8 de julio de 2020 | Miami, Florida, Estados Unidos | Libna Stevens, Noticias de la División Interamericana

El tercer día de la Conferencia del Segmento de Desarrollo de Liderazgo de Interamérica (SeLD) reunió a más de 3300 de los administradores organizacionales, pastores y ancianos de las iglesias locales adventistas para enfocarse en cómo ser el tipo de líderes cristianos que tengan un impacto efectivo sobre las organizaciones y los empleados, en especial durante tiempos de incertidumbre, al incrementar su capacidad de liderazgo a lo largo y a lo ancho del territorio.

“El liderazgo no tiene tanto que ver con el ejercicio de poder como en la capacidad de empoderar a otros”, dijo el pastor Lowell Cooper, ex vicepresidente de la Iglesia Adventista mundial, al destacar el impacto de la microgestión y sus efectos sobre las personas y las organizaciones.

La microgestión y sus efectos

Desafortunadamente, la microgestión se produce dentro de una relación estructurada, con una persona que posee un grado de autoridad sobre otra u otras, explicó Cooper. Pero Cooper animó a los líderes para que imiten la manera de servir de Jesús cuando él estuvo en esta tierra en lugar de dominar. “Un liderazgo semejante al de Cristo es ejercer el poder y la autoridad para bien de los demás”, expresó. No implica que los líderes abandonen el uso de la autoridad sino que ejerzan su poder bajo las limitaciones de vivir sacrificándose por el bien de los demás.

El pastor Lowell Cooper, ex vicepresidente de la Iglesia Adventista mundial, se dirige a los delegados al SeLD durante la conferencia del año pasado. [Fotografía de archivo: Libna Stevens/DIA]

Cooper recordó a los líderes qué es la microgestión y qué no lo es. Animó a los líderes para que se abstengan de confundir el liderazgo con la microgestión. “La microgestión es un término que describe un estilo de gestión caracterizado por la participación excesiva que bordea la interferencia en el trabajo de los subordinados, con niveles innecesarios de detalle, y dicta que el trabajo tiene que hacerse de una determinada manera.

“Existen efectos a largo plazo de la microgestión entre las personas y la organización, señaló, y la tendencia puede haberse incrementado desde que el COVID-19 presentó muchos desafíos que podrían llevar a la microgestión. La microgestión puede producir ineficiencia para que las personas lleven a cabo su trabajo, una pérdida de la creatividad debido a la desafección de los empleados, caídas en la productividad y un incremento en las tasas de pérdida de empleados, entre otras cosas.

“Cualquier situación de crisis debería incrementar la colaboración una apertura más grande a la creatividad y disposición de aprender nuevas maneras de hacer las cosas de manera diferente,” dijo Cooper.

Los líderes necesitan estar a cargo de sus emociones, anticipar las necesidades, cultivar la confianza, dialogar para verbalizar expectativas y pasar tiempo reflexionando seriamente sobre el liderazgo para mantenerse alejados de la microgestión, expresó. “Busque los aportes de otras personas a quienes usted supervisa, delegue y estimule un ambiente de innovación, además de expresar aprecio”, dijo Cooper, al enfatizar de que los líderes tienen que mejorar las prácticas del liderazgo cristiano al tiempo que eliminan las prácticas de la microgestión en el lugar de trabajo.

“Enriquezcan su vida espiritual, la relación con los colegas de trabajo y la experiencia con Cristo”, concluyó.

Cómo navegar durante tiempos inciertos

Se recordó a los líderes de la iglesia que tienen que quitarse todos sus temores al enfrentar lo desconocido, así como lo prometió Jesús en Mateo 6:25-34. “No se preocupen; planifiquen”, dijo el pastor Balvin Braham, asistente del presidente de la División Interamericana a cargo del desarrollo de liderazgo. “Tenemos que buscar al Señor y adoptar acciones que nos permitan navegar de manera efectiva en medio de las cuestiones que es necesario enfrentar en la vida”.

El pastor Balvin Braham, asistente del presidente de la División Interamericana a cargo del desarrollo del liderazgo, habla durante la Conferencia del SeLD 2019. [Fotografía de archivo: Libna Stevens/DIA]

El pastor Braham habló en el contexto de planificar durante la incertidumbre, y recordó a los líderes que tienen que conocer la diferencia entre gestionar una crisis y brindar liderazgo en una crisis.

“No podemos regresar a la iglesia de la manera en que solíamos hacerlo. Enfrentamos una disminución de ingresos”, dijo Braham. Ahora es la oportunidad de planificar como una manera de seguir hacia adelante, lo que implica estudiar el futuro y establecer un plan de acción, expresó. “Realicen suposiciones, haciéndose preguntas que les presenten desafíos, considerando la historia pasada, identificando tendencias en el área específica de incertidumbre y desarrollando diversas opciones antes de tomar decisiones”.

