5 de agosto de 2020 | Beirut, Líbano | Chanmin Chung, coordinador de comunicación, Unión de Oriente Medio y Norte de África

La Iglesia Adventista del Séptimo Día en el Líbano está evaluando los daños y limpiando después de la explosión del 4 de agosto que sacudió a la ciudad capital de Beirut. Los efectos de la explosión se sintieron inclusive en Chipre, a unos 240 kilómetros, o 145 millas, al noroeste.

Fuentes oficiales de noticias informan que la explosión se originó en instalaciones usadas para almacenar nitrato de amonio, un químico altamente explosivo. Miles de personas fueron heridas y más de cien perdieron la vida.

Se ha tenido noticias de todos los obreros y miembros adventistas, que están a salvo, pero algunos han sufrido heridas.

Los líderes de la Unión de Oriente Medio y Norte de África (MENA) han confirmado daños a los edificios en el campus de la Universidad de Oriente Medio (MEU), en su mayor parte por ventanas que volaron como resultado del impacto en los hogares, las residencias estudiantiles y los salones de clase, pero también por cielo rasos que se desplomaron. Daños similares fueron reportados en el Centro del Medios de la MENA y en el campus de la MEU.

Dos escuelas secundarias adventistas de Beirut y la sede de ADRA también sufrieron daños. La más afectada fue la Escuela Secundaria Adventista de Boucherieh, donde equipos están limpiando los escombros de ventanas y cielo rasos caídos.

Dos iglesias adventistas ubicadas en los campus de las instituciones de Boucherieh y Mouseitbeh también se vieron afectadas. Las ventanas se vidrio y las puertas fueron destrozadas y los voluntarios han estado trabajando detenidamente para limpiar los escombros. El Centro Adventista de Aprendizaje para los refugiados también sufrió daños importantes, afectando una de las maneras en que la Iglesia Adventista asiste a los refugiados en el Líbano.

“Nuestra preocupación más grande en este momento es cómo los adventistas podemos ayudar al pueblo del Líbano con esperanza y ayuda práctica para este momento. Queremos mostrar el amor de Dios a este país, en un momento cuando muchos han perdido la esperanza”, dice Rick McEdward, presidente de la Iglesia Adventista en la región de la MENA. “Los obreros y los miembros de iglesia están buscando maneras de ser las manos y los pies de Dios durante este tiempo, mediante la ayuda práctica en las áreas más afectadas”.

El impacto de la explosión dejó devastado un sector del centro de Beirut, y trajo nuevamente las cicatrices emocionales aún frescas de la guerra civil que azotó al país durante muchos años.

Personas de diversas partes del mundo han ofrecido apoyo durante esta terrible crisis. Los resultados de la explosión son uno de los muchos golpes que han impactado al Líbano en los últimos nueve meses.

En octubre, protestas dramáticas irrumpieron en el Líbano, llevando finalmente a la renuncia del Primer Ministro y la formación de un nuevo gobierno. La esperanza de reformas nacionales económicas y de infraestructura se desvaneció cuando la moneda libanesa comenzó a devaluarse cada vez más; los ciudadanos del Líbano comenzaron a perder las esperanzas.

Desde octubre a diciembre, los bancos, las instituciones educativas y las oficinas estuvieron a menudo cerrados debido a diversos movimientos de protestas, lo que hizo que el país quedara paralizado.

Justo cuando el Líbano estaba comenzando a reabrir para volver a la “normalidad”, el mundo fue azotado por la pandemia del COVID-19, lo que llevó al gobierno a decretar una cuarentena total, con etapas posteriores de reapertura progresiva.

Las escuelas secundarias adventistas de Beirut y la universidad adventista completaron el año con enseñanza en línea. Al mismo tiempo, Líbano se hundió en una crisis económica que ha sido testigo de una rápida inflación y devaluación de la moneda libanesa.

La Universidad de Oriente Medio y las dos escuelas primarias y secundarias adventistas del Líbano han estado sufriendo los impactos financieros tanto de la crisis económica nacional como de la cuarentena por el COVID-19.

Los docentes de las dos instituciones educativas adventistas han estado recibiendo solo una parte de sus salarios, y las instituciones están viéndose forzadas a adoptar medidas extremas si es que quieren volver a abrirlas este próximo año lectivo que comienza antes de fin de agosto.

“Esta ha sido la tormenta perfecta con crisis tras crisis para el Líbano”, dice Michael Wixwat, tesorero de la MENA. McEdward añade: “Líbano es un país con una economía que se ha descontrolado, y entonces nos azotó el COVID-19 con todas las cuarentenas que cerraron aún más la economía. Y ahora, esta devastadora explosión en el corazón y la infraestructura del Líbano. La explosión significó un golpe adicional a nuestras queridas instituciones aquí en el Líbano”.
Las instituciones con limitados recursos financieros están trabajando para reparar los daños en la universidad, las escuelas secundarias y el Centro de Aprendizaje. La crisis mayor del Líbano ha creado un marco para que muchas instituciones del Líbano cierren sus puertas en lugar de reabrirlas.

Se apreciará mucho el apoyo de las oraciones por la iglesia y las instituciones que se han visto afectadas por las crisis del Líbano y la explosión de ayer.

McEdward hace un llamado, diciendo: “Por favor, oren por la Iglesia Adventista del Líbano, en momentos en que busca ser una bendición y llevar las buenas nuevas a la nación”.

Traducción de Marcos Paseggi

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