En la zona Libertad, del Perú, los hospitales han colapsado debido al gran incremento de casos positivos de COVID-19. De acuerdo con fuentes oficiales, a fines del mes de julio de 2020, se ha contagiado un total de casi 26,000 personas. Dentro de esa realidad, el contar con oxígeno inmediatamente disponible se ha vuelto esencial para salvar vidas no solamente dentro de los hospitales, sino también fuera de ellos.
Amir Cotrina Sánchez, es un conductor de taxi y miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y vive en Trujillo, en el norte de Perú. Tiene 37 años, está casado, tiene tres hijos y ha sido conductor de taxi durante siete años.
Al comienzo de la pandemia de coronavirus, se prohibió la circulación de taxis dentro de los límites de la ciudad. Eventualmente, sin embargo, se impuso la regla de que conductores de taxi autorizados, trabajaran dos días a la semana. Amir Cotrina Sánchez eligió hacerlo un solo día, siendo que el otro día asignado era el sábado, día de reposo y adoración para los adventistas del séptimo día.
Algunas veces, al regresar de su trabajo, Amir se sentía débil, con escalofríos, cansancio y repentina falta de oxígeno. Preocupada por él, los miembros de su familia le dieron un cilindro portátil de oxígeno a fin de que pudiera recuperarse. Pero finalmente no necesitó usarlo y recuperó eventualmente su salud con el uso de medicamentos. Al mejorar su salud y sentirse mejor, regresó a su trabajo.
Listo para salvar vidas
Después de ello, decidió llevar consigo artículos de protección personal en su taxi, tales como mascarillas y protectores faciales, guantes y desinfectante de manos para venderles a sus pasajeros. Vio esta oportunidad como innovación y ampliación de sus servicios y como forma de mejorar sus ingresos.
A través de las noticias se enteró de que en Trujillo estaban muriendo muchas personas por falta de oxígeno. Fue entonces que decidió llevar consigo el cilindro de oxígeno que no había usado, para ayudar a la gente cuando fuera necesario.
“Una joven entró al taxi con problemas de respiración, pero en el hospital más cercano se le dijo que no podían atenderla ahí”, dijo el taxista. “En camino a otro hospital, la joven comenzó a toser y a sentir que se ahogaba. Le dije: ‘Use por favor este cilindro de oxígeno’. Y con ello la joven pudo tranquilizarse y llegar hasta el hospital”.
Hasta ahora, el taxista Cotrina Sánchez ha logrado ayudar a casi 40 personas. Otros conductores de taxi le han llamado también cuando necesitan su ayuda, la cual brinda sin pedir nada a cambio. Al familiarizarse con sus colegas que no se sienten bien, ora a Dios porque se recuperen en forma rápida.
Oración y ayuda oportuna
En la congregación adventista a la que pertenece nuestro taxista, el pastor local Rolando Quinteros Zúñiga y sus miembros, llevaron a cabo un evento llamado “40 días con el Espíritu Santo”. Cotrina Sánchez, quien participó en el programa, les pidió a los miembros de la iglesia que oraran por sus pasajeros y sus familias que sufrieran del COVID-19 e informó que se sentía feliz de que la gente por la que se había orado se estuviera recuperando satisfactoriamente.
Actualmente continúa conduciendo su taxi con una buena dotación de cilindros de oxígeno. Ciertamente, la compañía de donde sus familiares adquirieron su primer cilindro de oxígeno, le ha enviado un paquete de los mismos para que los comparta con sus pasajeros en caso de necesidad.
Traducción – Gloria A. Castrejón