reciben los pastores para ayudar a responder a incidentes de abuso doméstico, varía mucho en toda nuestra división y lo mismo sucede con el nivel de apoyo nacional y local recibido por las víctimas. Ninguno de los pastores ha recibido alguna vez entrenamiento para tratar casos de abuso doméstico en el contexto de confinación por causa de una pandemia.

“Yo misma estaba aprendiendo juntamente con los obreros en el campo”, admite la directora Holford. “La mayoría de ellos nunca habían experimentado situaciones de abuso doméstico, así que nos estamos ayudando mutuamente a aprender cómo manejar este desafío. Un pastor tuvo la idea creativa de crear un documento en línea. a través de Google, dando a conocer información acerca del abuso doméstico de una persona que estaba siendo abusada. El abusador de esta mujer tenía acceso a su teléfono varias veces al día, así que no era seguro para ella enviar sus mensajes. Ella tampoco podía buscar en línea consejos que pudieran ayudarla, a menos que el sitio web tuviera una función de escape rápido que borrara el registro historial”.

El documento en Google fue usado para compartir ideas, para conversar (chatting), para verificar si todavía estaba segura y para decirle que reuniera sus documentos vitales, información financiera, pasaportes, ropa y posesiones importantes en un lugar seguro, en caso de que tuviera que salir apresuradamente.

Afortunadamente, esta historia tuvo un final feliz, pero solamente porque el pastor se preocupó por ella y la víctima tuvo el valor de expresarse. Hay potencialmente miles de personas en nuestras iglesias, familias y comunidades que se encuentran en serio peligro de abuso en este tiempo. Al conectarte con ellas podrías convertirte para ellas en una cuerda salvavidas.

Cómo ayudar a una persona abusada durante la confinación.

Es importante entender varios aspectos del abuso al considerar prestar ayuda a alguien que está en situación de riesgo.

  • Entender algunas de las diferentes formas en que la persona puede ser abusada ya sea física, sexual, emocional, espiritual y financieramente. Puede también ser privada de algo, descuidada, o limitarle sus movimientos. Si alguien está experimentando una vida restringida o angustiante, o si la otra persona está tratando de ejercer poder sobre lo que ella puede hacer, esto es también una señal de abuso. Muchas mujeres experimentan su primer incidente de abuso cuando están embarazadas.
  • Educar a los miembros de iglesia para que estén atentos a señales que les indiquen que sus amigos, familiares y vecinos estén posiblemente bajo riesgo. Estas pueden ser gritos agresivos, escuchar a un niño o adulto llorar por inesperados largos períodos de tiempo; escuchar que se lanzan o se quiebran cosas, o que se golpea o lastima a alguien. La gente puede ser también dejada fuera de su casa, sin zapatos o ropa adecuada; y sin teléfono o dinero.
  • Hacer prioritario el enterarse de qué ayuda está disponible para víctimas de abuso doméstico en el propio país y localidad, durante la confinación.
  • Hacer una lista de todos los teléfonos directos de ayuda y de servicios para abuso doméstico, tanto nacionales como locales, en la página de inicio del sitio electrónico de la iglesia, en las cartas circulares, boletines y anuncios en pantalla de la iglesia.
  • Dar a conocer información útil y noticias a través de las páginas personales en los medios sociales para alertar a las víctimas sobre la existencia de fuentes y recursos de ayuda.
  • Enfocar la atención, con oración, en cada miembro y contacto en las listas de personas de la iglesia y considerar si se han percibido algunas pistas que indiquen que se encuentran en una relación abusiva.
  • Cuando una víctima de abuso dice lo que le está pasando, debe escuchársela con sumo cuidado y creerle.
  • Nunca hablar con el abusador acerca de lo que la víctima ha dicho sobre el abuso. Estar conscientes de que el tiempo más peligroso para la víctima es cuando el abusador se da cuenta de que la víctima ha hablado acerca de su relación.
  • La víctima necesita tomar sus propias decisiones acerca de lo que va a hacer y cuándo irse, porque debe tomar su decisión libremente y en forma segura.
  • Cuando sea posible, se debe ayudar a la víctima a ponerse en contacto con la policía o los servicios apropiados al caso, si se siente insegura y necesita salir de su casa. El ayudar a una víctima a escapar es una tarea que requiere habilidad y si la persona que desea ayudarla trata de hacerlo ella misma, puede hacer escalar el peligro tanto para la víctima como para ella misma.
  • Elegir formas seguras y no rastreables de comunicarse con alguien que está en peligro, tales como a través de un documento en línea con acceso protegido por contraseña y hacerle saber a esta persona que puede llamar en cualquier momento que se sienta libre y segura de comunicarse.
  • Animar a la persona a llevar un registro diario de su abuso, en caso de que necesite mostrar evidencia ante la policía o un abogado. Esto debe incluir las veces que se le lastimó físicamente, que recibió amenazas verbales o estuvo envuelta en conversaciones amenazantes y otras incidencias.
  • Una vez que la víctima se encuentra en lugar seguro, preguntarle en qué forma se le puede ayudar con otras necesidades prácticas y espirituales.

La original version  (versión original) de este comentario se publicó en el news site  (sitio de noticias) de la División Transeuropea.

            Traducción – Gloria A. Castrejón

Top news

Junta de la Universidad de Montemorelos reafirma su compromiso y planes de crecimiento
Dirigentes adventistas se unen para luchar contra infestación de niguas en el occidente de Kenia
Universidad de Montemorelos inaugura primera fase de Centro de Innovación para el Aprendizaje