Uno de los rasgos importantes que debería tener un líder es la capacidad de comunicación con sus colegas y con todos los que se encuentran en su equipo, expresó. “Todos deberían saber qué es lo que está pasando al momento de desarrollar estrategias respecto del lugar al que queremos llegar como futuro deseado”.

Continúe mediante una implementación de las acciones, evaluando y tomando todas las medidas o acciones correctivas que sean necesarias, enfocados en el objetivo, dijo Braham.

La oración, la meditación, la fe y el estudio de la Palabra de Dios son fundamentales para el liderazgo, añadió Braham. “Los líderes de sustento en la fe tienen que consultar con Dios, y recordar que la organización no les pertenece a ellos sino a Dios. Dios está a cargo, pero él quiere que nosotros seamos administradores prudentes”.

Creciente capacidad de liderazgo

Ella Simmons, una de las vicepresidentas generales de la Iglesia Adventista mundial, se dirigió a los delegados del SeLD en el día de hoy, recordándoles que los líderes son personas que ven oportunidades y las aprovechan. “Los líderes ejercen buen juicio y toman riesgos sabios. Crean una cultura que permite que otros experimenten la satisfacción y el crecimiento que resulta de la efectividad organizacional, transmitiendo un sentido de compromiso que impulsa a otros a seguirlos”, expresó.

Ella Simmons, una de las vicepresidentas de la Iglesia Adventista mundial, habla durante una presentación de una Conferencia del SeLD previa en Miami, Florida. [Fotografía de archivo: Libna Stevens/DIA]

En ocasiones, la crisis hace a un líder, dijo Simmons, pero es importante que los líderes conozcan sus fortalezas, dones y talentos, para alinearse mejor con posiciones que adapten sus fortalezas a ellos mismos o a los demás a su cargo.

Simmons señaló el tipo de líderes que Dios busca, según se encuentran en Principios del liderazgo cristiano de Elena G. White. “Líderes que nacen de nuevo, que son influidos por Cristo, consagrados a Cristo, controlados por el Espíritu Santo, que son humildes y se dejan enseñar, que son amables y desprendidos, tiernos de palabra y acción y colaboradores”, entre otras cualidades, expresó. Simmons también conminó a los líderes para que se olviden de cuidarse contra los errores del liderazgo tales como el orgullo, la inmoralidad, el cinismo, la codicia, el descuido administrativo y otros similares.

Es importante que se requiera la inteligencia emocional de cada líder, con la autoconciencia personal y la autogestión, además de la conciencia sobre la relación social y la gestión social que esto conlleva, expresó.

Fortalecimiento de la inteligencia emocional y espiritual

Simmons destacó cuatro estrategias para trabajar en el fortalecimiento de la inteligencia emocional al recibir aportes de otros al tiempo que se reconoce y se mantiene la conciencia respecto de las conductas del momento, aprendiendo a no subestimar el impacto que las palabras y acciones negativas pueden tener sobre los demás, haciendo elecciones deliberadas respecto de cómo responder a situaciones en lugar de tener reacciones instintivas, además de aprender a ponerse en los zapatos de otra persona para desarrollar empatía.

De la misma manera, Simmons compartió doce principios para comprender la inteligencia espiritual, lo que incluye vivir una vida liderada por valores, ser compasivo hacia los demás, celebrar la diversidad, ser humildes y conocer cuál es su llamado, entre otros.

“Aprendan a olvidar los errores, pero recuerden las lecciones aprendidas de los errores, y continúen creciendo en Cristo”, dijo Simmons. Simmons también desafió a los líderes adventistas para que sean semejantes a Cristo.

“Lleguen a ser los mejores como líderes. Analicen sus éxitos. ¿Qué hice bien? ¿Qué salió bien? ¿Qué es lo que contribuyó a ello? Háganse preguntas, estudien y úsenlo para beneficiar a otros”, los desafió Simmons.

El tercer día de la Conferencia del SeLD de este año contó con catorce presentaciones de seminarios sobre procedimientos en evaluación, utilizando las mejores prácticas en el liderazgo departamental, haciendo que el aprendizaje en línea sea efectivo, ADRA en tiempos de necesidad, el pastor como líder misionero, cómo mantener unida a la familia de la iglesia durante momentos difíciles, el anciano de iglesia como líder espiritual, y cómo hacer frente a conductas difíciles dentro de la organización, entre otros temas.

La conferencia continúa este 9 de julio a las 8:00, con una ceremonia de clausura planificada para las 16:30, hora de Miami. Por actualizaciones, ingrese a interamerica.org

Por detalles del programa y recursos de la Conferencia del SeLD, ingrese a seld.interamerica.org

Traducción de Marcos Paseggi

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