Miembros de la iglesia adventista 10 de octubre en Ranchuelo, Villa Clara, en Cuba, observan mientras los familiares se aferran al cajón en el que yace Kendry Díaz Negrín, ante de que fuera sepultado el pasado 26 de agosto de 2020. Kendry, de 16 años, fue electrocutado por una línea de energía eléctrica caída después de que la tormenta tropical Laura derribó árboles y postes de electricidad, y esparció escombros el pasado 24 de agosto. [Fotografía: Unión Cubana]

31 de agosto de 2020 | La Habana, Cuba | División Interamericana

Amigos y miembros de la iglesia adventista 10 de Octubre de Ranchuela, Villa Clara, en la región central de Cuba, están de duelo por la repentina pérdida de un integrante del Club de Conquistadores el pasado 25 de agosto. Kendry Díaz Negrín estaba caminando por su vecindario para ver los daños que dejó la tormenta tropical Laura cuando fue electrocutado por una línea eléctrica caída. Falleció casi instantáneamente, dijeron los testigos.

La tormenta trajo fuertes lluvias e inundaciones en las zonas costeras de Cuba, derribando árboles y esparciendo escombros el pasado 24 de agosto. No se informó de ninguna otra muerte entre los miembros de iglesia.

“Jamás imaginé que enfrentaría esta situación y sentiría tan quebrantado el corazón de ver cómo la muerte se llevó a uno de nuestros jóvenes”, dijo el pastor Liván Hernández, director de ministerios jóvenes de la iglesia en la Misión Villa Perla. “Era un joven feliz, amistoso, amante de la creación de Dios, un Conquistador fuerte y fiel, siervo de Dios y amigo de la humanidad”.

Kendry Díaz Negrín, un integrante del Club de Conquistadores de 16 años en su iglesia de Ranchuelo, Villa Clara, falleció el pasado 25 de agosto de 2020. [Fotografía: Cortesía de la Familia Díaz Negrín]

Hernández recordó observar hace poco a Kendry acariciando a un pollito que tenía en la mano. “Nuestro campo local, y en especial la iglesia adventista 10 de octubre, ha derramado lágrimas”, dijo el pastor Hernández. “Pero junto con su familia y amigos, mantenemos la fe de Jesús y la promesa de la vida eterna”.

Kendry creció en la Iglesia Adventista y era un participante activo en las actividades e iniciativas de la iglesia.

Enit Chamizo, directora del Club de Conquistadores, lo recuerda casi siempre como “el Chino,” como muchos lo llamaban afectuosamente. “Se ganó el afecto de todos desde que era pequeño, con su manera amistosa de tratar a las personas”, dijo. Chamizo aún recuerda que Kendry cantaba sobre la pronta segunda venida de Cristo, vestido en su uniforme azul y blanco, con su pañuelo rojo, mientras aún era parte del Club de Aventureros. “En esa época yo era Conquistadora, pero cuando me gradué y llegué a ser directora del club, siempre me pedía que le atara el pañuelo porque me decía que yo lo hacía verse bien”. Chamizo recuerda ver que Kendry siempre estaba ayudando a los niños y haciéndose amigo de cualquiera con quien se encontrara. “Lo mantendremos en nuestro corazón y, en esa gloriosa mañana, sé que me encontraré con él, y apoyará su cabeza en mi hombro como solía hacerlo”.

Cientos de líderes y miembros de iglesia, escoltados por el Club de Conquistadores, marcharon por las calles del pueblo después del funeral que llegó hasta el sitio de su sepultura el pasado 27 de agosto.

Enit Chamizo, directora del Club de Conquistadores (derecha) sostiene la bandera mientras ella y otros miembros del club marchan por la calle como escoltas en la procesión del funeral, en camino al cementerio en Ranchuelo, Villa Clara, Cuba, el pasado 26 de agosto de 2020. [Photo: Cuba Union]

“En este pueblo jamás ha sucedido algo así antes”, dijo el pastor Radamés del Sol, secretario ejecutivo y tesorero de la Iglesia Adventista en la Misión de Villa Perla. “Vi más de trescientas personas, jóvenes de la iglesia y de otras denominaciones, en el funeral”.

A Kendry Díaz Negrín lo sobreviven sus padres Ondrey y Yailén y un hermano de 6 años de edad.

Dayami Rodríguez colaboró con este informe.

Traducción de Marcos Paseggi

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